Aunque la operación retorno está en marcha en España, son muchos los que en septiembre comienzan sus vacaciones; lo que supone dejar una vivienda vacía durante mucho tiempo. Una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos es la seguridad de su hogar, que esté protegida ante robos u okupas. En ese sentido, la tecnología es de gran ayuda, ya que siempre se puede instalar una cámara o una alarma inteligente.
Pedir a los vecinos que recojan el correo, esconder los objetos más valiosos y asegurarse de que todas las ventanas y puertas estén bien cerradas son sólo algunas de las clásicas formas de garantizar la protección del hogar cuando se está fuera. Sin embargo, un buen punto de partida es la compra de una alarma inteligente que garantice un fuerte efecto disuasorio para los posibles ladrones.
En el mercado existe una gran variedad de alarmas inteligentes que se pueden instalar fácilmente en una vivienda, sin necesidad de tener que contratar ningún tipo de servicio. En OMICRONO hemos probado durante semanas tanto la cámara WiFi para interiores Pan & Tilt de Yale (69,99 euros) como su sistema de alarma inteligente Sync (269,99 euros), compatible con Alexa de Amazon, Google Home y el Apple Watch.
Cámara de videovigilancia
Con una altura aproximada de 12 centímetros, una forma redonda y un color gris y negro, la cámara wifi para interiores Pan & Tilt de Yale cuenta con un diseño discreto que va bien con cualquier rincón de la casa. En la zona inferior que fija el altavoz se encuentra el puerto Ethernet para una conexión a Internet y un puerto micro USB para la alimentación de red de la cámara.
En la zona superior se sitúa la lente giratoria, así como una ranura para insertar una tarjeta micro SD de hasta 256 GB y un botón de reinicio, ambos ubicados debajo del sensor capaz de grabar en Full HD (1080p). En la base de la cámara de seguridad se ubica el código QR, que es totalmente necesario para vincular el dispositivo con la aplicación para móviles.
La cámara de Yale cuenta con una luz LED que, durante su uso, se ilumina de color verde. En caso de utilizar el dispositivo en el 'modo privacidad', la lente se esconde y dicha luz se ilumina en rojo. Justo debajo de la lente se encuentra un pequeño micrófono que permite hablar con la persona que esté en una habitación, aunque para ello hay que utilizar la app para móviles de la compañía.
La cámara se puede mover en todas direcciones para poder supervisar cualquier rincón de la casa. Además, cuenta con una función de seguimiento inteligente que permite detectar, seguir y grabar automáticamente cualquier objeto en movimiento, así como las personas. Asimismo, el dispositivo puede activar alertas cuando se detecte movimiento alguno.
La cámara funciona con asistentes de voz, como Alexa de Amazon o el asistente de Google. A la hora del rendimiento, el dispositivo es bastante sencillo de utilizar y cumple perfectamente con su cometido. Sin embargo, hay que destacar que es bastante sensible, por lo que envía notificaciones con el más mínimo movimiento que haya en casa.
El vídeo Full HD, que se graba en color durante el día y en blanco y negro cuando está oscuro gracias al modo de visión nocturna, es bastante claro y detallado. Una de las características más interesantes es que la cámara de Yale también tiene un zoom digital de 16x y se puede configurar para que grabe cosas que suenan durante el día o la noche, y no sólo el movimiento, por lo que en cuanto a seguridad es bastante completa.
También incluye una sirena, con un volumen máximo de 90 dB y que se puede ajustar manualmente, que permite al usuario configurarla para que se active automáticamente cuando se detecta movimiento. Una sirena que suena lo suficientemente fuerte como para disuadir a cualquier persona que intente entrar en la casa.
Control con una app
La cámara para interiores es totalmente controlable a través de la aplicación Yale View para Android e iOS. Con ello se obtienen una serie de funcionalidades adicionales, como la opción de compartir la imagen con amigos, programar grabaciones continuas, determinar la grabación por detección de movimiento y agrupar hasta cuatro cámaras de la compañía para un mayor control.
