En el segundo día del Snapdragon Tech Summit 2021 que se está celebrando en Hawái, la compañía ha mostrado las novedades relativas a la computación portátil y al gaming móvil con sus nuevos chips Snapdragon 8cx Gen 3 y Snapdragon G3x.
Quizá lo más llamativo en relación a este último ha sido una consola portátil de la mano de Razer, un kit de desarrollo con la que busca llevar la experiencia del videojuego en el móvil un paso más allá. La idea desarrollada junto a la compañía de la triple serpiente es dar a los desarrolladores una experiencia similar a la con una plataforma que puede derivar en un aluvión de consolas para llevar a cualquier parte conectándose directamente a plataformas en la nube.
Aunque únicamente la podrán comprar los desarrolladores y no se pondrá a la venta general, en EL ESPAÑOL - Omicrono la hemos podido probar durante la conferencia que Qualcomm está desarrollando en Hawái y os contamos nuestras primeras impresiones.
A por el juego en la nube
El planteamiento de la consola es llevar el juego móvil a un nuevo nivel. Para ello se basa en un diseño ergonómico, cómodo de usar, inmersivo para pasar horas con la consola entre las manos, pero enfocada a una idea muy clara: exprimir al máximo las plataformas de juegos en la nube.
El terminal cuenta en su interior con el nuevo chip Snapdragon G3x, una potente adaptación del Snapdragon 8 Gen 1 donde la GPU saca músculo y se centra al máximo en rendir de forma optimizada para los videojuegos. Sin embargo, el otro punto clave es la conexión móvil. Dispone de conexión 5G y WiFi 6 para que la fluidez a la hora de jugar en la nube sea total.
La consola no está pensada únicamente para disfrutar más cómodamente de títulos como Genshin Impact o Wild Rift, sino para que el uso de plataformas como Xbox Cloud Gaming, Steam Remote Play o Stadia sean un concepto de masas. Esta consola será clave a la hora de determinar el éxito de este tipo de servicios de videojuego en la nube.
En las pruebas que hemos realizado con el kit de desarrollo, la conexión con la plataforma de Microsoft ha sido fluida y el juego se comportaba realmente como si estuviese instalado en el dispositivo. Lo que cabría esperar de una consola móvil de nueva generación.
Control preciso
Razer es experta en hacer que la experiencia gaming sea sobresaliente en todos los aspectos con lo que la elección de Qualcomm para desarrollar conjuntamente no es casual. Además, la compañía dirigida por Min-Liang Tan ya cuenta en el mercado con soluciones como Razer Kishi, quizá la forma más rápida y fácil de transformar el smartphone en una consola portátil.
La exclusiva consola de Qualcomm y Razer se siente robusta y bien terminada. Su diseño recuerda mucho a un mando de Xbox vitaminado con un smartphone en su interior. Es ergonómico, las manos quedan situadas de una forma cómoda para llegar tanto a los gatillos superiores como a la cruceta y a los sticks de control. Sí será necesario cambiar de postura las manos si queremos interactuar con la pantalla, con lo que está pensada para ser un mando con esteroides completamente autónomo, algo así como si la icónica Game Gear se actualizase al siglo XXI.
Aunque venga para competir directamente contra la Nintendo Switch de la mano de servicios en la nube, se siente mucho más cómoda para pasar muchas horas con ella, olvidarnos por completo del tiempo que estamos en una partida. El único detalle que no hemos conocido es el de la autonomía, aunque cuenta con salida USB-C para cargarla mientras se usa.
Tanto los botones como los gatillos responden con precisión y suavidad, es la misma sensación que podríamos esperar de una consola de alto nivel y la sensación al pulsar y reaccionar con los botones del mando de la Xbox. Para la respuesta de los botones viene con un mapeo de controlador incorporado de AKSys, con la idea de que la experiencia se pueda usar en una amplia gama de juegos.
Inmersión total
Más allá de lo cómodo que es de usar el kit de desarrollo, el trabajo de Razer y Qualcomm se ha centrado en que la experiencia sea lo más inmersiva posible. Para ello, han apostado por una pantalla de buen tamaño y resolución, así como unos potentes altavoces.
En concreto, la consola cuenta con una pantalla OLED de 6,65 pulgadas con resolución Full HD+ y HDR de 10 bits. Se ve realmente bien, con un detalle muy alto y preciso que permite disfrutar de los videojuegos. Además, cuenta con una tasa de refresco de hasta 120 hz, que hace que la sensación de llevar la experiencia gaming al móvil se acerque cada vez más a la que podríamos tener en un PC de escritorio o consola. Tanto es así que se puede conectar a una pantalla externa 4K para disfrutar a lo grande.
Con respecto al sonido, dispone de cuatro altavoces que permiten tener una experiencia de juego envolvente, dos de los cuales cuentan con disposición frontal, para no perder detalle de la partida. Aún así, la consola está pensada para combinarse con auriculares compatibles con Snapdragon Sound, con los que el audio sin cables llegará con una latencia casi inexistente.
Más allá de los videojuegos, el otro punto en el que se ha enfocado la consola es en la capacidad de compartir contenido en redes sociales como Twitch. Cuenta con micrófonos y una videocámara de 5 megapíxeles en el centro de la parte frontal con la idea de poder retransmitir las partidas. En este sentido, devuelve una grabación en 1080p a 60 frames por segundo, más que suficiente para retransmitir en cualquier condición con una calidad de alto nivel.
La oportunidad perfecta
La nueva estrategia de Qualcomm de abrir camino hacia una nueva hornada de consolas gaming llega en el momento justo. Los videojuegos ya son la industria del ocio que más interés (y mercado) genera, al tiempo que vienen a dar una solución más completa para aquellos gamers que a los que los móviles para jugar podría quedárseles cortos.
El kit de desarrollo de Razer y Qualcomm plantea que fabricantes como Xiaomi, Realme, Asus o Nubia, puedan entrar en este mercado de una forma más fácil y accesible que nunca, lo que de paso puede servir para espolear las plataformas de juegos en la nube que cada vez ganan más tracción.
Es pues, la oportunidad perfecta para subirse a este tren y competir de tú a tú contra consolas como la Switch, en un momento que además ha reconocido problemas de suministros, mientras que Qualcomm asegura que está muy tranquila en este aspecto.