Peresvet, el arma láser de Rusia para la guerra de Ucrania: ciega y destruye satélites espía a 1.500 km de distancia
Los detalles sobre el arma de energía dirigida se mantenían en secreto, hasta ahora: protege de imágenes satelitates en un diámetro de 180 km.
14 agosto, 2024 02:04Desde la época soviética, Rusia ha perseguido la utilización de los láseres como una herramienta táctica más. A diferencia de España, en la que sólo la futura fragata F-110 podría equipar algo parecido, desde Moscú ya cuentan con algunos programas avanzados en este terreno. Algunos enfocados en derribar misiles, drones o aeronaves, mientras que otros miran directamente a los satélites.
Este último escenario es el que contempla el arma láser Peresvet. Se trata de uno de esos sistemas que se desarrollan al calor de los programas secretos impulsados por el Kremlin y, durante muchos años, permaneció lejos de los focos. Sin embargo, fue el propio Vladímir Putin quien lo presentó durante su discurso ante la Asamblea Federal el 1 de marzo de 2018 junto a otras de las armas más punteras del país.
Desde entonces, y a pesar de la oficialidad del programa militar, una gran parte de la información clave sobre el sistema había mantenido su estatus de secreta. Hasta ahora, cuando un artículo en la revista Army Collection ha arrojado algo de luz sobre las especificaciones que consigue satisfacer el láser, que probablemente está usando Rusia para que Ucrania no tenga imágenes satélites de Kursk durante su ofensiva.
De hecho, el Peresvet fue una de las armas que Rusia desplegó a los comienzos de la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Yuri Borisov, el por entonces viceprimer ministro para la Industria de Defensa y Espacial, explicó en mayo de ese mismo año que el sistema "ya se estaba desplegando ampliamente y que podría cegar satélites hasta 1.500 kilómetros sobre la Tierra".
También indicó que ya existían sistemas todavía más potentes que el Peresvet, enfocados en este caso en inutilizar drones y otros equipos. Borisov citó una prueba realizada en la que había quemado un dron a 5 km de distancia en 5 segundos. Esta última categoría es la que más participantes concentra en el mundo de la tecnología militar, con programas en Israel, China o Estados Unidos, por mencionar sólo algunos.
Láser contra satélites
El sistema Peresvet se encuadra en lo que el Ministerio de Defensa ruso define como "armas basadas en nuevos principios físicos". Son aquellas "cuyo efecto destructivo se basa en procesos y fenómenos que hasta ahora no se había utilizado con fines militares". Las de láser —o energía dirigida— son una de las ramas más avanzadas.
En la misma documentación, el Ministerio recoge que "todos los tipos de armas de energía dirigida carecen prácticamente de inercia y, con excepción de las armas infrasónicas, son instantáneas". Además de contar con una cantidad virtualmente ilimitada de munición, solo condicionada por el desgaste de los componentes y el suministro eléctrico.
"Se trata de un láser bastante grande", indicó Yuri Knútov, experto militar, a la agencia rusa Sputnik en septiembre de 2023. "Uno solo puede suponer, basándose en su tamaño, que este láser es capaz de cegar satélites y afectar a aeronaves no tripuladas y misiles de crucero. E incluso, tal vez, aviones y helicópteros", haciendo referencia a aeronaves tripuladas.
En cualquier caso, explicó, "el sistema láser forma parte de los complejos terrestres móviles encuadrados en las Fuerzas de Misiles Estratégicos". Se trata de una de las ramas más importantes de cuantas componen las Fuerzas Armadas rusas y que se encuentran a cargo de la operación de los misiles balísticos intercontinentales con capacidad nuclear.
Tal y como recoge el artículo publicado en la revista militar, el Peresvet fue creado para proteger instalaciones de importancia estratégica y áreas militares del reconocimiento y ataques aeroespaciales que podrían ejecutar países enemigos. También mencionan la ocultación de lugares de concentración de tropas y de equipos militares de las propias Fuerzas de Misiles Estratégicos y sus movimientos.
