He probado mis primeras gafas virtuales: el metaverso tiene límites pero me ha hecho sudar
Las gafas virtuales Pico 4 son cómodas y no sólo están pensadas para consumir contenido, también invitan a moverte y ejercitarte jugando.
3 mayo, 2023 02:53Con el permiso de ChatGPT, el metaverso ha sido uno de los mayores quebraderos de cabeza del sector tecnológico en los últimos años, tanto en España como en cualquier parte del mundo. Y es que el objetivo no es nada fácil: construir un mundo artificial que resulte verosímil para una sociedad que cada vez se asombra menos por lo que ve. Hay algunos como Mark Zuckerberg que la consideran una meta factible. Tanto es así, que en 2021 cambió el nombre de la empresa que preside, de Facebook a Meta.
Sin embargo, el multimillonario estadounidense no es el único obsesionado con recrear una realidad paralela en la que —por qué no— poder tomarse unas cervezas, comprar ropas o mantener relaciones sociales. Puede que al lector no le diga nada el nombre de la compañía china ByteDance, pero se trata de la empresa matriz de TikTok. Y además, cuenta con una filial en el mundo de la realidad virtual, que es Pico.
Esta compañía ha lanzado al mercado las gafas virtuales Pico 4, una competencia que puede enfrentarse al invento de Zuckerberg (Meta Quest) sin empequeñecerse. "Esto es el futuro". Estas fueron las palabras que pronunciaba un servidor cuando las probé por primera vez.
Antes había tenido la oportunidad de experimentar con algún que otro vídeo en 360º. Pero le aseguro que no es igual. Aunque este producto también permita ver películas, series o vídeos de YouTube con las gafas puestas, lo más novedoso es que puede encontrarse peleando en un ring de boxeo (todo virtual, por supuesto) y perder la noción —del tiempo, del espacio y de todo—.
Un cine en casa
Es cierto que quien escribe estas palabras ha crecido ya en una sociedad con las nuevas tecnologías inmersas de lleno en nuestro día a día, pero la verdad es que, con la correspondiente paciencia, las gafas virtuales no exigen un elevado conocimiento en informática para su instalación. Tendrá, eso sí, que tener recogido su salón o el espacio donde lo use, ya que lo primero que le pedirá es que indique a qué altura está el suelo y que trace el espacio donde le gustaría que se encontrara este espacio virtual.
Una vez se realiza la breve configuración inicial, debe estar preparado para disfrutar de una estación espacial, un safari o cualquier experiencia que desee sin mover ni un sólo dedo. De hecho, lo mejor que puede hacer a modo de introducción será reproducir el vídeo de prueba con el que cuenta este dispositivo, en el que, como era de esperar, la compañía ha querido mostrar las imágenes más espectaculares posible.
La cabeza se le irá moviendo sola conforme compruebe la total inmersión que le ofrece la grabación en 360º. Tras alucinar con esta iniciación, y por si le ha sabido a poco la experiencia, existe la posibilidad de ver más vídeos grabados en este formato.
Es más, desde la tienda podrá descargarse aplicaciones como YouTube, Netflix o cualquier otra plataforma audiovisual para disfrutar de su película favorita en un salón virtual. Y es que aunque sea posible realizar esta acción, el resultado de transformar en 360º un vídeo que no ha sido grabado para ser reproducido en este formato le dejará una sensación un tanto agridulce.
Buena imagen, mal sonido
En lo que respecta al diseño, se trata de un producto elegante y cómodo. Esta última característica dependerá, sin duda, del tiempo de uso que le dé, pues pasada la media hora las gafas empiezan a resultar un tanto pesadas. También suele acumularse cierto polvo en la parte delantera de las gafas. Aun así, como lo interesante se encuentra en el interior, de poco importará que no las limpie con frecuencia.
Ahora sí, una vez puestas deberá enfocarla correctamente para evitar ver la imagen desenfocada. Pese a que lo haga correctamente, la sensación de mareo —o al menos así ha sido en mi caso— aparecerá si le da un uso prolongado. Antes de que esto ocurra, aproveche de una resolución de imagen que no encontrará en otros productos de este tipo como, por ejemplo, las gafas virtuales de PlayStation.
