Quedan muy pocos días para que Apple de comienzo oficialmente a su Conferencia Mundial de Desarrolladores, también llamada WWDC de 2023. Un evento que se podrá ver en España y que estará principalmente orientada al software, aunque servirá para presentar, según los últimos rumores, algunos de sus dispositivos más ambiciosos. El producto estrella que verá la luz presumiblemente en el evento serán las gafas de realidad mixta de la compañía, cuya presentación está prácticamente confirmada.
Se ha hablado largo y tendido sobre las gafas, y a medida que se acerca la fecha de la WWDC, van apareciendo pequeños rumores acerca de estos dispositivos, confirmando algunas de sus propiedades. Y es que ya parece casi algo sabido que estas gafas serán tremendamente ambiciosas, tanto que tendrán un precio difícil de alcanzar para la mayoría de consumidores.
Repasamos prácticamente todo lo que se sabe sobre estas gafas de realidad mixta, que prometen ofrecer experiencias tanto en realidad virtual como en realidad aumentada. Desde su hipotético precio hasta su sistema operativo, pasando por detalles relacionados con su potencia y su hardware.
Apple Reality Pro
Si bien los rumores han ido fluctuando a lo largo de los meses, cambiando y modificando detalles como el nombre, lo cierto es que a fecha de escrito este artículo ya hay una serie de elementos que están ya condicionados de cara al lanzamiento de las gafas. Empezando por el nombre, que presumiblemente será el siguiente: Apple Reality Pro.
Después de que se empezaran a rumorear nombres como Apple Glass o Reality One, Apple registró varios nombres, incluyendo Reality Pro, Reality One y Reality Processor. Se espera que Reality Pro sea el nombre elegido para estas primeras gafas, que vendrán acompañadas en un futuro por una versión recortada, llamadas presumiblemente Reality One.
Dato importante: no hay que confundir las Reality Pro con las Apple Glass, las rumoreadas gafas de realidad aumentada al estilo Google Glass que, según los rumores, también se están desarrollando. La diferencia es que estas gafas aún estarían lejos de presentarse, encontrándose aún en sus fases intermedias de desarrollo.
Dicho todo esto, los rumores apuntan a que estas Reality Pro serán una evolución de las HoloLens 2 o las Meta Quest Pro de Meta, ofreciendo tanto experiencias en realidad aumentada como en realidad virtual. Es decir, que no solo servirá para introducir al usuario en entornos virtuales inmersivos, sino para ejecutar entornos aumentados sobre la vida real.
Se cree que las Reality Pro serían completamente inalámbricas y que montarán más de una docena de cámaras y sensores LiDAR directamente embebidos en el cuerpo de las mismas. Estas cámaras contarían con reconocimiento de manos y rastreo de ojos, y los rumores más recientes apuntan incluso al rastreo de rostros gracias, de nuevo, a estas cámaras y sensores. De hecho, se habla de reconocimiento de iris para, entre otras cosas, realizar pagos vía Apple Pay o autenticarse en plataformas.
En concreto, habrá 15 cámaras; 8 para realidad aumentada, una para detección ambiental y 6 para biometría, según recogió Ming-Chi Kuo hace ya bastante tiempo. Además, estas cámaras quedarían bastante camufladas; no se notarían prácticamente nada, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en gafas como las Meta Quest Pro.
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El diseño es una tarea pendiente en los rumores. Existen renders y esquemas de cómo podrían ser estas gafas, que llegarían a parecerse mucho más a unas gafas de esquí que a unas gafas propiamente dichas. Se atarían con correas similares a las de los Apple Watch y los materiales de construcción incluirían telas de malla, aluminio y vidrio. Eso sí, los rumores establecieron que pese a que las gafas tendrán un peso ligerísimo de 150 gramos, tendrán su batería aparte del cuerpo.
Hardware interno
Los rumores más extendidos respecto al hardware interno de las Reality Pro de Apple habla de una resolución nativa de 4K por ojo, con una densidad de hasta 3.500 píxeles por pulgada, prometiendo un nivel de detalle sin parangón. La resolución exacta sería de 4.000 x 4.000, y se usarían paneles micro-OLED o bien micro-LED. Se usará un tercer panel para visión periférica con tecnología AMOLED, a una resolución más baja.
