Así es la nueva torreta de los patrulleros de la Armada: detecta enemigos a 12 km y dispara 200 veces por minuto
La totalidad de buques de la clase Serviola dispondrán de esta nueva estación de armas firmada por la compañía madrileña Escribano.
17 abril, 2024 02:54La mejora constante de las capacidades de ataque y defensa de los buques militares de España es una de las tareas más importantes de la Armada. Elegir convenientemente qué material integrar a bordo —teniendo en cuenta las naturales limitaciones de la plataforma— supone una decisión crítica que puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una misión.
"El patrullero Vigía se hizo a la mar para probar su nuevo sistema Seninel 30", indicó la Armada hace unos días. Se trata de "un montaje de calibre 30 milímetros con capacidad de vigilancia, observación y tracking de objetivos". Esta estación remota está fabricada por la compañía madrileña Escribano Mechanical & Engineering y su integración en el Vigía responde a un contrato mayor.
En particular, la Armada a través de la Jefatura de Apoyo Logístico cerró con Escribano un pedido de 4 estaciones Sentinel 30 por un total de 4,6 millones de euros. El acuerdo también contempla todos los trabajos de instalación y puesta en servicio dentro de los patrulleros.
Los elegidos para incorporar el Sentinel 30 son los de clase Serviola. Se trata de una familia de 4 embarcaciones —el mismo número que estaciones de armas han adquirido— que se encuadran dentro de los patrulleros de altura. Comenzaron a dar servicio en 1991 y, que se sepa oficialmente, los únicos que cuentan por el momento con el nuevo sistema son el Centinela y el Vigía, quedando el Atalaya y el Serviola pendientes.
Torre de armas
La Sentinel 30 es una estación remota de armas estabilizada compatible con cañones de 30 y 40 milímetros. Tal y como explican desde Escribano, "el sistema puede ser operado tanto de día como por la noche en misiones de vigilancia y combate".
Incorpora un sistema optrónico de observación, seguimiento y control del disparo. "Que permite alcanzar una elevada precisión de tiro" para objetivos a larga distancia. El cañón "se alimenta a través de dos líneas separadas de munición seleccionadas por el operador", indican.
Además de en las embarcaciones tipo Serviola de la Armada, la Sentinel 30 también se incorporará en las futuras fragatas F-110 que actualmente se encuentran construyendo en los astilleros de Navantia en Ferrol. La estación de armas se compone fundamentalmente de dos sistemas: el cañón y los sensores. El primero está representado por un Mk44 Bushmaster II de fabricación estadounidense.
Se trata de uno de los cañones más populares de su clase y está presente en una larga lista de plataformas dentro de los países de la OTAN y aliados. Desde blindados en Finlandia en su versión para tierra firme hasta en aeronaves estadounidenses, pasando por todo tipo de embarcaciones medianas y grandes.
El cañón Mk44 pue incorporar versiones tanto de 30 como de 40 milímetros y es capaz de disparar hasta 200 veces por minuto. La velocidad de salida del proyectil es de 1.000 km/h y puede superar los 2.000 metros de alcance. La Sentinel 30 dispone de estabilización en dos ejes —elevación y azimut— y cuenta con un sistema de apuntamiento preciso que permite afinar al máximo cada disparo.
La segunda parte a nivel de hardware lo componen los sensores instalados a bordo. Escribano es una de las compañías especialistas en este tipo de sistemas y tiene presente en un gran número de estaciones de armas dentro de las Fuerzas Armadas de España y en programas tan complejos como el 8x8 Dragón.
Para la Sentinel 30, la compañía española incorpora varios sensores electroópticos, una cámara térmica refrigerada capaz de detectar amenazas a 12 kilómetros de distancia, una cámara diurna con similares especificaciones y un telémetro láser que se emplea para calcular la trayectoria balística.
La combinación de ambos elementos principales permite a la estación operar de diferentes modos: combate, observación, mantenimiento y entrenamiento. Para esto último, dispone de un software de simulación embebido que permite la práctica y la formación en diferentes misiones y entornos de combate.
"Mediante el sistema de mando y control, la estación se opera de manera remota desde el interior de la estructura de la embarcación, aportando la protección necesaria al operador", explican desde Escribano. Este sistema permite al mismo operar la elección de ciertas funciones como el modo de disparo —simple, ráfaga o continuo— o posibilidad de operación manual.
Clase Serviola
El primer miembro de la familia de patrulleros Serviola —buque homónimo y que designa a la clase entera— comenzó a construirse en los astilleros de la Empresa Nacional de Bazán en 1989, lo que actualmente es Navantia, y se entregó en 1991. La última de las embarcaciones entró en servicio en 1992, manteniéndose los cuatro ejemplares en activo.
Todos ellos cuentan con 68 metros de eslora por 10,33 de manga y un desplazamiento que alcanza las 1.106 toneladas. Disponen de un par de motores diésel que generan 7.500 caballos de potencia y mueven dos ejes con hélices de paso variable. La tripulación la componen 48 personas y tiene espacio en la popa para una cubierta de vuelo donde pueden operar helicópteros ligeros.
A pesar de estar ya en su último tercio de vida operativa —se espera su sustitución para la próxima década—, el Ministerio de Defensa y la Armada han optado por dotar a esta clase de embarcación de nuevas armas. Además de la mencionada Sentinel 30, en 2019 se firmó la integración de las torretas Sentinel 20, la versión marítima de la Guardian 2.0.
Cada uno de los patrulleros recibió un total de 4 de estas nuevas estaciones de armas para sustituir a las vetustas ametralladoras Browning M2. Con esta actualización, las embarcaciones disponen de una potencia de fuego mejorada y con capacidad suficiente para participar en algunas misiones de apoyo, escolta y coordinación en diversas tareas, incluida la lucha contra el narcotráfico.