La ingeniosa solución para lanzar cohetes con mayor frecuencia: puertos espaciales en el mar
The Spaceport Company ha anunciado el éxito de su prueba de lanzamiento de cohetes a la órbita baja de la Tierra desde una plataforma marítima.
27 mayo, 2023 02:03La nueva edad de oro de la exploración espacial puede morir de éxito. El vertiginoso ritmo de lanzamientos, especialmente los de constelaciones como la que da servicio a Starlink, el sistema de Internet por satélite de SpaceX, y la escasez de lugares idóneos está creando un gran cuello de botella, sobre todo en Estados Unidos. Por eso es tan relevante el último logro de The Spaceport Company, empresa que ha llevado a cabo con éxito una prueba de lanzamiento de cohetes desde una plataforma en el mar, cerca del Golfo de México.
Según ha anunciado la compañía, el pasado lunes 22 de mayo Evolution Space, una empresa californiana que fabrica vehículos de lanzamiento para aplicaciones espaciales y de defensa, llevó a cabo hasta cuatro lanzamientos de cohetes de sondeo desde su plataforma oceánica. "Esta demostración nos ha proporcionado numerosas lecciones que incorporaremos a nuestro próximo proyecto: la construcción de un puerto espacial marítimo capaz de realizar operaciones orbitales", dijo el director ejecutivo y fundador de The Spaceport Company, Tom Marotta, según recoge un comunicado de prensa.
No es la primera vez que se produce un lanzamiento de estas características, pero en EEUU no se veía algo similar desde hace cerca de dos décadas. Las pruebas han superado todos los procedimientos a seguir para llevar a cabo un lanzamiento orbital desde una plataforma marina. Más allá de los elementos técnicos, a nivel burocrático un despegue de este tipo ha requerido la obtención de las autorizaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Guardia Costera de EEUU, además de cerrar el espacio aéreo y marítimo de la zona por cuestiones de seguridad.
Último lanzamiento
Evolution Space realizó su primer lanzamiento oficial en abril desde el desierto de Mojave. La misión Cowboy Gold Chain alcanzó una altitud máxima de 124,5 km y una velocidad máxima de Mach 5,2 (6.420 km/h). Al rebasar la línea de Kármán -el límite del espacio reconocido internacionalmente-, Evolution Space se convirtió en la novena empresa estadounidense de financiación privada que llega al espacio y aspira a convertirse en un actor importante en el sector.
Su alianza con The Spaceport Company puede ser crucial para conseguirlo, ya que ahora mismo solo hay cuatro puertos espaciales operativos en EEUU y la lista de espera empieza a ser preocupante. Las instalaciones de Cabo Cañaveral y el Centro Espacial Kennedy no dan abasto, y las de SpaceX también acumulan retrasos. Para resolver este atasco, la compañía planea desarrollar plataformas de lanzamiento flotantes que puedan descongestionar la carrera espacial.
— TheSpaceportCompany (@TheSpaceportCo) May 23, 2023
Su diseño está basado en una especie de barco elevador: la plataforma navega hasta un lugar designado, extiende unas 'patas' para anclarse al fondo marino y, a través de unas articulaciones hidráulicas, eleva la plataforma fuera del agua. Así conseguirían pads de lanzamiento para cohetes sin necesidad de ninguna infraestructura terrestre.
"Es mucho más fácil construir barcos para satisfacer una mayor demanda de lanzamientos que ir a buscar 40 hectáreas en la costa de algún lugar", aseguró Marotta en una conferencia de prensa en febrero.
Este tipo de plataformas, que podrían entrar en servicio a partir de 2025, serían ideales para los lanzamientos de satélites, ya que están diseñadas para enviar vehículos con capacidades de carga útil de hasta una tonelada, aproximadamente. Para conseguirlo, la empresa se ha embarcado en una ronda de financiación con el fin de desarrollar su tecnología y llevar a cabo más pruebas vinculadas con acuerdos con empresas como Evolution o Vaya Space, con la que también ha cerrado un contrato.
Proyectos anteriores
Los intentos por realizar lanzamientos a la órbita terrestre desde el mar no son nuevos. Los primeros diseños provienen de la década de los años 60 del siglo pasado, cuando salieron a la luz proyectos tan ambiciosos como el del Sea Dragon de Aerojet, un megacohete de 150 metros de altura que debía despegar desde el océano Pacífico antes de ser definitivamente descartado por la NASA.
