Así funciona el escudo antidrones que protege las ciudades españolas de amenazas terroristas
Tras cubrir Madrid, el Ministerio del Interior tiene previsto desplegar SIGLO, su sistema antidrones, en otras 32 ciudades de toda España.
1 noviembre, 2023 02:00Los drones suponen una de las amenazas terroristas más importantes a las que se tienen que enfrentar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Su pequeño tamaño, la rapidez con la que se despliegan y la creciente capacidad de transportar carga ponen en jaque a los ciudadanos y a la integridad de las infraestructuras críticas que sustentan a todo el país. La solución a esta necesidad —más cuando España lleva años en nivel 4 de alerta terrorista— comenzó a tomar forma en 2019, cuando el Ministerio del Interior puso en marcha el programa SIGLO-CD para crear una red estatal antidrones en el que participa Telefónica junto con la compañía ASDT.
El planteamiento de SIGLO-CD (Sistema Global Contra Drones) pasa por desplegar una matriz de detectores por todo el territorio nacional capaces de localizar, identificar y monitorizar los drones comerciales. También incluye la integración de varios sistemas de neutralización para repeler cualquier tipo de amenaza o intromisión en lugares donde el vuelo no está permitido.
Las primeras pruebas de campo se llevaron a cabo en el Aeropuerto de Asturias, el Estadio Metropolitano de Madrid, la prisión de Soria y la Escuela de Policía Nacional de Ávila. Gracias a ellas consiguieron identificar las necesidades particulares de cada ubicación —dependiendo de si se trata de una zona rural o urbana, por ejemplo— y también de los diferentes tipos de despliegues, como pueden ser puntos fijos o protección en desplazamiento.
Una vez finalizada esta fase preliminar, la primera licitación se firmó en el segundo semestre del pasado 2022, con una duración de un año. Actualmente, el Ministerio del Interior se encuentra realizando el despliegue en diversas ubicaciones capitalinas como el Palacio de la Zarzuela, el Palacio de la Moncloa, el Palacio del Congreso de los Diputados, el Palacio del Senado y el Aeropuerto de Barajas. Así, busca dar cobertura a todas estas infraestructuras clave para proteger prácticamente por completo la ciudad de Madrid, según han indicado fuentes de Interior a EL ESPAÑOL - Omicrono.
Paralelamente, se está analizando una segunda fase —adjudicada a Telefónica y ASDT— consistente en un despliegue mucho más amplio. Este tendrá un plazo de ejecución de tres años, en los que se dotará con sistemas antidrones fijos a 32 ciudades de todo el país, además de la adquisición de otras 86 unidades portátiles. Según explican, estas últimas pueden funcionar como si fueran sistemas estáticos en determinadas infraestructuras, aunque con un rango de detección sensiblemente menor.
Detectar y neutralizar
Diferenciar las conductas negligentes de las amenazas delictivas es un desafío clave de los funcionarios a cargo de SIGLO. Existen diferentes formas de actuar dependiendo si la persona que vuela el dron en una zona prohibida lo está haciendo por desconocimiento o de modo recreativo o porque tiene "intencionalidad delictiva".
La monitorización del patrón de vuelo es esencial para realizar un primer análisis. "Por la zona y la forma en la que está volando un dron puede hacer pensar que se trata de algún movimiento relacionado con el narcotráfico o que estén intentando introducir alguna sustancia, arma o teléfono móvil en una prisión". También se menciona el tema del terrorismo y del uso de los drones para cometer atentados.
Los funcionarios encargados de la monitorización de un territorio pueden crear zonas restringidas personalizadas por las que se emite una alarma si las antenas detectan la presencia de una aeronave no tripulada. El protocolo que se pone en marcha varía considerablemente y va desde simplemente acercarse a sancionar al piloto hasta interceptar la nave.
"Si se está protegiendo un evento con miles de asistentes y se detecta una aeronave, quizá haya que neutralizarla y echarla abajo de forma controlada para que no caiga sobre las personas". Toda esta operación tiene unas consecuencias, porque el dron puede comportarse de diferentes maneras según esté programado. Puede volver al lugar de donde despegó, quedarse en vuelo estático hasta que se agote la batería, ir descendiendo poco a poco o incluso comportarse de forma errática.
Esta neutralización de la amenaza aérea se puede ejecutar de dos formas. La primera es empleando los sistemas integrados en las antenas fijas que discretamente se colocan en puntos estratégicos para lograr la mejor cobertura. Éstas se encuentran, por ejemplo, en las azoteas de los edificios, y forman un paraguas de protección cuando se unen con el resto de las instalaciones.
La segunda vía es mediante el empleo de sistemas portátiles. En este caso, se integran en maletines, desde los que un operador puede monitorizar una zona concreta y, en última instancia, anular la amenaza. La principal diferencia respecto a los puntos fijos es que los móviles cuentan con un menor rango de acción, pero a cambio ganan en flexibilidad en el despliegue. Pueden acompañar a las comitivas de personalidades o trasladarse a zonas concretas donde se va a realizar algún acto importante, como la Cumbre de Granada que se celebró a principios de octubre.
