He probado la cámara monóculo de Canon que tiene un zoom bestial: es divertida pero limitada
Analizamos una de las cámaras más curiosas de Canon, la Powershot Zoom. La opción para poder capturar tus momentos favoritos desde lejos.
3 abril, 2022 00:45Noticias relacionadas
En España existen muchos tipos de soluciones fotográficas para casi todas las situaciones posibles. Existe un tipo de cámara y un tipo de objetivo para casi cualquier tarea, y hoy en día incluso la gran mayoría de estas se resuelven con un teléfono móvil medianamente potente. Pero existen algunos que incluso con las alternativas de hoy se resisten, como ver un partido de fútbol a gran distancia o asistir a un concierto y estar demasiado lejos del escenario.
Es en ese momento en el que necesitas una cámara (o un objetivo, más bien) con una gran capacidad para hacer zoom. Pero esto puede ser un problema, debido a que se necesitaría o bien una cámara y un objetivo bastante voluminosos o un teléfono con un sensor teleobjetivo demasiado amplio. Es aquí cuando entra en acción la Canon Powershot Zoom, una cámara monocular que se aleja por completo de las alternativas convencionales vistas hasta ahora.
Y es que esta cámara tiene un propósito claro: ser un monóculo con un gran zoom para que no solo puedas ver de cerca la acción que se encuentra a lo lejos, sino inmortalizarla sacando fotos y vídeos de dicho momento. Eso sí, a un precio en España de 349 euros. ¿Realmente esta cámara tiene argumentos para poder superar a opciones tan asentadas como los móviles o los teleobjetivos largos?
Una solución compacta
Tanto si te gustan las cámaras como si no te interesan, necesitarás como mínimo un smartphone para poder acercar la vista a lo que ves a lo lejos. Si ya quieres usar una cámara dedicada con un objetivo zoom, la cosa cambia y en algunos casos extremos puede que lleves tantísimo peso que sea inviable llevar algo así en un evento multitudinario. La Canon Powershot Zoom viene a resolver precisamente esto.
Esta es una cámara que, como bien indica su nombre, está catalogada como compacta. Es decir, que esta cámara Canon está situada en la gama de cámaras compactas de Canon, las Powershot. Y es que lo que más destaca es su factor de forma extremadamente compacto. La idea es simple: que puedas llevar esta cámara incluso en tu bolsillo, y que tan solo necesites sacarla para hacer fotos.
Tiene unas dimensiones de 33,4 x 50,8 x 103 milímetros y un peso increíblemente comedido de 145 gramos. Para que nos hagamos a la idea, una cámara PowerShot de Canon de las livianas, como la Canon G5X Mark II pesa bastante más, 340 gramos. Incluso un móvil promedio pesará en torno a los 200 gramos. Esta cámara destaca por ser minimalista al extremo, ya que tiene lo justo y necesario para funcionar a nivel físico.
De hecho, su construcción no puede ser más sencilla. Consta de un visor, con un pequeño sensor de proximidad, con una rueda para ajustar las dioptrías del visor y dos botones, para foto y para vídeo y de la lente frontal de 12,1 megapíxeles. En la parte superior están el resto de botones para ir al menú, para apagar la cámara y el más importante, para seleccionar el zoom. En un lateral, hay una pequeña abertura para la conexión USB-C y una ranura microSD.
En definitiva, es increíblemente compacta, ligera y fácil de llevar y guardar en cualquier sitio. Además, está muy bien construida, algo que no parece dado lo pequeña que es. A nivel de tacto, recuerda muchísimo a la versión blanca de la Canon EOS M50, la mirrorless APS-C barata de Canon por excelencia.
Compacta pero matona
Lo que busca esta cámara es sustituir no solo a una cámara compacta convencional, sino a nuestro propio teléfono. Está pensada como un monóculo, es decir, como un visor que hará que puedas ver la imagen mucho más aumentada. Es ideal para ciertas situaciones, como ver a un artista en el escenario en un concierto muy a lo lejos, ver el campo de fútbol en una grada superior del estadio o incluso para ver animales en grandes superficies.
Lo cierto es que esta Canon Powershot Zoom es un producto ideal para mí, al menos sobre el papel. Y es que mi cámara del día a día es una Canon EOS RP, y mi mayor teleobjetivo es un 24-105 milímetros RF F/4-7.1, que con el recorte APS-C manual, puede llegar como máximo a los 168 milímetros. Y mi móvil, un iPhone 11, no tiene directamente teleobjetivo. Además, en muchas ocasiones me da bastante pereza ya no solo llevarme mi equipo, sino siquiera tener que sacarlo en esas situaciones debido a su voluminosidad.
