Si existe algo en el mundo que rara vez se detiene es el continuo 'chorro' de dinero que el Ejército de Estados Unidos invierte en nuevas tecnologías. Partidas presupuestarias que van desde un coloso como el próximo Air Force One, nuevos conceptos de helicópteros o pequeños drones que caben en la palma de la mano.
Una de las últimas en anunciarse ha sido la dedicada a la compra de pequeños UAV (Unmanned Aerial Vehicles) fabricados por FLIR Systems, la compañía más importante del mundo de cámara térmicas y sensores de imagen. Con sede en Wilsonville, Oregon ha recibido 20,6 millones de dólares para proporcionar FLIR Black Hornet 3 a la Armada de Estados Unidos.
Este pequeño dispositivo promete ser una extensión más de los soldados a corto plazo. Entre sus capacidades, aún por explotar, se encuentran la de ofrecer apoyo al pelotón y proveer de información de reconocimiento y supervivencia a los soldados. Aunque es EEUU quien más fuertemente ha apostado por esta tecnología, el Ejército español también cuenta con estas máquinas aunque de una forma casi testimonial.
Un dron en el bolsillo
El Black Hornet 3 es uno de los actores del programa Soldier Borne Sensor (SBS) que promete llevar las capacidades de la tropa un paso más allá. Para ello, emplea drones minúsculos como el de FLIR u otros con capacidades más avanzadas.
Según podemos ver en los diferentes vídeos promocionales, el empleo de drones se centrará en el reconocimiento de la zona independientemente si es de día o de noche. La forma perfecta de recoger información útil de los alrededores sin poner en peligro a ningún soldado.
En el comunicado emitido por FLIR, afirman que "en enero de 2019, la Armada de Estados Unidos otorgó a FLIR un contrato por de 39,7 millones de dólares para que el modelo Black Hornet 3 se integrara dentro del programa SBS". Los 20,6 millones actuales corresponden a una nueva partida para ampliar el contrato.
Entre sus especificaciones técnicas encontramos algunas muy interesantes como la capacidad de resistir ráfagas de viento de hasta 20 nudos (unos 38 kilómetros por hora), lluvia ligera y puede operar en un rango de temperaturas muy amplio (desde -10 hasta 43 grados centígrados). Todo ello en 33 gramos y 168 mm de largo.
Tiene una autonomía de 25 minutos y una velocidad máxima de casi 22 kilómetros por hora. Sobre el alcance, es capaz de enviar información cifrada en un rango de 2 kilómetros del receptor.
En el apartado de cámaras, el Black Hornet 3 cuenta con dos sensores: uno dedicado a recoger imágenes cuando haya buena luz y otra infrarroja para cuando ésta escasee. Además, dado su pequeño tamaño y a que emite poco ruido es difícil de detectar por un humano. Según al compañía, ya han vendido más de 12.000 Black Hornet 3 a difererntes empresas y fuerzas de seguridad de todo el mundo.
"El Black Hornet ha demostrado ser una tecnología que cambia las reglas del juego: un dispositivo pequeño que puede ofrecer una gran ventaja en el campo de batalla", ha declarado Roger Wells, Vicepresidente y Gerente General de la línea de negocio de sistemas no tripulados y soluciones integrales de FLIR. Estos pequeños drones se fabricaránen Noruega y esperan enviar las primeras unidades a Estados Unidos antes de terminar 2020.
Más allá de EEUU
El Ejército de España y otros países de la OTAN adquirieron drones muy similares de la misma firma pero pertenecientes a un modelo más antiguo con menos capacidad y también más ligeros (tan solo 16 gramos). La principal diferencia entre el Black Hornet 3 que está adquiriendo el Ejército de Estados Unidos y el de España radica en los tipos de cámaras que pueden equipar al mismo tiempo. Mientras los nuevos modelos permiten llevar cámaras diurnas y nocturnas a la vez, el antiguo tan solo permite equipar una u otra.
Los Black Hornets de España se han dedicado en exclusiva a las fuerzas especiales del ejército a través del Mando de Operaciones Especiales (MOE). Recibiendo unidades el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y algunas unidades del Ejército de Tierra como La Legión.
El dron, tecnología clave
Aqunque la misión principal de los drones ha sido y sigue siendo la de recabar información, existen otros muchos dispositivos de este tipo que permiten realizar auténticas operaciones de ataque y defensa activa sin poner en riesgo vidas.
En un futuro no muy lejano, los cazas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos tendrán drones volando a su alrededor que podrán emplearse para atacar sin poner en riesgo la vida del piloto e incluso como escudo en caso de impacto inminente al caza.
Saliéndonos del campo de batalla y entrando en el campo 'a secas', los drones también han demostrado ser capaces de ayudar en la vigilancia de las cosechas. Las aplicaciones tienden al infinito y, a medida que la tencología va mejorando y abaratando, el empleo de drones será cada vez mayor en tareas cotidianas como el reparto de comida.