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La primera empresa en llevarlo a cabo varias décadas después fue Sea Launch, una multinacional (con participación de Noruega, Rusia, Ucrania y Estados Unidos) con Boeing al frente fundada en 1995. Prestó servicios de lanzamiento orbital desde 1999 hasta 2014, cuando los problemas financieros y la invasión de Crimea por parte de Rusia paralizaron definitivamente los lanzamientos.
Su método consistió en reacondicionar una antigua plataforma móvil de perforación petrolífera, rebautizada como Ocean Odyssey, desde la que ensamblaron y lanzaron con éxito 32 cohetes, además de otros cuatro lanzamientos fallidos. Todas sus cargas útiles fueron satélites de comunicaciones a bordo de cohetes Zenit-3SL de fabricación rusa.
Para lograrlo, se ensamblaba el lanzador en el Sea Launch Commander, un buque de grandes dimensiones construido ex profeso para realizar esa tarea. El barco hacía las veces además de centro de mando, seguimiento y telemetría. Después, la nave espacial ya montada se trasladaba mediante grúas a la plataforma Ocean Odyssey, y juntos viajaban hasta la línea del ecuador en el océano Pacífico para llevar a cabo el lanzamiento.
Más recientemente, la agencia espacial china (CASC) empezó a realizar este tipo de lanzamientos. El primero tuvo lugar en 2019, cuando un cohete Long March 11 despegó de una plataforma de lanzamiento flotante en el mar Amarillo, frente a la costa de Shandong, con 7 satélites a bordo.
Desde entonces, China ha realizado varios lanzamientos desde plataformas marítimas, el último de ellos en diciembre de 2022. La diferencia con respecto a los anteriores es que aquellos fueron "en frío": el cohete era expulsado de la plataforma gracias a un sistema de gas independiente. En cambio, el cohete Jielong-3 fue el primer lanzamiento "en caliente" desde el mar, propulsándose con sus propios motores. La estructura de lanzamiento se extiende desde la nave sobre el agua, permitiendo la disipación y supresión del escape del cohete.
SpaceX también estudió la posibilidad de utilizar un sistema semejante para el lanzamiento de Starship, pero tras comprar dos plataformas petrolíferas y comprobar que no podían cumplir los requisitos de seguridad dieron marcha atrás. Así, ha procedido a la venta de las llamadas Deimos y Fobos (como las lunas de Marte), aunque en palabras de su presidenta, Gwynne Shotwell, "no descartamos los lanzamientos marinos en un futuro".
Ventajas del mar
El lanzamiento de cohetes desde el mar puede ofrecer numerosas ventajas con respecto a los que se llevan a cabo desde localizaciones terrestres. Además de paliar la limitación que supone la escasez de lugares con las características adecuadas para poder lanzar cohetes, la principal ventaja es que se pueden realizar desde el ecuador, donde la velocidad de rotación de la Tierra es mayor y eso proporciona un impulso adicional al lanzamiento.
Esto permite enviar más carga útil con menos gasto de combustible. Según cálculos de varios expertos, esa mejora se cifra entre un 17,5 y un 25% más de masa con respecto al mismo cohete lanzado desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral.
Además, lanzar un cohete desde el mar elimina los riesgos que podría tener sobre zonas pobladas, proporcionando mayor seguridad y reduciendo los problemas que puede causar el ruido o la caída de fragmentos tras el despegue. Las plataformas oceánicas también podrían reducir significativamente los obstáculos regulatorios que actualmente existen para construir un pad de lanzamiento. Asimismo, el escaso tráfico aéreo y marítimo en los alrededores de la plataforma pueden facilitar la programación de las misiones.
Este tipo de propuestas también se basan en la creciente necesidad de tener puntos de reentrada para los cohetes reutilizables como los Falcon 9 de SpaceX. La industria espacial puede reducir gastos de manera radical aprovechando una y otra vez los mismos vehículos, o incluso planteando el transporte de personas y mercancías de un punto a otro de la Tierra en tiempo récord.
"Uno de nuestros mercados emergentes es el envío por cohete de punto a punto. Hay varias empresas emergentes bien financiadas, dotadas de recursos y con personal muy cualificado que construyen cohetes de aterrizaje y despegue vertical capaces de llegar a cualquier parte del mundo en dos horas", explicaba Marotta en una reciente entrevista publicada en Parabolic Arc. Una vez que The Spaceport Company construya su primer puerto espacial en Florida, su intención es replicar ese modelo frente a la costa de cualquier gran ciudad, tanto en EEUU como en Europa.
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