Tras la confirmación de Polonia, Eslovaquia se une al club de países que enviarán aviones de combate a Kiev. El modelo elegido por Bratislava es el MiG-29 de origen soviético —un tipo que España no tiene— y que conforma la espina dorsal de su fuerza aérea a la espera de recibir cazas estadounidenses F-16.
"Eslovaquia acaba de aprobar el envío de 13 MiG-29 a Ucrania. Hay que mantener las promesas", indicó el primer ministro del país Eduard Heger, en Twitter. "La ayuda militar es clave para que Ucrania pueda defenderse y defender a toda Europa contra Rusia".
Según Efe, Bratislava tiene un total de 14 cazas MiG-29 entre unidades operativas y almacenadas. Aunque no se han podido utilizar desde el pasado verano debido a la falta de mantenimiento; una operación que realizaba un contratista ruso dado el origen de estas aeronaves.
Los Mikoyán tenían previsto mantenerse operativos hasta 2024, momento en el que recibirían el pedido de F-16. Con el traspaso de las unidades a Ucrania, los cazas Saab 39 Gripen de República Checa serán quienes protejan el espacio aéreo de Eslovaquia.
Soviético polivalente
El caza Mikoyán MiG-29 nació para dar respuesta soviética a los F-15 y F-16 estadounidenses que, por aquel entonces, estaban dispuestos a formar la columna vertebral de la Fuerza Aérea. Aunque diseño original data de principios de los años 70, se han desarrollado múltiples variantes y versiones que han mantenido la plataforma actualizada con la última tecnología disponible.
Moscú lo planteó como un caza de superioridad aérea especialmente pensado para derribar a otros cazas. Para conseguirlo, los ingenieros optaron por dotarle de una extrema maniobrabilidad y agilidad en el escenario de combate aéreo.
Entró en servicio en 1982 y desde entonces ha participado —tanto con unidades del Kremlin como exportadas— en guerras como Siria, Irak, en los Balcanes y más recientemente en la invasión de Ucrania.
El MiG-29 tiene una longitud de 17,32 metros con una envergadura de 11,36 que se reparten las 18 toneladas de peso máximo al despegue. Integra un par de motores con postcombustión que le impulsan hasta los 2.400 kilómetros por hora (más de 2 veces la velocidad del sonido) y a una altitud máxima de 18.000 metros, según las especificaciones del fabricante. Estas cifras pueden variar mucho con los años y el mantenimiento de las aeronaves.
Este mismo par de motores soviéticos le penalizan, en buena parte, en el apartado de la autonomía, que puede quedarse por debajo de los 1.000 kilómetros dependiendo de la configuración elegida para el armamento. En este último apartado, el MiG-29 cuenta con un cañón de 30 milímetros, diferentes modelos de misiles aire-aire y de cohetes aire-tierra.
Antes de la invasión, el número de cazas MiG-29 bajo mando ucraniano variaba entre 37 y 70, dependiendo de la fuente. Pero todos ellos son de herencia soviética. Rusia, por su parte, tendría 240 unidades operativas.