Sin embargo, hay un elemento en el que precisamente no destaca por encima de los demás, el sonido. No se desespere buscando un conector jack. Le adelanto que no lo encontrará. Es cierto que, pese a esta ausencia, el sonido no deja de ser inmersivo.
Además, quienes estén a su alrededor no escucharán apenas nada de lo que ocurre en este mundo virtual. Al contrario, le adelanto también que no ocurrirá igual. Es por este motivo por lo que tal vez conectar unos auriculares bluetooth mejore la experiencia de inmersión.
Una experiencia de inmersión que tiene una duración aproximada de unas dos horas, en caso de que se haya realizado la carga completa. Como se ha mencionado antes, es un tiempo más que suficiente, ya que darle más uso continuado quizás no sea muy recomendable para la salud de más de uno.
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Quien escribe estas palabras utiliza gafas, por lo que pensaba erróneamente que serían incompatibles con las Pico 4. No ha sido así, ni mucho menos. Las he probado tanto sin como con ellas, y la verdad es que la diferencia no es tan notable como pensaba.
Ejercicio virtual
En el caso de los mandos, tocará ir en busca de unas nuevas cuando se agoten las pilas que vienen incluidas con el producto. Aunque en un principio puedan resultar un poco extraños tanto para la vista como para el tacto, lo cierto es que al final se acaban adaptando las manos a los dos mandos.
De hecho, los mandos juegan —nunca mejor dicho— un papel clave en una de las funciones más destacadas de las Pico 4, los videojuegos. Puede que este término, aunque cada esté dejando de ser así, atraiga más al público joven que al adulto. Sin embargo, se trata de una muy buena alternativa para hacer ejercicio sin tener que salir de casa y encima pasárselo bien. A la mínima los juegos requieren cierta actividad física que en consola no suele ser común, con lo que moviéndote con los mandos te activas y acabas rompiendo a sudar. Es así un buen nicho de deporte virtual.
Eso sí, en este aspecto hay que lamentar que el catálogo de juegos gratuitos con el que cuenta no es muy variado. Lo cual hace que en un primer momento el ser un robot armado o un ente que tiene que esquivar burbujas resulte entretenido, pero con el tiempo no dejará de parecerle aburrido.
Nadie dijo que esto del metaverso iba a ser gratis. Y sí que es cierto que para quien pueda permitirse ir adquiriendo de cuando en cuando algún juego, la novedad la tiene: desde una simple partida de tenis de mesa hasta disfrutar del juego de Peaky Blinders. Para los más gamers, también existe la posibilidad de conectar las Picos 4 al PC para jugar de forma inalámbrica a los juegos que se tengan instalados aquí.
¿Me lo compro?
Un buen diseño, una alternativa para disfrutar de un rato agradable y encima ofrece un precio inferior al de sus competidores, por 429 euros. Dicho así, parece que la compra está asegurada. Pero como suele decirse, no es oro todo lo que reluce. Veamos también algunos aspectos negativos.
El catálogo resulta extremadamente limitado para un producto que cuando lo vuelves a usar esperas encontrar una novedad. De hecho, esta es una de las cuestiones que pueden surgir a la hora de adquirirlo: ¿Realmente le daré un uso constante o, por el contrario, terminaré dejándolo en la estantería y ni siquiera lo sacaré cuando vengan amigos a casa?
En realidad, no deja de ser una pregunta para cuya respuesta influirán, sin duda, otros motivos como tener o no hijos, llevar una vida ajetreada o, en definitiva, poder disfrutar de tiempo libre con una considerable frecuencia.
También influye el estilo de vida actual, en el que las tendencias dejan de serlo en cuestión de minutos. En este sentido, resulta irónico que las Pico 4 pertenezcan a la compañía Bytedance, de la que forma parte TikTok. Por su parte, Zuckerberg parece haberle dedicado algo más de tiempo a un metaverso del que mucho se prometió, pero poco se ha visto.
Mientras tanto, estas gafas virtuales no dejan de ser una alternativa entretenida para quienes quieran 'abandonar' el mundo real, a un precio que no termina siendo del todo caro si se echa un vistazo al mercado. Y además, no todos los días se tiene la oportunidad de pasar un buen y encima hacer algo de ejercicio.