La búsqueda de agua fuera de la Tierra es uno de los grandes objetivos de la humanidad. Las noticias que llegan a España sobre logros relacionados con este fin son recibidas con gran alegría y jolgorio. La última proviene de la NASA, que ha afirmado que el telescopio espacial Hubble ha descubierto vapor de agua en la atmósfera de un exoplaneta de pequeñas proporciones.
Así lo ha explicado la propia agencia espacial en un comunicado en la web del Hubble. Detallan cómo el telescopio observó el planeta GJ 9827d, un exoplaneta pequeño donde se ha detectado vapor de agua. Un descubrimiento realizado junto a la ESA (Agencia Espacial Europea), y que cuenta únicamente con dos veces el diámetro de nuestro planeta.
Es un exoplaneta que es tan caliente como Venus (425 grados Celsius), lo que lo convierte en un mundo "tórrido" en palabras de la agencia. Un hallazgo que podría ser tremendamente importante, ya que tal y como explican miembros del equipo encargado del proyecto, la presencia de agua en un planeta tan compacto es un "descubrimiento histórico".
Un exoplaneta con vapor de agua
Todo comienza con el Hubble, que observó a GJ 9827d durante 11 tránsitos, o lo que es lo mismo, eventos en los que el planeta pasó frente a su estrella. Unos tránsitos que estuvieron espaciados por tres años, según la NASA. En estos tránsitos, la luz de las estrellas se filtra a través de las atmósferas de estos planetas, y no fue distinto en el caso de este exoplaneta.
Explican que esta luz contiene la huella espectral de las moléculas de agua. En caso de que hubiera nubes, estas estarían lo suficientemente bajas en la atmósfera como para no interferir en la vista del Hubble, un telescopio que por supuesto puede revisar la presencia de vapor de agua sobre las nubes. De hecho, el programa de observación del Hubble fue diseñado específicamente para detectar este mismo vapor de agua, además de las moléculas presentes en la atmósfera.
Este planeta fue descubierto por el telescopio Kepler de la NASA en el año 2017 y orbita alrededor de una enana roja en un lapso de 6,2 días. La estrella en cuestión, GJ 9827, se encuentra a 97 años luz de la Tierra, en la constelación de Piscis, y tiene una masa de 3,53 Tierras. En la web de la NASA, el exoplaneta fue comparado con Neptuno debido a sus similitudes.
Otro punto a destacar del descubrimiento es, como decimos, que este exoplaneta es tan caliente como Venus. La teoría principal entonces gira a que este es un mundo humeante, haciendo que la atmósfera fuera predominantemente vapor de agua. El caso es que el equipo nunca había detectado una atmósfera de un planeta tan pequeño.
[El telescopio Hubble capta un raro fenómeno que intriga a los investigadores desde hace décadas]
Así lo explican los investigadores Pierre-Alexis Roy y Björn Benneke, responsables del Instituto Trottier para la investigación de exoplanetas en la Universidad de Montreal. Roy detalla que ya sea o bien que el vapor de agua sea vapor de agua o simplemente una pequeña muestra en una atmósfera donde predomina el hidrógeno, los resultados serán emocionantes.
Benneke por su parte advierte que la práctica de detectar estas atmósferas en planetas con este tamaño no es algo fácil. "Poco a poco nos estamos adaptando a este régimen. [...] En algún momento, a medida que estudiemos planetas más pequeños, debe haber una transición en la que no haya más hidrógeno en estos mundos pequeños y tengan atmósferas más parecidas a las de Venus (que está dominada por dióxido de carbono)", dijo el investigador.
Así, quedan dos escenarios posibles. Uno en el que el planeta todavía siga teniendo una atmósfera rica en hidrógeno mezclada con agua, o que GJ 9827d sea una versión más cálida de Europa, la principal luna de Júpiter y que tiene el doble de agua que la Tierra bajo su corteza. Benneke cree que el exoplaneta podría ser "mitad agua, mitad roca. Y habría mucho vapor de agua encima de algún cuerpo rocoso más pequeño".
En caso de que la atmósfera sea residual rica en agua, entonces la explicación es que podría haberse formado más lejos de su estrella anfitriona. Esto es debido a que en esa situación la temperatura sería más fría y por ende el agua estaría disponible en forma de hielo. El planeta podría haber migrado a una distancia menor de la estrella, recibiendo más radiación. De esta forma, el hidrógeno se habría calentado y habría escapado a la atmósfera.
Independientemente de todo esto, tanto Benneke como el resto del equipo están entusiasmados. "Esta sería la primera vez que podemos demostrar directamente, a través de una detección atmosférica, que estos planetas con atmósferas ricas en agua pueden existir realmente alrededor de otras estrellas", expuso el experto.
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