He probado el altavoz de Bang & Olufsen que parece una cesta de picnic: es como tener una discoteca portátil
Beosound 5 ofrece una gran calidad y potencia de sonido, pero como todos los productos de B&O eso se traduce en un precio que puede ser prohibitivo.
13 abril, 2024 20:00La irrupción de plataformas de streaming como Spotify o Apple Music ha coincidido con el desarrollo de la tecnología inalámbrica de audio. Eso, además de un catálogo casi infinito de música, ha permitido sustituir casi por completo las antiguas cadenas y equipos de música por altavoces Bluetooth de todos los tamaños y aspectos imaginables. Sin embargo, sólo una marca como Bang & Olufsen podría estar detrás del Beosound A5, que a primera vista parece una cesta de picnic de mimbre, al menos en su versión Nordic Weave.
La marca danesa, sinónimo de lujo y alta tecnología, lo ha vuelto a hacer. Cuando lanzaron este modelo en España, lo definieron como "nuestro nuevo altavoz portátil de gama alta que combina el diseño atemporal de Bang & Olufsen con nuestra visión del sonido del futuro". Tras cerca de un mes con él en casa, puedo confirmarlo: es el mejor altavoz que he escuchado en mi vida.
El modelo es casi una pieza de artesanía que recuerda tanto a las antiguas radios con asa como a una cesta de las que sirven para llevar la comida y la manta de excursión. Pero lo importante, más allá de su sorprendente estética, es un sonido potente, claro y rico en matices que me ha permitido disfrutar de la música como hace tiempo que no recordaba. Pero claro, eso se paga, y en el caso de un producto B&O eso implica un precio muy por encima de la competencia: 999 euros en Amazon, aunque el acabado de aluminio llega a los 1.399 euros.
Un diseño muy original
Los productos de Bang & Olufsen entran primero por los ojos. Son distintos y aportan aire fresco a un mercado saturado de copias y clones baratos, con el plástico como material omnipresente. El Beosound A5 es todo lo contrario: una declaración de intenciones en la que el protagonista es la carcasa de fibra de papel. Aunque los diseñadores, una pareja danesa-italiana llamada GamFratesi, aseguran que se han inspirado en la serie Beolit y en los sombreros de panamá, el aspecto y el color del acabado Nordic Weave recuerda a las cestas de mimbre de toda la vida.
Su tamaño es considerable, 187 x 285 x 130 mm, pero lo que más impacta al cogerlo es su peso, de 3,7 kg. Eso implica que puedes llevarlo de una a otra habitación gracias a su cómoda asa de madera (o sacarlo a la terraza o el jardín, si tienes esa suerte), pero en ningún caso es un altavoz portátil como para meter en la maleta y llevarlo a todas partes. Según B&O, se sitúa en el punto intermedio "entre lo portátil y lo doméstico" y eso conlleva alguna que otra desventaja, de la que hablaremos más adelante.
Los materiales, no cabe duda, son de primera calidad. Se nota al primer vistazo, pero también al tacto. El tejido exterior está aplicado a la perfección entre las placas de aluminio, mientras en la parte superior el protagonismo es el de la superficie engomada, resistente a rayaduras y daños (aunque no a la suciedad), donde se encuentran los botones. El centro de este espacio es compatible con carga inalámbrica Qi, lo que permite recuperar la batería del teléfono mientras reproduces tus canciones favoritas.
Los botones están ligeramente encastrados en la zona superior y son básicos pero más que suficientes: a la izquierda están los de encendido, Bluetooth, volumen y control de música, mientras los cuatro botones a la derecha sirven para cambiar entre distintas emisoras de radio presintonizadas, que se pueden elegir y configurar desde la aplicación B&O para iOS y Android.
En la zona inferior trasera se encuentra la entrada para el cable de carga USB-C, incluido en la caja junto un cargador universal, y un pequeño interruptor para activar o desactivar el micrófono. Este no sirve para utilizar los asistentes de voz de Google o Amazon, sino para calibrar y optimizar el sonido a la habitación donde se encuentre el altavoz.
Un sonido apabullante
Según las especificaciones que comparte Bang & Olufsen, el Beosound A5 es el altavoz portátil más potente de los que ha fabricado hasta la fecha, con una potencia total de 280 W de potencia de clase D. Eso supone que, con sólo ponerlo a un tercio de su potencia, ya se escucha a un buen volumen, sin distorsiones de ningún tipo. No he sido capaz de subirlo más allá del 50%, porque los graves empezaban a hacer retumbar el suelo y me temía que los vecinos echaran la puerta abajo.
