Las freidoras de aire y sus principales inconvenientes: fallos de calidad y problemas a la hora de usarlas
Estos dispositivos, increíblemente populares en España, no están exentas de desventajas tanto externas como relacionadas con los usuarios.
24 julio, 2024 17:45Las freidoras de aire se han convertido en un electrodoméstico casi imprescindible en los hogares de España. Los modelos de gran tamaño como este de Cosori con 10 litros de capacidad arrasan, y los de Xiaomi con ventana no se quedan atrás. Sin embargo, también se están retirando bastantes freidoras de aire del mercado español debido a sus principales fallos.
Y es que las freidoras de aire, pese a lo populares que son, no son en absoluto perfectas. Ya sea por un mal uso por parte del usuario o por la existencia de modelos de baja calidad en el mercado, no son pocos los problemas que presentan estos dispositivos. Uno de ellos, sin ir más lejos, implica el elevado consumo eléctrico a la hora de cocinar ciertos alimentos.
Entre los fallos que se han observado en las freidoras de aire nos encontramos problemas de calidad en sus componentes y la presencia de sobrecalentamiento, causando en algunos casos que partes de las freidoras acaben por derretirse o dejen de funcionar. Repasamos algunos de los inconvenientes conocidos de estas freidoras.
Inconvenientes de uso
Existen varios grupos de problemas respecto a las freidoras de aire; fallos causados por un mal uso, fallos ocasionados debido a un mal mantenimiento del dispositivo y por supuesto, desventajas inherentes al propio diseño de la máquina, que pueden estar relacionadas o bien con su construcción o con su funcionamiento.
Una pista la da la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en España, que ha recopilado una serie de desventajas propias de las freidoras de aire. Uno de los más importantes es su elevado consumo eléctrico, ya que de media las 'air fryers' consumen unos 390 Wh para freír medio kilo de patatas. A ojos de la OCU, esto supone un gasto energético un 25% mayor respecto al consumo de una freidora convencional.
Además de gastar más electricidad, tardan más en cocinar los alimentos; el medio kilo de patatas fritas tarda unos 17 minutos en cocinarse, mientras que las freidoras de aceite clásicas tardan bastante menos, unos 11 minutos de media. Dependiendo del alimento, el proceso podría ser sustancialmente más largo. A esto hay que sumarle el ruido que genera el ventilador interno que distribuye el calor por la cesta.
Por último, la OCU advierte de que existe un cierto riesgo de que los niveles de acrilamida sean más elevados usando una de estas freidoras. La acrilamida es una sustancia química que se produce de forma natural en productos que tienen almidón, y que se genera en los procesos de cocinado habituales.
Según relata el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, dicha sustancia se forma gracias a los azúcares y aminoácidos (en especial, la asparagina) que de nuevo, están presentes en los alimentos de forma natural. Tanto la acrilamida como la glicidamida (su metabolito) son sustancias genotóxicas y carcinógenas, por lo que la exposición a estas puede conllevar potencialmente la aparición de cáncer.
Problemas de calidad
Este año fue marcado por la retirada de ciertos modelos de freidoras de aire provenientes de compañías como Insignia. La firma Best Buy, en cooperación con la Comisión de Seguridad de Productos para el Consumidor de EEUU (CPSC) y Health Canadá se dispusieron a retirar hornos y freidoras de Insignia del mercado. En concreto, se sacaron más de 180.000 productos.
Entre los problemas que los usuarios denunciaban se encontraban problemas de sobrecalentamiento en los componentes y hasta casos de unidades incendiadas. Estas freidoras, fabricadas en China, se sobrecalentaban hasta el punto de provocar que las asas y vidrios de los dispositivos se rompiesen o se quemasen. Es decir, presentaban fallas severas a nivel de calidad de construcción.
Depende, por supuesto, de cada modelo y marca; lo normal es que las freidoras usualmente funcionen como deben. Pero los modelos de más baja calidad o los que no han sido testeados correctamente pueden tener serios inconvenientes que podrían llevar a situaciones catastróficas y potencialmente peligrosas para los consumidores.
Por otro lado, cabe destacar el mantenimiento de estas freidoras. Es importantísimo realizar un cuidado diario de estos dispositivos para mantenerlos en las mejores condiciones posibles, ya que la suciedad resultante del cocinado puede impregnar componentes vitales, como la resistencia que proporciona el calor o el ventilador que la distribuye.
Los errores más comunes provocados por un mal mantenimiento, precisamente, se acumulan en la resistencia y en la electrónica de las freidoras de aire. Si la resistencia se ensucia mucho y se sigue usando, esta podría dejar de funcionar y en el peor de los casos, provocar problemas en la circuitería de la máquina. Recomendamos encarecidamente limpiarla tras usar la freidora (cuando esté fría, lógicamente).
Para limpiar la resistencia de la freidora, se recomienda usar una esponja o un estropajo no abrasivo ligeramente húmedo, que no suelte agua. Una vez desincrustada la suciedad de la resistencia, se debe secar con una bayeta seca. También es recomendable usar un cepillo de dientes si la suciedad está especialmente pegada a la resistencia.
Problemas de uso
El usuario también puede tener mucho que ver a la hora de causar fallos en una freidora de aire. No son dispositivos especialmente complejos, pero los consumidores tienden a cometer una serie de fallos que en los casos más graves pueden llevar a un mal funcionamiento del dispositivo, o peor aún, a que este deje de funcionar.
Los más habituales tienen que ver, como hemos mencionado, con el mantenimiento; sustancias y residuos resultantes del cocinado que se quedan en la máquina, o una falta de limpieza total. Sin embargo, el error más conocido es el de poner demasiada comida en la canasta de la freidora.
No es un tema baladí, en absoluto. Poner demasiada comida en la cesta, de base, causa que los alimentos no se cocinen bien, lo que lleva a que la freidora se caliente más y trabaje más tiempo. Por otro lado, el exceso de comida podría llegar a entrar en contacto con el ventilador e incluso con la resistencia, con las consecuencias fatídicas que eso conllevaría.
Cabe aclarar que si se siguen unas pautas mínimas de uso a la hora de cocinar con una 'airfryer', lo más normal es que ninguno de estos problemas se dé. Pero si el usuario opta por cometer estos fallos u opta por un dispositivo de mala calidad, podría acabar gastando mucho dinero en reparaciones o reemplazos.