"Se utiliza durante el periodo de agresión directa y en tiempo de guerra para interrumpir el reconocimiento del enemigo de las áreas de patrulla de combate de las formaciones de sistemas móviles de misiles terrestres", aseguran. Curiosamente Yuri Borisov dejó el cargo de vice primer ministro en 2022, sólo unas semanas después de hacer la declaración sobre el despliegue del arma láser, y se incorporó como jefe de Roscosmos, la agencia espacial rusa.
Y es que, el funcionamiento del Peresvet requiere de una monitorización del cosmos al máximo nivel de detalle. Para ocultar los despliegues de las tropas de los ojos de los satélites espía enemigos, necesitan conocer exactamente los parámetros orbitales. Roscosmos —al igual que la NASA o incluso el Ejército del Aire y del Espacio de España— cuenta con sensores convenientemente instalados para detectar cualquier presencia de satélites espía a cientos o incluso miles de kilómetros de distancia de la superficie terrestre.
Según los datos más actualizados, la altitud de destrucción de las naves espaciales enemigas oscila entre 200 y 1.100 kilómetros, sensiblemente inferior a los 1.500 km anunciados por Borisov en mayo de 2022. Mientras que el diámetro de área cubierta se sitúa entre los 130 y 180 kilómetros. Se desconoce si basta con un único sistema láser o se necesitan más para conseguir ese paraguas.
"En modo automático, el Presvet destruye los vehículos espaciales del grupo orbital enemigo exponiéndolos a una potente radiación láser", recalcan en el artículo. Se trataría, por tanto, de una escalada en cuanto a capacidad al pasar de "cegar" a directamente "destruir". El sistema está diseñado para "contrarrestar las naves espaciales de reconocimiento óptico-electrónico", cegando sus cámaras y sensores para ocultar lo que desde el Kremlin se ordene.
Zadira y Kalina
"Si Peresvet ciega, entonces la nueva generación de armas láser conduce a la destrucción física del objetivo", señaló Yuri Borisov en 2022 haciendo referencia al Zadira. Rusia no da mucha información al respecto, ni imágenes, salvo describir en un escueto comunicado la capacidad de este modelo de quemar un objetivo por su impacto térmico.
Zadira permite a las fuerzas militares rusas ahorrar en el gasto que suponen contar con "costosos misiles del tipo Pantsyr y Tor", ha explicado el vice primer ministro. El arma puede alcanzar una aeronave no tripulada a una distancia de hasta 5 kilómetros, según explica Knútov en Sputnik. Durante una serie de pruebas de campo, un dron alcanzado por el arma se quemó en 5 segundos.
Además, "el complejo ruso Zadira ya está en uso". Se trata de un sistema que se integra a bordo de un vehículo blindado, lo que facilita su despliegue y protección. "El rayo láser es invisible, sólo en las películas de ciencia ficción se muestra uno atravesando el cielo", continúa Knútov.
"En realidad, el rayo es invisible, su velocidad es igual a la velocidad de la luz, por lo que el objeto es alcanzado casi de forma instantánea". Esto provoca que sea imposible de esquivar por parte del objetivo, al menos con la tecnología actual. Además, "el coste de un pulso de rayo láser es extremadamente bajo en comparación con los misiles antiaéreos".
Hace solo unos días, se publicó que Estados Unidos está interesado en hacerse con el sistema israelí Iron Beam. Se trata de un escudo antimisiles que consigue derribar las amenazas empleando únicamente un haz de energía dirigida a un precio prácticamente simbólico. En concreto, el coste estimado por cada pulso es de 1,8 euros, una diferencia abismal respecto a los miles de euros —e incluso decenas de miles— que puede llegar a costar un misil interceptor de corto radio.
El Kalina forma parte del programa de expansión del sistema LOL (Láser Optical Locator o Localizador Óptico Láser) que Rusia tiene instalado en el complejo Krona. El LOL se compone de un telescopio de 1,3 metros capaz de tomar imágenes de alta resolución de satélites en órbitas altas y bajas que se complementará con el nuevo sistema para cegarlos.
Este sistema óptico al que se hace referencia no es más que un telescopio diseñado para apuntar con precisión los rayos láser dirigidos a los satélites. Todo ello ubicado en un mismo complejo que, según las últimas imágenes, se encuentra conectado con el edificio que alberga el sistema LIDAR (que mide la distancia de los satélites) mediante una pasarela cubierta.