El sonido procede de una configuración de cuatro conductores, con cuatro amplificadores digitales para llenar grandes habitaciones o espacios exteriores con un sonido dinámico de 360 grados (aunque no es audio espacial). Más en concreto, se compone de un woofer de 130 mm, dos medios de 50 mm y un tweeter de 20 mm, para obtener todo el rango de frecuencias necesario para lograr un sonido espectacular.
Más allá de las cuestiones técnicas, no hay otra forma de explicarlo: el sonido que ofrece es una auténtica barbaridad. Y su mejor compañero es la app de B&O, desde la que controlar de forma sencilla e intuitiva todos los parámetros. La pantalla inicial muestra el nivel de batería y la fuente de música en la parte superior, selección de ecualizaciones preconfiguradas, accesos directos para asignar tus cadenas de radio favoritas y dos apartados llamados Sonido y Ajustes.
El primero permite una configuración general del sonido, emparejar el altavoz con otros para conseguir que suene en estéreo, elegir el volumen predeterminado y el máximo y un ecualizador algo básico. También tiene una curiosa función llamada Sonoridad, que mejora los graves y agudos cuando el volumen no es muy alto. En mis pruebas, está claro que el altavoz sonaba mejor con esta función activada.
La segunda, Ajustes, ofrece una configuración relacionada con la gestión del producto, como las fuentes de reproducción, los dispositivos Bluetooth emparejados, el modo de espera automático o habilitar y deshabilitar la carga inalámbrica de móviles.
La única pega en cuanto al sonido es que el A5 sólo es compatible con los códecs Bluetooth SBC y AAC, y no tiene soporte para los aptX o LDAC, de mayor calidad y presentes en plataformas como Tidal. Aún así, al escuchar distintos tipos de música, desde clásica hasta jazz pasando por electrónica, da la impresión de ser alta fidelidad.
Batería
En cuanto a la duración de la batería, desde B&O hablan de 12 horas de reproducción continuada. Pero conviene leer atentamente las instrucciones online del producto (no fue mi caso), porque te puedes llevar un chasco si confías en volver a encender el altavoz unos días después de usarlo por primera vez y que todavía tenga batería.
Según descubrí tras ese primer incidente, resulta que el botón de on/off tiene dos maneras de apagar el altavoz. Con una pulsación corta, de unos dos segundos, el equipo no se apaga por completo, sino que se queda en stand by (aunque no haya ningún led que lo indique), y la batería se va drenando poco a poco hasta quedarse a cero.
Si no quieres que eso suceda, debes pulsar el botón hasta 8 segundos y esperar a que suene una señal acústica. En ese caso, entra en modo almacenamiento y se reduce considerablemente esa pérdida de batería. Sin embargo, para encender de nuevo el altavoz, tienes que conectarlo obligatoriamente a la red, lo que reduce considerablemente su portabilidad y te obliga a recordar siempre el estado en el que lo has dejado.
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Es una decisión bastante discutible, pero refuerza la sensación de que el A5 está pensado sobre todo para ocupar un lugar fijo en tu casa como objeto de decoración que además hace las veces de reproductor de música. En cuanto a la carga, alcanza el 100% en unas dos o tres horas conectando un cable USB-C al cargador, ambos incluidos en la caja.
¿Me lo compro?
Con un precio como el del Beosound A5, que parte de los 999 euros, siempre es difícil aconsejar una compra. Hay otros competidores que ofrecen muy buenos resultados por un coste sensiblemente inferior, como es el caso de Sonos, pero pese a sus indudables bondades, no son productos Bang & Olufsen.
Y ahí es donde la compañía danesa saca pecho. En su condición de productos de lujo, pasan a ser algo más que artículos de tecnología de consumo y se convierten en piezas de colección, en una inversión que difícilmente perderá valor pese al paso de los años. A eso hay que sumar un sonido que hará las delicias de cualquier audiófilo e interesantes funciones añadidas como la posibilidad de usarlo para cargar el móvil de forma inalámbrica.
Entre sus fallos, dos algo descorazonadores para un producto con semejante precio: su falta de compatibilidad con códecs Bluetooth de alta calidad y la confusa gestión de la batería con los modos stand by y almacenamiento. Por lo demás, no hay nada que reprocharle a un altavoz tan bonito, bueno y caro como el Beosound A5.