Los drones han marcado la guerra entre Ucrania y Rusia desde su mismo inicio. Ya sean aeronaves no tripuladas de origen iraní, pequeños cuadricópteros comerciales adaptados a tareas de vigilancia y ataque o sofisticados drones con motor a reacción y gran alcance para atacar bases aéreas, estos dispositivos han supuesto una auténtica revolución táctica. De hecho, además de recibir la ayuda de países como España en forma de equipamiento militar, en Ucrania ha proliferado una industria destinada a alimentar las crecientes necesidades de sus fuerzas armadas para contener e incluso atacar a Rusia en su propio territorio.
Uno de los últimos ejemplos de este esfuerzo bélico con denominación de origen ucraniana es REX, desarrollado por Armadrone, una empresa en expansión fundada por exmilitares en 2016. Esta compañía, especializada en aeronaves no tripuladas de ala fija de tamaño medio y con capacidad para acarrear bombas, ha iniciado las primeras pruebas operativas con este dron, capaz de localizar, fijar, rastrear y atacar un objetivo a una distancia de hasta 45 km, además de evaluar el resultado del ataque una vez realizado.
Una de sus características principales de este nuevo dron es su capacidad para lanzar sobre posiciones enemigas entre 2 y 8 artefactos explosivos de distinto tipo, con una carga útil total de 10 kg. Eso aporta una gran versatilidad táctica, que se suma a la facilidad para su despliegue y al bajo coste del equipo.
REX
De momento, la información disponible sobre REX es bastante limitada, ya que desde Armadrone no se han confirmado especificaciones como su tamaño o el motor que lo propulsa. Además del alcance operativo de 45 km, lo que sí se sabe es su autonomía (1,5 horas), la masa de despegue de 16 kg y la velocidad máxima de 35 m/s, es decir, 136 km/h.
El UCAV (siglas en inglés de vehículo aéreo de combate no tripulado), diseñado para misiones de reconocimiento, vigilancia, potencia de fuego y corrección, ha sido desarrollado en suelo ucraniano y en Polonia y cuenta con componentes avanzados de procedencia israelí y de "otros países aliados".
Otra de sus características principales sería la precisión, "crucial para minimizar el riesgo de víctimas civiles en las zonas de combate", según su perfil en la plataforma Brave Inventors, donde se concentran algunas de las campañas de crowdfunding para las innovaciones tecnológicas de defensa del país presidido por Volodímir Zelenski. Se desconoce el tipo de munición utilizada en las pruebas, pero un número no precisado de estos vehículos ya estarían en fase de producción.
Una de las indudables ventajas de estos equipos es que pueden ser lanzados por un equipo mínimo de dos soldados, que pueden preparar y lanzar el dron en muy poco tiempo desde una pequeña catapulta fácil de usar. Según Armadrone, los drones REX pueden lanzar sus bombas de una en una o en cascada, "para maximizar el efecto destructivo y psicológico sobre las posiciones enemigas".
Punisher
Armadrone no son unos recién llegados que se han apuntado al esfuerzo bélico una vez empezada la invasión de Rusia. Llevan en activo desde 2016 y su otra gran contribución es Punisher, cuyo primer prototipo se remonta a 2018, años antes de la operación especial de Putin. REX sería una versión algo más grande y avanzada de Punisher ("castigador" en castellano), una evolución adaptada a las nuevas necesidades de combate.
Utilizado inicialmente en operaciones especiales, estos drones de ala fija empezaron a servir para defender Kiev de los primeros ataques rusos. Diseñados para volar largas distancias de hasta 60 km, los Punisher se promocionan como los drones con el "coste de misión más bajo del mundo". El propio fabricante se encarga de suministrar los contenedores de munición, y el ejército ucraniano sólo tiene que llenarlos con explosivos y detonadores.
Estas aeronaves pueden estar listas para su lanzamiento en sólo 10 minutos (5 minutos si es una recarga), tiene una envergadura de 2,9 metros y un peso de 2,5 kg, con un peso máximo al despegue de 7,5 kg. Su velocidad máxima se sitúa en 28 m/s (algo más de km/h) y la precisión de caída de las bombas tiene un margen de error de 4 metros.
La principal ventaja de Punisher, señalan desde Armadrone, "es que pueden obtener resultados desde el ataque inicial, a diferencia de la artillería". Además, estos drones "pueden destruir armamento valorado en millones de dólares utilizando munición relativamente barata".
Su cota máxima de vuelo es de 400 metros de altura, es muy silencioso y no deja rastro térmico, por lo que en muchos casos pasa inadvertido a las defensas antiaéreas enemigas. Cada pack suministrado por Armadrone consta de 2 drones, 3 juegos de baterías, catapulta para el lanzamiento, estación de control terrestre, calculadora balística y un conjunto de componentes modulares. La empresa asegura que ya ha suministrado 150 de estos packs (es decir, 300 drones) al ejército ucraniano.
Los objetivos más habituales de estos drones no son vehículos blindados, sino elementos estacionarios, como centros de mando, lugares de despliegue o almacenes de armamento o combustible. Aún así, ante la escasez de otras soluciones, el ejército ucraniano los ha usado con profusión para todo tipo de misiones de ataque y vigilancia.