Las viviendas prefabricadas han abierto un nuevo mercado donde las personas encuentran su modelo de vivienda más rápido y personalizable, algunas incluso se pueden llevar de un lado para otro. Tanto en España como en otros países la tendencia más clara son las minicasas, que no por ser de tamaño reducido escatiman en diseño y lujos. Uno de sus mayores atractivos es poder emplazarlas en entornos inigualables como donde se ha construido Piil, la minicasa con espíritu de casa árbol.
Se trata de una imponente casa prefabricada con 9 metros de altura, pero cuyo tamaño compacto ha facilitado su integración en un bosque de Estonia. La casa de 19 metros cuadrados está elevada sobre el suelo de forma que el impacto sobre el terreno sea menor, pero permitiendo al mismo tiempo tener un espacio con grandes vistas, de ahí que sus creadores la hayan denominado como Casa Árbol aunque no esté sostenida en alguno de los que la rodean.
La estructura se sostiene 4,25 metros sobre una pata que crea una terraza a nivel de suelo y con la casa ejerciendo de techo para proteger algo más de la lluvia o nieve. La pata y el resto del edificio se componen de grandes vigas de acero revestidas de pino para fundirse con el entorno.
Una puerta camuflada con la madera da acceso a la escalera por la que se llega a la vivienda suspendida en el aire. El interior se concibe como una enorme pieza diáfana y cubierta de madera. La vivienda se compone de una cama tamaño king, dos mesas de trabajo, una pequeña cocina, un amplio espacio de almacenamiento oculto y un baño amplio con ducha e iluminación superior.
Sobre la cama, la luz del exterior y que entra por el ventanal, que cubre parte del techo y el frontal, atraviesa una hamaca de gran tamaño que da la sensación de suspenderse en el bosque, donde se puede descansar pero protegido del complejo clima de Estonia.
El sistema de climatización se basa en una bomba de calor con MVHR que proporciona ventilación, calefacción, refrigeración y agua caliente durante la mayor parte del año. Este sistema se apoya también en un radiador integrado o un condensador externo en días particularmente fríos o calurosos.
Cuando la temperatura exterior desciende por debajo de -10 °C, un radiador colocado dentro de un banco junto a la ventana aumenta el calor. Por el contrario, cuando hace demasiado calor, se logra una ventilación cruzada natural abriendo la trampilla de la ventana y la puerta del alojamiento, usando la puerta a nivel del suelo como protección de la casa.
Explican sus arquitectos que el recubrimiento en madera de Piil tiene un acabado en pino sin tratar y modificado térmicamente por Thermory, un material que requiere poco mantenimiento y que se desgastará hasta alcanzar un color gris plateado- Así pretenden que el edificio se mezcle con el bosque de pinos en el que se ha colocado cuidadosamente Piil.
La casa se fabrica lejos de la localización para, después ensamblar las piezas en el terreno elegido con posibilidad de dotar a la vivienda de diferentes alturas y dimensiones, pero sin impactar en exceso en el entorno, mientras se está construyendo.