El metaverso es una de las palabras que más se ha escuchado en el sector tecnológico en los últimos años. Se trata de una realidad digital a la que el ser humano accede mediante dispositivos especiales para interactuar con otras personas, cada una de ellas desde su propia casa. Una de las principales impulsoras de este ciberespacio común es Meta, la empresa antiguamente conocida como Facebook, que el pasado mes de octubre de 2022 trajo a España sus gafas de realidad mixta Meta Quest Pro.
Por esas mismas fechas, Mark Zuckerberg, CEO de Meta, presentó el metaverso al mundo, una sociedad virtual en la que se puede hacer cualquier cosa. Un lugar digital en el que se emulan experiencias que el ser humano viviría en el mundo real, buscando la interacción social y la inmersión absoluta. Un espacio al que se puede entrar mediante sus gafas Meta Quest Pro, su modelo más avanzado que, además de por su potencia, destacan por su precio de 1.799,99 euros.
En EL ESPAÑOL - Omicrono pasamos una mañana probando las nuevas gafas de realidad mixta de Meta, que suponen una gran actualización en comparación con las Meta Quest 2. Este nuevo dispositivo está enfocado al mundo profesional y al ocio, y nos sirvió para conocer en primera persona el metaverso de Zuckerberg mediante varias experiencias, como reuniones de trabajo, haciendo ejercicio o viajando a la Antártida.
Realidad mixta
Las Quest Pro son una apuesta de la compañía de Zuckerberg por la realidad mixta, es decir, una combinación entre la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR). A esta competencia se unirán Google, Samsung y Qualcomm con sus propias gafas, con la idea de hacer frente tanto a Meta como a Apple, que también estaría preparando un dispositivo de este estilo. La idea es que el usuario pueda trabajar y jugar en un entorno virtual sin desconectarse del mundo real.
Antes de entrar en la experiencia que vivimos en el metaverso de Zuckerberg, hay que destacar las principales características de las Meta Quest Pro. Lo primero que llama la atención es su diseño elegante de color negro y ligero, y puestas se sienten realmente cómodas. Incluso son fáciles de colocar, ya que basta con ponerlas en la cabeza y ajustarlas mediante una rueda en su zona trasera para que queden bien sujetas y no se caigan con los movimientos, como algunos cascos de bici.
Las gafas estrenan la plataforma Snapdragon XR2+ de Qualcomm, totalmente optimizada para la realidad virtual, y cuentan con 12 GB de memoria RAM y 256 GB de almacenamiento interno. Una de sus principales características es que disponen de 10 sensores de alta resolución y unas lentes Pancake que ofrecen una pantalla LCD con tecnología Quantum Dot, que muestra unos colores más vívidos y una imagen de alta definición.
Además de ello, también incluyen tres cámaras que tienen reconocimiento facial para que el avatar muestre las expresiones del usuario en el metaverso y que son capaces de reconocer el entorno. Junto a las gafas, Meta trae los nuevos mandos Quest Touch Pro que incorporan tres sensores y permite rastrear la posición de la persona para un movimiento de 360 grados. Lo mejor que se puede decir de ellos es que son cómodos y fáciles de utilizar.
Trabajar en el metaverso
En el metaverso de Meta la interacción social es fundamental. La primera experiencia que probamos durante la sesión en las oficinas de la compañía en Madrid fue Horizon Workrooms. Se trata de un espacio virtual con el que se pretende reunir a todos los miembros de un equipo de trabajo en el metaverso. "Es la forma inmersiva de conocer a compañeros, intercambiar ideas o realizar presentaciones ya sea usando un casco de realidad virtual o uniéndose desde una videollamada estándar", lo describe la empresa.
"¿Estás preparado para trabajar en el metaverso?", nos preguntaban desde Meta antes de colocarnos el caso. Y de repente ahí estábamos, en un mundo virtual, sentados en una mesa de reuniones con vistas a una playa paradisíaca y con una pequeña pantalla frente a nosotros en la que se mostraba nuestro avatar, que se puede personalizar para que se parezca al usuario que está utilizando las gafas. Los avatares que cuentan con expresiones faciales y seguimiento manual para fortalecer la comunicación no verbal.
Si guiñas un ojo, el avatar guiña ese mismo ojo. Si mueves una mano, el avatar mueve la mano (sin necesidad de usar los mandos). Sonríes y tu yo virtual también sonríe. Repite cada gesto que hace el usuario, menos sacar la lengua -sí, lo hemos intentado en más de una ocasión-. ¿Que en lugar de tener la reunión con vistas a la playa se prefiere ver una montaña? Sin problema, los entornos del metaverso también se pueden personalizar para crear el espacio de trabajo más cómodo y agradable posible.