Por supuesto es injusto comparar esta Powershot Zoom con mi EOS RP, al menos en especificaciones. Usa un sensor principal CMOS de 1/3 pulgadas, de 12,1 megapíxeles, y usa un zoom de 3 pasos que varía entre 100, 400 y 800 milímetros. Eso sí, los dos primeros pasos son ópticos; los 800 milímetros ya son digitales, y eso lo notaremos en el día a día. Tiene un estabilizador óptico de imagen de 4 ejes, graba vídeo en Full HD y tiene WiFi y Bluetooth.
El enfoque es por contraste, tiene un modo de medición de exposición evaluativa de 384 zonas y un ISO automático de 100 a 3.200 máximo. El visor es OLED, y tiene un tamaño de 0,39 pulgadas y 2,36 millones de puntos. Permite disparos en ráfaga de hasta 10 frames por segundo y su batería es de 70 minutos en visualización y de 150 fotos aproximadamente.
Luces y sombras
Respecto a la ligereza y usabilidad, esta Canon Powershot Zoom es todo un lujo para el fotógrafo entusiasta. Dejar aparcada mi EOS RP y mi voluminoso 24-105 para simplemente tener un pequeño visor con el que sacar fotos ha sido todo un alivio para mis manos. Es gratificante poder sacar fotografías de la arquitectura de la ciudad y de los seres que la habitan con tan solo un botón, sin tener que sujetar mi pesada cámara y tener que preparar mi teleobjetivo.
En cuanto a calidad de imagen, salvo que usemos los 800 milímetros digitales de la PowerShot Zoom nos encontraremos con unos muy buenos resultados. Pese a que el sensor no es especialmente grande y que estamos funcionando totalmente en automático, la cámara sabe sacar una imagen muy equilibrada que es perfectamente usable en cualquier tipo de red social, sin necesidad de editarla.
Lo mismo ocurre en vídeo; la imagen es nítida, tiene una buena resolución y la estabilización óptica hará su trabajo correctamente, manteniendo la imagen recta en la medida de lo posible. Y lo más importante aún: en ambos casos, tan solo será necesario pulsar un botón.
De hecho, esto se ve aderezado con la usabilidad con el smartphone. Esta cámara es compatible con la aplicación móvil de Canon, que permite mediante WiFi o Bluetooth enviar todas las imágenes tomadas directamente a nuestro móvil para tener que simplemente compartirlas. El uso del zoom es súper sencillo; con una pulsación, pasamos de 100 a 400 milímetros y con otro, de 400 a 800 (ya digitales).
No obstante, en mi caso siento algunas carencias que contrastan con su buena usabilidad. La distribución de los botones y el uso de la interfaz requieren de cierta curva de aprendizaje. Al haber tan pocos botones, navegar por los menús para configurar la cámara puede ser bastante lioso al principio, y la ergonomía de los mismos a la hora de pulsarlos para hacer una foto o un vídeo es en ocasiones extraña. Una vez 'aprendas' a usar esta cámara, no habrá problema, pero el proceso hay que pasarlo.
Además, la cámara no da ningún tipo de aviso sonoro a la hora de sacar fotografías o comenzar a grabar vídeo. En ocasiones, no sabes si estás sacando fotos o si has comenzado un vídeo. Me he visto en más de una ocasión con varias fotos que he tomado sin querer por no saber si las había sacado o no. Lejos de eso, la cámara es ágil, enciende y apaga rápido y no da ningún problema.
¿Me la compro?
Esta cámara tiene un uso muy particular: conseguir retratar objetos, seres o eventos muy lejanos con tan solo un golpe de obturador. Sin necesidad de grandes teleobjetivos o smartphones. Sacas del bolsillo, enciendes la cámara y sacas la foto. En ese sentido, la Canon PowerShot Zoom brilla, ya que hace que este problema se resuelva en un santiamén. Eso sí, por 349 euros.
Como usuario asiduo de equipo fotográfico, salir a hacer fotos de edificios lejanos o de otros objetos lejanos sin necesitar mi EOS RP en mi mochila ha sido todo un alivio. Pero solo merecerá la pena si quieres o bien ahorrarte el peso extra de tu cámara y de tu teleobjetivo y sobre todo si no quieres hacer uso de tu smartphone. Si ese es tu caso, esta es una opción interesante.