Las cámaras dedicadas han cedido ante el poder de los smartphones. Por eso en España los fabricantes están optando por la gama profesional o en su defecto por modelos tremendamente compactos. Ahora se ha presentado la cámara mirrorless más pequeña del mundo, un dispositivo lanzado en conjunto por I'm Back Film y Yashica, fabricante de ópticas.
O al menos, buscan lanzarla, ya que ya está disponible en Indiegogo. La cámara ha sido bautizada como Micro Mirrorless Yashica - I'm Back, y busca ser la cámara sin espejo más pequeña jamás inventada. Así lo demuestran sus diminutas dimensiones de 77 x 50 milímetros, sin lente. Por supuesto, todo ello con una serie de limitaciones, pero también con un buen plantel de ventajas.
Y es que tanto Yashica como I'm Back Film han conseguido empaquetar un sensor CMOS IMX117 de Sony de 1/2,33 pulgadas, con una resolución de 12 megapíxeles, que sorprendentemente puede grabar a una resolución máxima de 4K a 24 fotogramas por segundo. Un dispositivo para olvidarse definitivamente del móvil.
La mirrorless más pequeña
La idea de esta Micro Mirrorless es ofrecer la calidad de una cámara dedicada pero en un cuerpo casi tan compacto como el de un smartphone, ofreciendo una alta calidad de imagen sin tener un mamotreto colgando de una correa. De hecho, esta cámara tiene bondades que no veríamos ni de lejos en una cámara compacta.
Por ejemplo, tiene zapata superior para enganchar accesorios e incluso una montura para objetivos intercambiables, a la que se le pueden acoplar otras lentes para cambiar la distancia focal. Dentro de dicha montura se encuentra el sensor, que además de la resolución 4K admite un rango ISO de entre 100 a 3200. Desgraciadamente, solo puede grabar 4K por 30 minutos.
Pero ¿qué objetivos se pueden acoplar? Lo cierto es que esta Micro Mirrorless disfruta de un parque de lentes bastante corto. Concretamente, tres: el equipo ha desarrollado un gran angular de 30 milímetros (es decir, 75 grados), un 50 milímetros estándar y un teleobjetivo equivalente a 150 milímetros. Por cierto, las tres son lentes de enfoque manual, ya que por el momento la cámara no tiene enfoque automático.
Una muestra de su reducidísimo tamaño lo vemos en su pantalla traser,a de apenas 2 pulgadas para poder ver las fotos antes de que las tomemos, algo clásico de una sin espejo. Respecto a la batería, el equipo detrás de la cámara ha explicado que solo han podido implementar baterías de 1.350 mAh. No se sabe nada acerca de disparos máximos o tiempo de grabación.
Sorprendentemente, la cámara también cuenta con un set de puertos. Además de una ranura microSD, el dispositivo disfruta de un puerto USB-C para cargar la cámara y transferir archivos y un HDMI de tamaño completo, presumiblemente para ver mejor las fotos en una pantalla mayor. Por supuesto no falta la conexión WiFi, ideal para traspasar grandes cantidades de archivo o para usar la cámara como una webcam.
Es posible acoplarle todo tipo de accesorios gracias a su zapata, llegando incluso a admitir grabación de audio externo, conectando un micrófono a través del puerto jack de 3,5 milímetros de la cámara. Y sí, en su parte inferior integra una rosca para usar la cámara en exteriores, sobre un trípode —que por cierto, el que ofrece el fabricante sirve para cargar la cámara—.
Aunque la cámara no cuenta con ningún tipo de autoenfoque, Yashica e I'm Back quieren compensarlo con una gran versatilidad en su montura. Pronto ofrecerán una serie de adaptadores para poder usar lentes de Nikon, Canon o Sony, directamente en la tienda de los dos fabricantes. Por supuesto, la compatibilidad con estas lentes dependerá directamente de los objetivos que elijamos.
Por el momento el proyecto está en Indiegogo, aunque ya han conseguido toda la financiación necesaria, por lo que más que probablemente se lance al mercado en noviembre, según sus desarrolladores. Se pueden adquirir de forma rebajada packs que incluyen varias cámaras y lentes, así como accesorios que van desde trípodes hasta disparadores a distancia. El kit más básico, con una lente, un disparador, una correa y un trípode cuesta 215 euros.