Si algo ha demostrado la pandemia en España es que buena parte del trabajo en la oficina se podía hacer fuera de ella. El teletrabajo se ha impuesto con fuerza y la versatilidad que aporta el trabajo en remoto ha llegado para quedarse. Sin embargo, la movilidad del trabajador no ha hecho más que empezar.
El empleado ha llevado su oficina a casa, pero la evolución es que la oficina esté en cualquier lugar. Un cambio que no sólo implica una modificación de su ubicación, sino también en la forma en la que se relaciona con su dispositivo de trabajo. Lenovo lo sabe y aquí es donde entra en juego el ThinkPad X1 Fold, el portátil que marca el futuro de la informática.
¿Es un tablet, es un portátil, es un convertible? Lo es todo. El ThinkPad X1 Fold es el primer portátil plegable que se ha comercializado a gran escala y viene a responder a esa necesidad de tener un equipo potente, pero compacto y que va más allá de un portátil tradicional pensando en las ventajas que se pueden tener un dispositivo multidisciplinar.
El portátil no es para todos, ya que está pensado de momento para aquellos usuarios que quieren lo último en tecnología y probar con las nuevas tendencias. Su precio parte de los 2.829 euros y puede superar los 3.500 euros, en función de la configuración que elijamos. Y es que el Fold no es sólo diseño, sino también potencia interior.
Diseño futurista
Usar el ThinkPad X1 Fold es lo más parecido a adelantarse al futuro. Parece sacado de una película de ciencia ficción. Es del tamaño de una pequeña libreta que se despliega y se convierte en una tablet funcional, conectada al instante; pero que cuando necesitamos trabajar sentado basta con doblarlo y tendremos lo que se espera de un portátil.
Doblado es del tamaño de un libro, mientras que desplegado es algo más grande que un folio. Pese a su capacidad de doblarse en ningún momento da sensación de fragilidad, algo que ayuda su cubierta exterior de cuero y su refuerzo interior de goma pensada para resistir golpes.
El principal reto de este dispositivo es que la pantalla sea contínua, que la bisagra sea lo más discreta posible, y Lenovo lo consigue. Su mecanismo está muy logrado y casi no se nota el bulto que este tipo de dispositivos suelen dejar en la parte en la que el panel se mueve. En el trabajo del día a día pasará desapercibida y cuando más la notaremos es cuando miremos la pantalla apagada, una situación en la que -obviamente- no molesta.
Más allá de la pantalla QXGA OLED flexible táctil de 13,3 pulgadas (2048x1536), en el frontal también encontramos una cámara de 5 megapíxeles, mientras que en los laterales encontramos los botones de encendido y volumen, puerto USB-C así como las salidas de aire que permiten el rendimiento óptimo del equipo.
Aunque se puede usar como tablet o como portátil, también se puede usar como un monitor, para lo que necesitaremos el teclado físico externo que incluye en las versiones superiores. Éste, de una delgadez extrema, se vincula a través de bluetooth al dispositivo con lo que cuando queramos escribir pero usar la pantalla grande también podremos hacerlo gracias a la bisagra que trae la trasera de cuero, que permite dejar de pie el Fold.
Una de las particularidades del teclado es su diseño magnético. Se puede acoplar a una de las mitades del Fold por si queremos usar el dispositivo como un portátil con teclado físico, una experiencia más agradable que escribir sobre la pantalla. Un punto a favor de este teclado es que podremos llevarlo siempre encima cuando el Fold esté plegado, pues se guarda entre la pantalla plegada. Asimismo, otro de los accesorios que incluye el Fold es el Lenovo Mod Pen, un lápiz con el que tomar notas de forma fácil.
Experiencia de usuario
Más allá de un diseño muy bien terminado. El Fold cambia la experiencia de usuario por completo, llevando un paso más allá lo que podemos hacer con un portátil. No encontraremos un límite a la hora de relacionarnos con el dispositivo, lo podremos hacer todo.
