Google tiene difícil quitarse de encima la imagen de compañía que espía a sus usuarios; y la verdad es que recientes escándalos no han ayudado precisamente. Todo el mundo sospecha que Google sabe más de nosotros de lo que aparenta; y sobre todo, que consigue esa información con tácticas que no son del todo amigables.
Es lo que ha ocurrido con la GDPR, la nueva ley de protección de datos europea; que entre otras cosas, obliga a las compañías de Internet a dejar bien claro si están usando cookies u otros métodos para rastrearnos. Servicios que hasta no hace mucho estaban implementados por defecto, como el registro de la localización, ahora necesitan permiso.
Para Google, los datos son dinero. Sólo obteniendo la mayor cantidad de datos posibles de sus usuarios puede crear perfiles precisos a los que presentar publicidad personalizada. Así que parecía que el GDPR podía ser su perdición; sin embargo, han pasado ya varios meses y no parece haber tenido problemas en adaptarse.
Google registra la localización aunque no lo queramos, según una denuncia
Sin embargo, ahora una denuncia conjunta de siete países europeos acusa a Google de saltarse la GDPR usando varios trucos; todo, con el objetivo de seguir rastreando la navegación y los movimientos de los internautas.
La denuncia viene de agencias de protección al consumidor de la República Checa, Grecia, Noruega, Eslovenia, Suecia, Países Bajos y Polonia; aunque están todas basadas en un estudio realizado por el organismo noruego. La acusación es grave: que Google ha usado prácticas engañosas para rastrear a los usuarios, incluso aunque estos no lo hayan permitido.
Parte del problema está en que desactivar el historial de ubicaciones en el centro de control de Google en realidad no evita que Google siga registrando esos datos. Hay otra opción aparte, “Actividad en la Web y Aplicaciones”, que también registra ese tipo de actividad. Por lo tanto, el usuario puede creer que ha evitado que Google le rastree, cuando en realidad no ha cambiado prácticamente nada.
La denuncia además se centra en que Google fomenta que se active el registro de la actividad y la localización con varios métodos; unas prácticas que las organizaciones consideran “injustas”.
Google por su parte se ha defendido afirmando que cuando el usuario desactiva el historia de ubicaciones muestran un mensaje en el que le informan de que siguen registrando esos datos. Y es cierto. Sin embargo, como vemos, el lenguaje no es nada claro ni preciso, afirmando simplemente que ”
Pueden guardarse algunos datos de ubicación como parte de tu actividad en otros servicios de Google, como la Búsqueda o Maps.”
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