En España hay más de 2,5 millones de personas con movilidad reducida, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que diariamente tienen que hacer frente a numerosos desafíos cuando van en avión. La tecnología permite que ese proceso sea más sencillo, con inventos como una silla de ruedas que se pliega para llevarla como equipaje de mano o una nueva maleta ideada por unos estudiantes españoles que ayuda a que estas personas puedan viajar de forma independiente.
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La imposibilidad de transportar equipaje en silla de ruedas es uno de los obstáculos a los que se enfrentan las personas con movilidad reducida, lo que les priva de independencia a la hora de viajar. HOOPS, así es como se llama este nuevo invento, llega para poner fin a este problema: se trata de una maleta que se acopla a la propia silla y que ha sido diseñada por cinco estudiantes de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid.
Javier Herráiz, Claudia Fernández, Carmen Núñez, Julia Viela y Pablo Jiménez son los responsables de este proyecto, que ha ganado el premio nacional James Dyson Award de este año. Los premiados cuentan a EL ESPAÑOL - Omicrono que su idea surgió tras hablar con familiares y amigos usuarios de silla de ruedas, cuando detectaron que no existía ninguna solución que les permitiera transportar de forma independiente y segura su propio equipaje.
"Un día cenando con un amigo usuario de silla de ruedas, cuando me llevó en su coche de vuelta a casa vi cómo plegaba su silla y la metía en el maletero. En ese momento me explicó que a la hora de viajar existen decenas de soluciones para este colectivo, pero que el verdadero problema es llevar sus cosas. Pensé que no tenía sentido que pudiera moverse con facilidad, pero no pudiese transportar sus pertenencias con él", explica Javier Herráiz.
En la propia rueda
Como solución surgió HOOPS, una maleta circular que se acopla al eje de la rueda de la silla, pero que no gira con ella, pudiendo transportar objetos frágiles con seguridad. "Al principio pensamos en hacerla para encajarla en otras partes, pero siempre nos salía algún problema. Por ejemplo, si se colocaba en el respaldo, el peso podría vencer la silla. No queríamos hacer un dispositivo en el que las personas necesitaran comprar una segunda silla de ruedas, y se nos ocurrió colocarla en los lados", explica Julia Viela.
Tras varios meses de trabajo y de feedback por parte del amigo y del tío -usuarios de sillas de ruedas- de dos de los estudiantes, este grupo de diseñadores llegaron a la conclusión de que la forma más sencilla para solventar el problema del equipaje era crear una maleta circular que se acoplase directamente a lo que es el eje de la silla de ruedas.
"El producto que tenemos es una maleta y el eje auxiliar con el que engancharla a la silla sin necesidad de nada más", detalla Viela. Esta solución permite a las personas en silla de ruedas transportar con facilidad dos maletas de forma cómoda, ya que su diseño hace recaer el peso en el eje de la rueda, lo que posibilita que la inercia de las ruedas no varíe y no se incremente el esfuerzo requerido para mover la silla.
"La tecnología de la maleta es simple. Básicamente son tres partes: el espacio de almacenamiento, el asa y el eje auxiliar para acoplarla a la rueda de la silla. Una vez acoplada, la maleta se queda fija, es decir, no gira solidariamente con las ruedas, ya que esto permite que el momento de inercia de la rueda no aumente y que la persona no tenga que hacer más fuerza para girar las ruedas. Algo que sí tendría que hacer si la maleta girase con las ruedas; lo que también podría romper pertenencias delicadas que vayan dentro", explica Pablo Jiménez.
Una maleta que está diseñada para que sea un equipaje que se pueda meter en la cabina de un avión, por lo que no es necesario facturarla en los viajes. "Desde el principio pensamos en HOOPS para que fuese fácil de instalar y para que las personas en silla de ruedas que no tengan ningún problema de movilidad de cintura para arriba pudieran instalar la maleta ellas mismas. Incluso las pueden llevar en la propia cabina", informa Claudia Fernández.
Con materiales reciclados
Los estudiantes, que pretenden usar los 5.800 euros del premio para crear el primer prototipo, han apostado por fabricar la maleta con materiales 100% reciclados y reciclables. "Para conseguir un diseño totalmente circular utilizamos materiales sostenibles, duraderos y reciclables para que soportasen bien el peso de la maleta. Para el interior utilizaremos polipropileno y un forro de poliéster, ambos reciclados de la industria automovilística", detalla Carmen Núñez.
Mientras que el asa será de termoplásticos reciclados y la carcasa exterior de la maleta estará fabricada "en cuero vegano procedente de la piel del cactus", aunque Núñez asegura que aún están valorando otros materiales diferentes. A la hora de desarrollar el primer prototipo, los estudiantes aseguran que la impresión 3D les puede ser de utilidad para crear determinadas partes del dispositivo, como las piezas acoplables.
El objetivo principal de este invento es el de conseguir que las personas en silla de ruedas puedan viajar de forma autónoma, es decir, solos y sin necesidad de ayuda. "También queremos demostrar que con un producto sencillo, intuitivo y fácil de usar se puede solucionar un problema a escala global que afecta a millones de personas. HOOPS con su diseño, que además de estético es funcional, ofrece un equipaje realmente seguro y útil adaptado a personas en silla de ruedas", expone Claudia Fernández.
Ahora tendrán la posibilidad de conseguir el galardón internacional de los premios de este año. Junto a HOOPS, este año han quedado como finalistas otros dos proyectos: Disperseed, una esfera de semillas impresa en 3D, biodegradable y comestible que favorece la diversidad de especies vegetales en áreas forestales que han sufrido incendios; y Agro Biomaterials, un kit para fabricar biomateriales en casa a partir de residuos orgánicos. Mientras que el año pasado el ganador nacional fue Pinsoft, un invento para reducir la fobia a las jeringuillas y aumentar la vacunación.