Estamos ante una era cada vez más marcada por la preocupación por la privacidad. El auge de las tecnologías como el reconocimiento facial están poniendo en el punto de mira a diversas empresas por las cuestiones de privacidad que estas plantean sobre la mesa. Sin duda alguna, otra de las grandes preocupaciones acerca de esta tecnología es el uso que se le pueda dar por nada más ni nada menos que las instituciones gubernamentales.
Una nueva noticia no parece dejarlas en muy buen lugar, ya que tal y como adelantan el The New York Times y BBC News tanto el FBI como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) han usado el reconocimiento facial para rastrear millones de permisos de conducir sin permiso.
Estados Unidos ha usado el reconocimiento facial para espiar permisos de conducir y captar inmigrantes indocumentados
Tal y como informan estos medios, el ICE y el FBI han estado buscando permisos de conducir de millones de personas sin que ellas lo supieran en un periodo de tiempo que comprende 2014 y 2017. El objetivo de esto, según la investigación que han llevado a cabo investigadores de Georgetown Law, era buscar permisos de conducir en estados que permiten la emisión de estas licencias a inmigrantes indocumentados.
Estos registros de las búsquedas fueron obtenidos por dichos investigadores y fueron trasladados a medios como Washington Post. En estos informes se detalla cómo las oficinas del DMV (Departamento de Vehículos Motorizados) les dieron a estas 2 agencias acceso directo sin pasar siquiera por los legisladores estatales necesarios para ello.
Este uso del reconocimiento facial con un claro enfoque de vigilancia ha sido el primero registrado por el ICE, según aseguran en BBC. Estados como Nueva York o el Distrito de Columbia permiten la emisión de permisos de conducir a inmigrantes que no estén documentados, siempre y cuando demuestren que están residiendo en dicho estado y que hayan pasado el examen de conducir.
El DMV posee una base de datos bastante amplia de información sobre los residentes en estos estados. La gran mayoría de las personas cuyos datos están en dicha institución no son delincuentes, por lo que está claro que el ICE y el FBI han hecho uso de esta tecnología para buscar a estos inmigrantes y vigilarlos. A este incidente se le suma la clara violación de la privacidad de estas personas, que han visto cómo sus datos estaban disponibles para estas agencias incluso cuando ellos no lo sabían.
El incidente obviamente no ha agradado a muchos, y ya han salido voces en contra de esta situación. Harrison Rudolph, un asociado del Centro de Privacidad y Tecnología de Georgetown Law, ha calificado el incidente en el New York Times como “escándalo”. Asegura también que “estos estados nunca le han dicho a las personas indocumentadas que cuando solicitan una licencia de conducir también se están volcando al ICE”.
Barbara Peña Solís, del centro de leyes de inmigración Raices en Texas, tuiteó que esta práctica era “tecnología de vigilancia con una agenda política” y que podría tener un alcance importante. “Además de apuntar a personas indocumentadas, ICE también puede apuntar a abogados, periodistas y activistas. ¿Por qué? ICE no está obteniendo el consentimiento”.
El ICE remitió una declaración a la BBC asegurando que no haría comentarios al respecto. Según dicha declaración, no se harían estos comentarios “debido a las sensibilidades de la policía”. Agregó también que este trabajo junto a otras agencias fue “un procedimiento establecido que es consistente con otras agencias de aplicación de la ley”. Por parte del FBI, en un inicio no hizo comentarios cuando el Washington Post les pidió una respuesta. Más tarde, se refirió al documento con un comunicado realizado por el subdirector adjunto en el que defiende las bondades del reconocimiento facial.
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