Entre los neutralizadores portátiles también se encuentran los rifles que se han podido ver en manos de los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional en algunos grandes eventos. SIGLO puede proporcionar una ubicación del dron y después el funcionario, de forma directa, puede intervenir en la continuidad del vuelo.
Uno de los puntos clave que recalcan desde Interior es que para conectarse al sistema de monitorización tan solo hace falta tener una tablet con conexión a internet. Una dotación mínima, para la que han desarrollado una interfaz de usuario donde se pueden ver las zonas con cobertura y las potenciales amenazas que se encuentren volando en ella. Una herramienta más de la operativa diaria e independiente de los centros de control estáticos dentro de cada dependencia.
Pero no sólo de detectores propios vive SIGLO. Esta red se alimenta de igual forma gracias a otras instituciones a través de Convenios de Colaboración firmados, como por ejemplo LaLiga de Fútbol Profesional, que tiene desplegados detectores en buena parte de los estadios de España. De igual modo, las Fuerzas de Seguridad también cuentan con programas paralelos que se integran en el sistema de detección.
Tomar el control
Poder intervenir las comunicaciones entre el dron y su operador es una tarea sencilla desde el punto de vista tecnológico, pero ir más allá supone un gran salto que todavía se encuentra en fase de desarrollo. Tomar directamente el control de la aeronave es, sin duda, uno de los objetivos futuros en los que está trabajando el equipo encargado de SIGLO.
"Hasta ahora, esta tecnología no estaba lo suficientemente madura", reconoce personal especializado del Ministerio del Interior, ya que sólo era efectiva con unos pocos modelos de aeronaves. Pero "ya empieza a estar más generalizado y las líneas de desarrollo que están llevando nos gustan", sostienen.
"La idea es implementar equipos para tomar el control directamente de la aeronave en ciertos puntos. Esto reduciría a cero todos los daños colaterales". Los entornos críticos, como infraestructuras estratégicas, serían los primeros en recibir esta capacidad que, por el momento, no tiene fecha de despliegue.
Disparar a los drones
La Cumbre de Granada fue una de las últimas y más importantes pruebas a las que se ha tenido que enfrentar SIGLO. En esa ocasión, con dirigentes de toda Europa reunidos en una ciudad poco acostumbrada a este tipo de eventos, tuvieron la ayuda del sistema Cervus de la compañía madrileña TRC y la participación activa de Telefónica y ADST.
Ya con cierta experiencia acumulada en varios despliegues en el exterior con el Ejército de Tierra, se ha convertido en una de las soluciones antidron más avanzadas del ramo. Desde la Secretaría de Estado de Interior se promovió la integración de las alertas de dron detectadas por SIGLO en el mando y control del sistema Cervus, con el fin de proporcionar una solución más completa ante cualquier amenaza aérea no tripulada.
Cervus incorpora un total de 3 sistemas de detección integrados: un sistema electroóptico que emplea cámaras tanto del espectro visible como de infrarrojos, un detector de radiofrecuencias y un radar. Las mismas fuentes del Ministerio del Interior apuntan que Cervus podría ser una pieza clave en algunos escenarios muy particulares gracias a que cuenta con un medio activo como es el radar, mucho más potente que los sistemas pasivos que se integran actualmente en SIGLO.
El Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior se encuentran trabajando actualmente en la integración completa de ambos sistemas. Todavía no hay fecha concreta, aunque la prueba satisfactoria realizada en Granada apunta que no será complicada.
El sistema de mando y control desarrollado por TRC para Cervus está basado en "inteligencia artificial y algoritmos", tal y como explicó Alfredo Estirado, consejero delegado de la compañía, a EL ESPAÑOL - Omicrono. El foco está puesto en que sea capaz de proponer la mejor actuación automáticamente, sin que el operador tenga que tener grandes conocimientos en radiofrecuencia para localizar las amenazas.
Una de las últimas novedades de Cervus es la incorporación de la torreta Guardian 2.0, de la también madrileña —concretamente de Alcalá de Henares— Escribano Mechanical & Engineering. Los sistemas de detección envían las trazas a la torreta y ésta emplea el calculador balístico para predecir dónde tiene que disparar. Y el operador, si así lo requiere, ordena el fuego.
Para esta tarea emplea el lanzagranadas integrado en la torreta con una munición de 40 x 53 milímetros fabricada por Nammo Palencia. Este cartucho pertenece a la familia de los airbust, que explotan en el aire en las inmediaciones de la amenaza y consigue destruirla gracias a los 1.200 fragmentos que dispensa a alta velocidad. El alcance de esta munición es de unos 500 metros.
La torreta es un sistema de armas remotamente controlado que puede ser operado de día de noche y ser instalado en diferentes plataformas y vehículos. Esta propiedad, a la que se suma toda la parte desarrollada por TRC, permite desplegar el sistema antidrones en cualquier parte a bordo de todoterrenos como el VAMTAC. También ofrece la posibilidad de utilizar instalaciones fijas para cubrir infraestructuras estratégicas o zonas restringidas, por lo que se encuadra en los dos diferentes esquemas de despliegue de SIGLO.