[El vídeo que muestra el caos para relacionarse en el metaverso]
En ese metaverso puedes moverte de sitio libremente, sentarte o levantarte, y para que sea lo más realista posible, las gafas cuentan con audio espacial. Esto quiere decir que, por ejemplo, si el avatar de un compañero está sentado a tu derecha y te habla, le escucharás mejor por el oído derecho. Si éste se cambia de mesa a una que está a una buena distancia, le escucharás algo más lejano. Vamos, tal y como sucede en la vida real.
Utilizando los mandos se pueden controlar más aspectos de Horizon Workrooms, como unir a una persona mediante una videollamada -ésta vería en su teléfono o tablet el espacio virtual y los avatares-, compartir la pantalla del ordenador para realizar una presentación, levantarse o moverse hacia una pizarra para exponer algo y pintar en ella. Al ser realidad mixta, también se puede conseguir que todo el entorno sea virtual excepto la parte de la mesa en la que están el teclado, el ratón, el ordenador y el móvil, para poder estar pendiente de si te llaman o para escribir en el caso de que se quieran tomar notas.
Una experiencia bien conseguida que puede suponer una interesante manera de tener reuniones más amenas y entretenidas si el grupo de trabajo está cada uno en un lugar diferente en el mundo real. Incluso es una curiosa herramienta para dar y recibir clases a distancia. "Si en mi época hubiese existido esta tecnología, habría ido más a clase", se podía escuchar. Aun así y a pesar de que el resultado y la calidad de la imagen son de nota y no produce mareos, lo cierto es que parece una experiencia para usar de forma puntual. Se intuye que podría cansar recurrir a ella todos los días y durante largas sesiones.
En otra de las experiencias, pudimos ver una maqueta virtual de una casa y tocar absolutamente todo de ella -ya sea con las manos o los mandos-, como mover los árboles, aumentar el tamaño del salón o de la piscina. Mientras se veía el entorno de la habitación en la que estábamos presentes para poder movernos alrededor de ella. La aplicación que puede resultar interesante para los arquitectos, tanto para crear como para presentar sus proyectos.
Por último, fuimos a una mesa y cambiamos los mandos por el teclado y el ratón. Con las gafas puestas se veían la habitación en la que estábamos y tres pantallas virtuales que ejercían como monitores del ordenador -y que se pueden agrandar o reducir al gusto-. La idea de esta herramienta es la de trabajar con el ordenador, pero sin ordenador y en el metaverso. En una de las pantallas abrimos un vídeo de YouTube a 4K y la calidad de imagen era altísima, mientras que en el resto colocamos diferentes webs y redes sociales.
Realmente se sentía como si estuvieses frente al ordenador y con tres monitores en el cuarto de casa o en la oficina, pero tampoco es algo que utilizaría a diario. Es decir, está bien para un momento, pero no tiene pinta de ser cómodo para pasar toda la jornada trabajando de esa manera en lugar de usar el PC. En este espacio se pueden abrir otras aplicaciones, como Netflix, que traslada al usuario a un salón virtual con una gran pantalla para ver una serie o película.
Hacer deporte o viajar
Las gafas de Meta también cuentan con otro tipo de aplicaciones con las que interactuar con otros usuarios, aunque en esta ocasión no pudimos acceder a ellas. Sí que probamos otras experiencias de realidad virtual, ya que además de para trabajar también es un dispositivo con el que jugar o hacer deporte.
Entre trabajo y trabajo en el metaverso pudimos desconectar, primero jugando a Beat Saber, un conocido videojuego al más puro estilo Guitar Hero en el que hay que romper una serie de bloques de colores azules y rojos al ritmo de la música y con la mano que sostiene el mando con la luz correspondiente. Una aplicación muy popular y también disponible en otras plataformas, que incluso supone una buena forma de hacer fitness.
Para finalizar la sesión viajamos a la Antártida a través de una experiencia de realidad virtual de National Geographic en la que el usuario se mete en la piel de un explorador. Sientes como si estuvieras navegando en kayak entre icebergs, los escalas y te mueves por ellos con el objetivo de fotografiar a todos los animales que encuentres. Es una experiencia bien conseguida y totalmente inmersiva, pero similar a otras ya existentes en otras gafas VR.
Las Meta Quest Pro suponen un gran avance tecnológico y tienen mucho potencial para introducir al usuario en un metaverso lleno de interacciones virtuales con otras personas que no estén en su misma ciudad o país, pero todavía les queda algo de recorrido para poder verlas como algo ya instalado en las casa. En eso su elevado precio tampoco ayuda. Lo que sí ofrecen es una rápida y cómoda vía de escape para desconectar a otro mundo sin perder de vista la realidad.
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