Desde el comienzo de la invasión rusa, las Fuerzas Armadas de Ucrania han aprovechado todo el potencial que hoy por hoy ofrecen los diferentes tipos de drones. Desde pequeñas aeronaves comerciales modificadas para llevar explosivos a las grandes plataformas de categoría militar y que se encuentran en otros países como España. Esta gran demanda de UAV —como se conocen en inglés— ha supuesto otro reto logístico y de fabricación más a su ya maltrecho tejido industrial.
Algunos informes cifran en más de 300 los drones que Ucrania pierde cada día, dejando un saldo negativo de unas 10.000 plataformas aéreas todos los meses. Ya el pasado diciembre, casi dos años después del inicio de la contienda, el presidente Zelenski anunció un plan para fabricar decenas de miles de drones al mes como refuerzo a la situación actual.
Tan sólo unas pocas semanas después, ya en febrero de este 2024, el ingeniero de defensa e impresión 3D estadounidense Ian Muceus visitó Kiev para conocer a fondo cómo los drones están siendo elementos esenciales en la guerra. Muceus es también el fundador de la compañía Firestorm Labs, con sede en San Diego (California), y está dedica a la producción de drones empleando esta tecnología de fabricación aditiva.
Firestorm Labs cuenta en su catálogo con una fábrica de drones portátil que emplea la impresión 3D como eje central de la producción tecnológica. La principal ventaja es que está integrada en un contenedor marítimo de 40 pies (12,2 metros) y puede transportarse allá donde se requiera. El dron que sale al final de la línea de montaje también es desarrollo de la compañía y, en la actualidad, se encuentran trabajando en un segundo modelo.
Fábrica portátil
Bajo la denominación xCell, Firestorm Labs describe a su factoría como una infraestructura clave en el frente de batalla. "Es una célula de fabricación expedicionaria semiautomática que puede funcionar con una participación humana limitada y alimentarse con generadores fuera de la red", explican en su página web.
El funcionamiento pasa por una primera fase donde las máquinas de impresión 3D de xCell fabrican el fuselaje del dron, que se ha diseñado para incorporar el resto de elementos de forma muy sencilla. Por ejemplo, con procesadores desarrollados por la propia compañía, motores y diversos tipos de cargas de pago según las necesidades del momento.
Otro de los puntos clave es la flexibilidad de la instalación, que permite hacer iteraciones de una forma muy rápida si se compara con otros procedimientos de fabricación. "Puedes realizar modificaciones en horas o días, en lugar de semanas", según ha explicado Dan Magy, cofundador y director ejecutivo de Firestorm, a Forbes.
Cada uno de los xCell tiene la capacidad de producir unos 50 drones todos los meses. "La fabricación aditiva, la automatización y el ensamblaje asistido por robots permiten un futuro en el que las fábricas expedicionarias produzcan rápidamente grandes volúmenes de vehículos Firestorm", apuntan desde la web.
La fábrica de las xCell que acaban de inaugurar en la californiana ciudad de San Diego tiene previsto sacar adelante unas 500 máquinas xCell todos los meses. Firestorm calcula que las guerras del futuro pasarán por el empleo de 10.000 drones al mes. "Creo que eso es lo que, lamentablemente, se necesitará con lo que estamos viendo en Ucrania", asegura Muceus. De hecho, coincide con los últimos informes aportados por diversas fuentes en la guerra contra Rusia.
Sin embargo, la poca madurez de todo el proceso también está suscitando algunas dudas. Todavía está por ver que una tecnología de impresión 3D sea "competitiva en la producción a gran escala", ha explicado Eveline Buchatskiy, socia gerente de la firma de capital de riesgo D3 de Kiev que da soporte al Ejército ucraniano, al mismo medio.
Uno de los puntos positivos de este modelo que destaca Buchatskiy es la descentralización, un factor clave en época de guerra. Y es que, las compañías especializadas en el sector han sido uno de los blancos más frecuentes de los ataques por parte de Rusia.
"Tener una gigafactoría como Tesla con los beneficios asociados de la escala es simplemente poco práctico", según Buchatskiy. "Ciertamente esperamos una mejor tecnología de impresión 3D, pero no sabemos si llegará lo suficientemente pronto como para tener un impacto en esta guerra".
Por el momento, Firestorm Labs no ha cerrado ningún contrato público con Ucrania. Lo que sí ha conseguido son varias rondas de inversión de algunas compañías de primer orden como Lockheed Martin o de entidades públicas como el Departamento de Defensa de Estados Unidos. En septiembre, firmó con la Fuerza Aérea del país un contrato para la fabricación de drones de largo radio.
Hasta 4,5 kg de carga
La compañía californiana tiene muestra en su página web la compatibilidad de un par de modelos de drones con el método de fabricación de xCell. El Niño —como así se llama uno de ellos— se encuentra todavía en desarrollo y desde Firestorm tan sólo detallan el Tempest.
Esta última plataforma de arquitectura modular con herramientas de desarrollador con el fin de poder integrar fácilmente nuevas cargas útiles. Dispone también de un sistema de propulsión intercambiable para diferentes necesidades de la misión; desde esquemas donde se mejora el sigilo reduciendo la huella acústica a otras donde se prima la velocidad de crucero o la autonomía.
También indican que contará con diversos métodos de lanzamiento y sólo una persona podrá encargarse de su transporte y operación. El Tempest tiene un peso máximo al despegue de 25 kilogramos y puede llevar una carga de pago de 4,5 kg. Dispone también de un envergadura de 2,1 metros por 1,8 metros de largo y, entre sus configuraciones, se encuentra una dedicada a ser dron kamikaze.