Los astronautas Barry 'Butch' Wilmore y Sunita Williams ya están en la Estación Espacial Internacional. La nave Starliner consiguió acoplarse a la estación el jueves 6 de junio a las 8:00 horas de España peninsular. La enérgica celebración de Williams al atravesar las compuertas de la ISS y abrazar al resto de astronautas que allí les esperaban refleja el largo camino que estos dos especialistas han tenido que vivir para llegar allí tras numerosos retrasos y dificultades que ha experimentado la misión de Boeing, incluso en pleno vuelo orbital.
Este jueves ha sido un día intenso para la industria espacial, después de seguir en directo el exitoso cuarto vuelo de prueba del gigantesco cohete Starship de SpaceX, los ojos volvían a posarse en Boeing y sus dificultades. Cuando estaba previsto que se produjera el acoplamiento, la empresa informaba del fallo de varios propulsores RCS que obligaba a los dos astronautas a esperar otra hora para iniciar el acercamiento.
Aún así, el viaje se ha completado, los astronautas están ya en la ISS. Aún deben regresar a Tierra, pero esto supone que la NASA puede tener en cuenta a Boeing como transporte para sus misiones espaciales, el mismo encargo que SpaceX realiza para la agencia espacial estadounidense desde 2020.
El acoplamiento
Durante una hora se mantuvieron a 200 metros de la ISS, una distancia corta que puso a prueba una última vez la paciencia de ambos astronautas. La Starliner debía haber realizado este viaje a principios de mayo, pero diferentes fallos con el cohete Atlas V de ULA o una fuga de helio en la nave aplazaron el despegue un mes. Incluso ya en pleno vuelo se detectaron otras dos fugas de helio que obligaron a cerrar varias válvulas.
Después de conocerse las dos nuevas fugas de helio y parchearlas, los dos astronautas se fueron a dormir, debían estar descansados para la siguiente fase del viaje. Tras despertar y prepararse para el acoplamiento, el equipo detectó que hasta cinco propulsores de popa del módulo de servicio Starliner estaban apagados.
No había riesgo para la vida de los dos astronautas. Precisamente las maniobras de estos dos especialistas ayudaron a conseguir el acoplamiento una hora más tarde, recuperando cuatro de los cinco propulsores. También consiguieron rellenar el tanque de agua en su sistema de enfriamiento con un suministro a bordo. Boeing ha explicado que los futuros vehículos espaciales que ponga a disposición de la NASA llevarán un tanque más grande.
En cuanto a las fugas de helio, Starliner cuenta con un amplio suministro de gas para el resto de la misión, pero los ingenieros de Boeing aún quieren entender por qué siguen apareciendo. No hay que olvidar que, a pesar de ser el primer viaje tripulado de la nave y la seguridad debe ser mayor, sigue siendo una misión de prueba destinada a detectar estos fallos para mejorarlos. "Tenemos dos problemas en este vehículo en este momento, la fuga de helio y descubrir cómo afinar estos propulsores para que no se apaguen", dijo el gerente del programa Boeing Starliner, Mark Nappi, en una conferencia el jueves por la noche.
Próximos objetivos
A Williams y Willmore aún les queda una semana de trabajo en la que deben seguir cumpliendo los objetivos marcados en la misión. Ya han completado algunos como, el control manual de la nave o la apertura de la escotilla, la primera vez que se realiza por la tripulación.
Todavía deben comprobar la como de Starliner para transportar a grupos de cuatro astronautas y cómo la cápsula sirve como un refugio seguro en caso de una emergencia en la estación. Por supuesto, los últimos pasos serán desengancharse de la ISS y descender a Tierra, así se finalizará esta prueba final con la que Boeing aspira a convertirse en el rival de SpaceX de cara a futuros contratos con la NASA.