Los exoesqueletos, esas estructuras o armazones artificiales que recubren total o parcialmente el cuerpo de una persona para aumentar sus capacidades físicas, llevan tiempo con nosotros, también en España. Pero lo que en un principio parecía centrado en ayudar a caminar a pacientes con problemas motores, ha ido ampliándose y ya se comercializan modelos diseñados para permitir a los trabajadores levantar más peso o incluso controlar hasta seis brazos robóticos.
Una de las líneas de investigación más recientes proviene de la Universidad de Chung-Ang, en Seúl (Corea del Sur). Allí, en el Laboratorio de Robótica Asistencial y de Rehabilitación, el profesor asociado Giuk Lee ha dirigido un proyecto centrado en un exoesqueleto portátil para ayudar a los corredores a sprintar más rápido.
En un artículo publicado en la revista especializada Science Robotics, Lee presenta este sistema como una herramienta útil para que los atletas mejoren sus marcas 'animándoles' a dar más pasos en plena carrera: "aunque se trata de un estudio preliminar, podemos afirmar que el exotraje puede aumentar la capacidad humana para correr", sostiene en las conclusiones del estudio.
Extensión de la cadera
Para construir este exotraje ligero, Lee y su equipo utilizaron cables de acero accionados gracias a motores eléctricos fijados a los muslos del corredor. Los motores son los que se encargan de tirar de los cables para imitar la contracción de los músculos. De esta manera, facilita la extensión de la cadera, el movimiento que impulsa al corredor hacia delante y permite que acelere su velocidad.
Para ser efectivo, el exotraje utiliza unos sensores situados en ambos muslos para registrar en tiempo real los movimientos del usuario. Toda esa información se envía de forma automática a varios algoritmos, que se ocupan de analizar la marcha, el estilo de carrera y la velocidad de cada atleta.
Para comprobar su eficiencia, los investigadores surcoreanos probaron el dispositivo en 9 corredores distintos, todos varones y ninguno de ellos con marcas correspondientes a los deportistas de élite. Antes, estos 'conejillos de indias' participaron en sesiones de entrenamiento de tres minutos, en los que comprobaron cómo funcionaba el exotraje en una cinta para correr.
Los sujetos del experimento esprintaron al aire libre y en línea recta durante 200 metros dos veces, con descansos de 30 minutos entre cada prueba, una de ellas utilizando el exoesqueleto y la otra no. Los resultados fueron sorprendentes: de media, consiguieron correr la misma distancia casi 1 segundo (0,97 segundos) más rápido cuando llevaban puesto el traje que cuando no. Y eso, según los investigadores, tiene que ver con el aumento de la frecuencia de los pasos o zancadas durante la carrera.
Su siguiente meta es aún más ambiciosa: ayudar a Kyung-soo Oh, atleta surcoreano retirado, a batir el récord mundial de 100 metros lisos gracias a un exotraje personalizado. La plusmarca mundial, de 9,58 segundos, fue establecida por el velocista jamaicano Usain Bolt en 2009. Además, también quieren comprobar las posibles mejoras que puede aportar su dispositivo a corredores con alguna discapacidad física.