Así es el nuevo escudo antiaéreo chino: un cañón láser que carboniza drones en segundos
El LW-30 emite un pulso láser de 30 kW y está especialmente diseñado para convertirse en un escudo antiaéreo para drones y sensores de aeronaves.
13 diciembre, 2022 02:48La tecnología cada vez más avanzada en el mundo de los láseres está teniendo gran repercusión dentro de las esferas militares. La creación de armamento que emplea esta energía concentrada bien podría inspirarse en cualquier película ochentera de ciencia ficción, pero es más real que nunca. Tras Estados Unidos y sus varios programas por tierra, mar y aire, China es la segunda potencia mundial dentro de los cañones láser con sistemas realmente avanzados. Europa en general y España en particular se encuentran a la zaga de esta tecnología aplicada a la defensa.
Aprovechando la Exposición Internacional Aeroespacial y de Aviación de China, una compañía estatal ha mostrado la LW-30. Un arma láser montada en un vehículo especialmente diseñado para derribar objetivos que vuelan bajo, lentos y de pequeño tamaño. Y es que, aunque pueda parecer sencillo derribar este tipo de amenazas, las defensas antiaéreas tradicionales funcionan mucho mejor contra objetivos más grandes, que vuelan más alto y más rápido.
El símil más inmediato e ilustrativo sería como intentar matar moscas a cañonazos. Los drones de espionaje y ataque que se han convertido en esenciales en los campos de batalla más actuales requieren de defensas quirúrgicas, más concentradas que lanzar un misil interceptor. Precisamente, ahí es donde entran las armas láser como la LW-30.
Láser chino
El funcionamiento de este tipo de arma se basa en la emisión de pulsos de rayos láser de alta energía que impactan directamente contra el objetivo. Dependiendo de la naturaleza de la amenaza, pueden ser pulsos largos de varios segundos para eliminarla por completo o bien de algunos milisegundos para cegar temporalmente algún tipo de sensor de espionaje a bordo.
Entre las características del nuevo láser chino se encuentran la captación a la velocidad de la luz, el ataque silencioso, la operación continuada en el tiempo, la flexibilidad, precisión y alta rentabilidad, según recoge el medio estatal Global Times. "El sistema de defensa LW-30 tiene una potencia de salida de 30 kW. El láser sale del emisor del sistema de seguimiento y disparo, para golpear el objetivo directamente", asegura Chen Chaoyang, portavoz de la compañía China Space Sanjiang Group. "Lo deja inconsciente".
Chen asegura que el sistema es efectivo para interceptar objetivos a unos pocos kilómetros y que se encuentran trabajando para hacerlo todavía más potente. "Lograr la destrucción instantánea del dron requiere una salida de mayor potencia y el sistema de armas aún se está optimizando para este propósito".
El objetivo del LW-30 es la de formar parte de la defensa aérea de una zona crítica como puede ser una infraestructura estratégica o en un despliegue militar en una zona bélica. Centrándose —de momento— en derribar pequeñas aeronaves no tripuladas y destruir los sistemas de vigilancia y equipos de guiado en aviones de mayor tamaño.
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A diferencia de otras soluciones similares, este sistema chino se centra en la alta eficiencia de ataque con una baja cadencia entre disparo y disparo. Lo que lleva a una capacidad multiobjetivo que le permite ejecutar varios ataques en poco tiempo y distanciándose de las armas que necesitan incluso varios minutos entre cada disparo.
La economía también juega un papel esencial en el aumento de armamento láser en el mundo. Según recogen, el coste por disparo del LW-30 es menor a 2 euros. Muy lejos de los varios cientos o incluso miles que puede valer un misil interceptor de los más baratos.
Otro de los pilares de este nuevo sistema es su flexibilidad para ser desplegado en cualquier momento, lugar y escenario que requiera de una protección aérea contra drones. Para misiones más complejas se pueden desplegar varios vehículos LW-30 para crear una malla intercomunicada o incorporarse como un elemento más a los escudos aéreos tradicionales de artillería y de misiles.
Según la hoja de especificaciones publicada, el LW-30 puede "detectar el objetivo a 25 kilómetros de distancia en 6 segundos y luego lanzar un rayo láser para destruirlo". No indican el alcance real del pulso energético emitido. Asimismo, indica que los expertos dicen "que podrá interceptar misiles de crucero y otros objetivos en el campo de batalla", aunque no aportan más datos sobre ello.
Cazador Silencioso
El LW-30 no es el único láser creado en China. Arabia Saudí anunció el pasado marzo la adquisición del sistema denominado Cazador Silencioso como defensa antiaérea más potente todavía. Emplea un láser alimentado por fibra óptica que genera una potencia máxima entre 30 y 100 kW y un alcance máximo de 4 kilómetros.
Está diseñado principalmente para buscar, rastrear y destruir drones que vuelan a baja altura, pero es lo suficientemente potente como para traspasar 5 placas de acero de 2 milímetros cada una a una distancia de 800 metros o una sola placa de acero de 5 milímetros a 1 kilómetro.
Puede interceptar a un objetivo de un diámetro menor a 2 metros y a una velocidad de menor de 60 metros por segundo. Cumpliendo un ciclo completo de detección y ataque en 6 segundos. El Cazador Silencioso ofrece un radio de interceptación de 200 metros a 4 kilómetros, con un rango de captura de objetivos mayor, aunque no detallado.