Cuando las máquinas de café expreso llegaron a los bares y cafeterías de España supusieron toda una revolución. ¿Un café en 2 minutos? Eso antes era impensable. Todavía hoy cuando pensamos en una de estas máquinas nos las imaginamos como pesadas moles que no han cambiado ni un ápice en estas décadas. Y nos equivocamos.
La máxima tecnología que había experimentado en mis carnes con una máquina de café doméstica se resume en aparatos como una Nespresso o una Dolce Gusto. El café, incluso para los casi cafeteros, está bastante bien y la variedad de bebidas que ofrecen las cápsulas no tiene nada que envidiar a algunas cadenas de cafeterías, echándole un poco de imaginación y tiempo. Pero pocas cosas hay más placenteras que el café recién molido.
Para muchos es -casi- un ritual. El traqueteo del molino del café seguido del aroma es la combinación perfecta para despertarse cada mañana o tener un empujón energético a media tarde. Tanto es así que me propuse voluntario para probar la Melitta Barista TS Smart (unos 1.000 euros), que por ser cafetera no han dejado de lado el siglo XXI y la tecnología actual más completa.
Primeros pasos
El primer paso y el único que hay que hacer fuera de casa es comprar un buen café en grano. Un producto que se encuentra fácil en cualquier supermercado y del que hay disponible casi infinitos tipos. Tras consultar a verdaderos expertos del café en grano y que ninguno supiera decirme por dónde empezar con exactitud, compré uno con una etiqueta que marcaba un precio medio entre todas las opciones.
El segundo, una vez en casa, es llenar el depósito del agua y verter el café en grano. Se encuentra muy accesible en la parte superior trasera de la cafetera y vemos que tiene un par de compartimentos. Cuando nos hagamos el café podremos seleccionar uno u otro. Perfecto si queremos tener dos tipos de café o uno con cafeína y otro descafeinado. Sin duda, uno de los puntos que más he agradecido en el tiempo que he tenido la cafetera en casa.
Mención especial y otro de los puntos positivos de la Barista TS Smart es el vaso para la leche. Se conecta mediante un tubo de silicona a la máquina de café y tendremos leche caliente con espuma con solo pulsar el botón táctil dedicado. Aunque habrá que tener cuidado para que no se ponga mala la leche al no estar refrigerado. Como truco, podemos meter el vaso metálico al frigorífico, pero nunca al lavavajillas.
Ya que se menciona un pequeño consejo de mantenimiento, decir que éste es algo más delicado que la media de las máquinas de café a las que estoy acostumbrado. Lo primero porque la máquina muele y, por tanto, se genera una 'pastilla' de grano molido tras cada dosis de café. Lo mismo con el agua sobrante del proceso. Ambos desperdicios se almacenan en una bandeja extraíble que hay que vaciar cada poco.
Cuando la bandeja esté demasiado llena la máquina nos avisará para que retiremos tanto el agua como el café sobrante. El tiempo de entre mantenimientos depende, como era de esperar, de la cantidad de café que hagamos, pero con un uso normal de un par de cafés al día se sitúa entre los 2 o 3 días.
Hasta 21 recetas
Ahora sí, enciendo la máquina y la pequeña pantalla nos da la bienvenida. Tras un breve periodo de calentamiento que dura unos segundos, la cafetera ya está lista para ofrecernos lo que mejor sabe hacer.
La cafetera se sincroniza de forma casi automática con la aplicación disponible tanto para iOS como para Android mediante una conexión vía Bluetooth. La app se convierte entonces en el centro de mandos de la preparación de bebidas y del mantenimiento rutinario. Aunque también lo podemos hacer de forma manual utilizando los botones táctiles del frontal de la máquina.
Además de los atajos a los cafés con las mezclas estándar, podremos pasar a una segunda página donde elegir todas las cantidades en diferentes preselecciones hasta un total de 21. Pero si todavía no encontramos la receta perfecta siempre podremos personalizar la nuestra y guardarla.
Los tipos de café estándar son: expreso, cortado, capuchino y leche manchada (latte machiatto). Además, la máquina es capaz de hacer espuma de leche y de proporcionar agua caliente para tés e infusiones.
El resto de controles de la cafetera recogen prácticamente todas las configuraciones que un buen barista necesita. Por ejemplo, podemos elegir si queremos el café más largo o más corto controlando la cantidad de agua y también si queremos un sabor más intenso o menos dependiendo del control de granos. Todo ello desde la propia aplicación o desde los controles integrados.
Cuanto más a la derecha se encuentren los dos medidores el café se hará con mayor cantidad de agua y con un sabor más fuerte. En el panel también podremos elegir qué tipo de café de los dos que hay en la tolva trasera y la posibilidad de hacer dos cafés al mismo tiempo.
El uso de la aplicación es realmente interesante, pero, en el día a día, desde mi punto de vista es más práctico usar los controles en pantalla. Principalmente por ser más directo y conciso y no tener que lidiar con una pantalla extra.
Si queremos ir un paso más allá podemos utilizar la Melitta Barista TS Smart como punto de partida para realizar otras recetas. Basta con buscar en Internet tutoriales sobre cómo preparar cafés especiales o de cadenas de cafeterías famosas.
Para muy cafeteros
Los 1.000 euros que hay que desembolsar son, sin duda, la barrera de la Melitta Barista TS Smart. Cualquier aficionado al café lo tomará como una inversión que se paga en prácticamente 800 cafés que nos podamos tomar en un bar cualquiera, sin recurrir a sitios de postín, teniendo en cuenta el coste del café en grano que hay que comprar.
El café está realmente bueno y las recetas extras con la leche ayudan mucho a impulsar el menú de bebidas. Y, efectivamente, nada tiene que ver con las cafeteras de cápsulas a las que estamos acostumbrados a tener en casa ni tampoco a las cafeteras italianas. La Melitta Barista TS Smart es como tener la máquina de café de un -buen- bar en casa. Ni más ni menos.