No se sabe si estas gafas soportarán una alta tasa de refresco, como 90 Hz o más o si por el contrario se estanca en los 60 Hz. Lógicamente estas Reality Pro tendrán (como siempre, en base a los rumores) sus propios auriculares de audio, pero se recomendará el uso de unos auriculares externos, como unos AirPods para aprovechar el audio espacial.
El procesador elegido es una incógnita, más allá de los rumores que afirman que se usarán procesadores de la gama M de Apple. Se barajan CPUs como el M1 Pro o el más reciente M2, conjuntado con hasta 16 GB de memoria RAM. La elección de la arquitectura ARM no es algo baladí; además de ser más eficiente de cara al desarrollo de aplicaciones para el ecosistema Apple, es más eficiente energéticamente, ayudando a la autonomía de las gafas.
Numerosos reportes de periodistas como Mark Gurman especifican que estas Reality Pro usarán una combinación de dos procesadores similares, con uno de ellos dedicado al apartado gráfico de las gafas. Este sería el motivo, según Gurman, de que la batería sea externa, ya que en tareas intensivas las gafas se podrían sobrecalentar.
Es de esperar que estas gafas integren lo mejor en conectividad; WiFi 6E, Bluetooth y demás para poder conectarse a otros dispositivos de Apple. Las gafas, por otro lado, estarán más orientadas al uso de experiencias en realidad mixta y no tanto juegos; tendrá accesorios, incluyendo un sistema para los dedos con forma de pinza para dispositivos de entrada, pero no tendrá mandos de juego como tales.
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Otros añadidos de estas gafas incluirían verificación ocular para la seguridad y biometría de las gafas y seguimiento de ojos para poder manejarse por la interfaz del sistema operativo. De hecho, para mejorar la autonomía, este sistema de seguimiento bajaría la resolución gráfica de la interfaz en los entornos de visión periférica, centrándose en lo que ve el usuario, ganando en batería.
Por otro lado, está el sistema operativo. En base a nombres registrados por Apple, los rumores coinciden en que el nombre de dicho sistema será xrOS o RealityOS. Tendrá funciones de conectividad con otros dispositivos de Apple y no se sabe mucho más de este software, más allá de las promesas de que sería brutalmente ambicioso.
Este sistema, tal y como afirman ciertos rumores, permitirían una usabilidad muy similar a lo visto en iOS e iPadOS, e incluiría detalles como teclados virtuales para escribir en el aire o llamadas FaceTime que representarán el cuerpo de los usuarios de las Reality Pro de manera, valga la redundancia, realista. Incluso se habla de que estas gafas se podrían usar como un monitor externo para Mac.
¿Y el precio?
El punto más comentado respecto a estas Reality Pro es el precio. Esta cifra ha ido variando enormemente desde que se comenzó a hablar de estas gafas allá por el año 2020, y en un principio se hablaban de precios alrededor de los 1.000 euros. Ahora, en los últimos meses, prácticamente todos los rumores coinciden en que el precio será mucho mayor.
Nada menos que entre 3.000 y 3.500 euros, o lo que es lo mismo, un precio muy superior al de cualquier iPhone, iPad o MacBook de la compañía en sus configuraciones base. Esto limitaría enormemente a las Reality Pro, que se situarían en un entorno mucho más profesional y relacionado con el desarrollo. Reportes de Gurman y otros medios respaldaron posteriormente este brutal precio de 3.000 euros.
Lo más sorprendente es que según las fuentes de Mark Gurman, pese a la etiqueta de precio, Apple perdería dinero con estas Reality Pro, debido a los altísimos costes de desarrollo y producción que tendrían estas gafas. Tanto es así, que según recoge MacRumors, las reservas de estas gafas se verían enormemente mermadas, con cifras de alrededor de 100.000 unidades anuales.
No obstante, lo más probable es que este dispositivo sea la punta de lanza para una nueva generación de productos de realidad aumentada y virtual de Apple, y sirva para que en el futuro lleguen variantes más accesibles para el consumidor final.