Es cierto que un concepto parecido lo habíamos visto con los portátiles convertibles, sin embargo aquí tenemos un factor diferencial: la pantalla. Cuando usamos una tablet lo que queremos es que la pantalla mande, que nos podamos relacionar bien con ella y su interfaz responda rápidao con gestos con el dedo. Sin embargo, cuando queremos usar un portátil queremos tener la soltura de escribir o gestionar información de forma ágil. Con el Fold hacemos ambas y el único gesto que tenemos que hacer es doblar la pantalla.
El gran problema de los convertibles es que no se aprovecha bien el dispositivo en todos los usos. Cuando queremos usar la tablet el teclado físico nos sobra, es un elemento molesto del que tenemos que estar pendientes. Con lo que la eliminación de ese lastre en el Fold es un completo acierto.
Como cualquier tablet, el Fold reconoce si estamos trabajando en horizontal o en vertical y Windows 10 cambiará la orientación en consecuencia. Sin embargo, a través del Lenovo Mode Switcher podremos dividirnos el espacio de trabajo y definir si queremos dividir la pantalla y de qué forma. Asimismo, Windows se ajustará de forma automática a mitad de la pantalla en el momento en el que coloquemos el teclado físico sobre ella.
La adaptación de las aplicaciones es buena. Cuando pleguemos la pantalla y pasemos de un formato a otro podemos elegir si preferimos que nos ocupe la pantalla completa -ideal por ejemplo para un navegador-; o bien si preferimos que se ajuste en alguna de las mitades. Recordará nuestro uso habitual hasta que digamos lo contrario.
Con la mente puesta en el teletrabajo en cualquier lugar, el Fold también viene con la conexión supersegura con cifrado integrado de ThinkShield, una de las soluciones más buscadas por las empresas ante el aumento de ciberataques, así como con la posibilidad de conexión 5G.
A nivel de rendimiento el Fold es lo que cabría esperar de un ThinkPad de alta gama. Parte de una versión con procesador Intel Core i5-L16G7 (hasta 3,0 GHz), 8 GB de RAM, gráfica integrada, disco 256 SSD y una batería de 4 celdas de polímeros de litio (50 Wh).
Colocar estos elementos en el interior del Fold ha sido un verdadero reto, explican desde Lenovo, pues hubo que diseñar todo el sistema desde cero, especialmente el sistema de refrigeración. Para hacer que la potencia no se vea lastrada por el calor, tiene un ventilador, un disipador de calor y un difusor de calor, que cubren toda la placa base para mantenerla ventilada y segura. Algo que pasa totalmente inadvertido cuando lo usamos pues es completamente silencioso y no notaremos incremento de temperatura usándolo.
¿Me lo compro?
El ThinkPad X1 Fold no es para todos. Es un portátil que se adelanta al futuro y que está pensado para quienes quieren tener hoy lo último en tecnología. Como pasa habitualmente, los primeros modelos, por su caracter único y disruptor superan con creces el precio medio del mercado.
En este caso parte de los 2.829 euros y sube hasta los 3.509 euros, con lo que podríamos comprar -por ejemplo- un MacBook Pro y un iPad Pro y nos seguiría sobrando dinero. Aunque la comparación es injusta porque son dispositivos completamente diferentes, lo que hay que tener en cuenta es que quien compre el Fold lo hará más por la experiencia única, de poder tener el uso multidispositivo desde un único equipo, que por la relación entre calidad y precio.
En cualquier caso, y aunque la cuota de mercado del X1 Fold pueda ser testimonial, es una buena noticia que Lenovo se aventure a romper la baraja y plantear cómo reinventar la informática. Este tipo de modelos disruptores necesitan años para llegar a modelos de gran consumo, pero Lenovo acaba de entrar por la puerta grande en un nuevo concepto que marcará cómo entendemos el ordenador.