Estamos ya en el 2020, y uno de los problemas más comunes de la industria del smartphone aún no ha sido solucionado. Hablo de la gran variedad de puertos y cargadores usados por los fabricantes, que hasta ahora han sido incapaces de ponerse de acuerdo por un estándar único.
Es cierto que la situación es mucho mejor que la de hace diez años, cuando prácticamente cada fabricante tenía una idea diferente de cómo debía ser la experiencia de carga de nuestro dispositivo. Hoy en día, hay tres puertos diferentes, micro-USB, USB-C y Lightning, y varias tecnologías de carga rápida.
Eso volvió a motivar al Parlamento Europeo a pedir soluciones a mediados de enero; aunque no era ni mucho menos la primera vez, en ocasiones anteriores los legisladores europeos prefirieron dejar que el mercado siguiese su progresión y buscase la solución por si solo.
El puerto Lightning no morirá
Esa política puede estar cerca de cambiar, y ya se juega con la posibilidad de que, por ley, todos los smartphones tengan que usar el mismo estándar. No está claro aún si eso supondrá usar el mismo puerto (USB-C, presumiblemente) o la misma tecnología para el cargador. Sea como sea, todo indica que la industria recibirá un aliciente para cambiar.
Y si alguien no está contento con eso, es Apple. Los de Cupertino llevan desde el primer iPhone apostando por sus propios puertos, y desde hace unas generaciones ese es el Lightning. Y ahora que puede ser obligada a abandonarlo, Apple ha dado dos razones para no apostar por un puerto común; el único problema es que no hay por donde cogerlas.
Para empezar, la postura más repetida por Apple es que obligar a usar un único puerto "ahogaría la innovación"; la lógica es que, si todos los fabricantes están obligados a usar el mismo puerto, no podrían trabajar en mejorarlo ni presentar alternativas mejores. Por supuesto, Apple se olvida de ya existe un estándar único en el que están participando todos los fabricantes (menos ella): USB-C.
Que la UE decida que todos los fabricantes deban usar el mismo puerto no afectará a la innovación, porque la mayoría de los fabricantes ya han decidido eso, y están innovando como siempre. Los estándares USB son decididos por el USB-IF, una organización a la que pertenecen los principales fabricantes, incluida Apple.
De hecho, la compañía de la manzana es una de las siete que forma la junta directiva de la organización, así que tiene tanto poder, o incluso más, que sus rivales para decidir la dirección del estándar. Si Apple tiene miedo de que adoptar USB-C afectaría a la innovación, sólo tiene que plantear alternativas y mejoras a sus compañeros de USB-IF.
La hipocresía de Apple con los cargadores
La segunda razón de Apple para no abandonar el puerto Lightning es que la migración generará más basura, ya que los usuarios tendrán que abandonar los cargadores y cables que ahora usan. Esta es la excusa que, como propietario de dispositivos de Apple, es la que personalmente me enfurece.
Desde hace unas semanas soy el orgulloso propietario de un nuevo iPhone 11, un genial dispositivo que está cumpliendo todas mis expectativas, excepto en un detalle. Y es que aún no he sacado el cargador ni el cable de la caja, y probablemente acabarán en un contenedor cuando, dentro de unos años, haga limpieza en casa.
Aunque el iPhone 11 es compatible con carga rápida, Apple tomó la extraña decisión de no incluir un cargador compatible con esa tecnología en la caja. Es una manera de ahorrar costes en el modelo más "barato", pero no es lo que te esperarías después de pagar, como mínimo, 809 € por un móvil. Así que no tuve más remedio que comprar un cargador con carga rápida para poder aprovechar realmente mi dispositivo.
Esto demuestra que Apple no está tan preocupada por llenar los vertederos de cargadores viejos, al menos no tanto como para gastar un poco más en un producto que le da tantos beneficios.
Pero sin duda alguna lo más extraño de esta reacción de Apple a una posible ley europea es que lo más probable es que no le afecte. Apple ya está trabajando en un iPhone sin puertos, que se recargará de manera inalámbrica; no llegará este año, pero es muy probable que esa sea la dirección a la que se dirige toda la industria, convirtiendo estas quejas y discusiones en una pérdida de tiempo.