Vincular la cámara a la aplicación es sencillo, ya que basta con escanear el código QR de su base e instalar el dispositivo con la red wifi de casa. Una vez configurado, tan sólo es necesario insertar una tarjeta micro SD a la cámara para grabar imágenes. Con Yale View se puede también acceder a los ajustes y a la configuración de la cámara, como vincularla a una alarma o establecer las horas en las que se quiere que grabe.
La aplicación almacena todas las imágenes en orden de fecha para que se puedan encontrar fácilmente. Entre las funciones que se pueden realizar con la app destaca la opción de mover la lente, la transmisión en vivo, la posibilidad de escuchar y hablar con las personas al otro lado en tiempo real y las notificaciones en vivo. A pesar de todo ello, la app no resulta muy intuitiva ni está bien diseñada. Por ese motivo, se necesita un poco de tiempo para configurar la cámara al gusto y que todo esté según se desea.
Una alarma completa
La alarma Sync de Yale cuenta con varios lotes, pero en esta ocasión hemos probado el más básico, que está formado por un sensor de movimiento, un teclado numérico, una base Smart Hub y un sensor para puertas o ventanas. Instalar este sistema es sencillo, ya que funciona mediante la aplicación Yale Home para Android e iOS. El proceso de vinculación es parecido al de la cámara, se hace mediante el código QR que se encuentra en la parte de atrás.
Todos los accesorios están ya previnculados, por lo que no hay que añadirlos uno a uno. La base Smart Hub controla los accesorios e incluye una sirena de 100 dB y es necesaria que esté conectada tanto a Internet mediante un cable Ethernet como a la corriente eléctrica. En caso de que se vaya la luz, cuenta con pilas que le otorgan una autonomía de 6 horas. En total se pueden enlazar hasta 40 dispositivos y el sistema de alarma tiene un alcance de 200 metros, por lo que cubre bien toda la casa.
El resto de accesorios funcionan con pilas, y la compañía asegura que su autonomía es de hasta dos años. El sensor para puertas o ventanas es pequeñito y está formado por dos piezas magnéticas que activan la alarma cuando se separan. Una de sus características más llamativas es que cuenta con un pequeño muelle que permite saber si alguien lo ha retirado o manipulado.
Por su parte, el sensor de movimiento sirve para detectar cualquier movimiento de un objeto que tenga un peso superior a los 25 kilogramos, por lo que también se puede utilizar para controlar a las mascotas. Un sensor que se debe colocar a una altura de 1,9 metros, que cubre una distancia de 12 metros y un ángulo de visión de 110 grados. El teclado numérico se utiliza para activar y desactivar la alarma introduciendo un código PIN, y para accionar el sistema de emergencia; y también tiene un tamaño reducido. Unos accesorios que se pueden instalar en la pared con adhesivos o anclándolos.
Diferentes modos
La alarma de Yale tiene tres modos diferentes: desactivado, activado parcialmente y activado totalmente. Con el primero, que se usa cuando se está en casa, no se detecta movimiento; mientras que con el segundo la alarma se dispara cuando ciertos sensores observen movimiento (ideal para cuando te vas a dormir) y con el tercero está en pleno funcionamiento. Además, tiene un sistema de detección de interferencias de la señal de radio.
El sistema de alarma también es compatible con Alexa de Amazon o el asistente de Google, por lo que se puede utilizar la voz para activarla o desactivarla. Incluso se puede pedir información actualizada sobre la seguridad del hogar. Uno de los puntos positivos de este conjunto es que no se necesita ni suscripción ni cuotas mensuales. Además, la aplicación para móviles ofrece una interfaz fluida y control total de la alarma.
También se reciben notificaciones en tiempo real para comprobar quién entra en casa y hay una función de geolocalización que recuerda al usuario que active la alarma cuando está fuera. Como curiosidad, se pueden establecer hasta 10 códigos PIN diferentes y asociarlos a cada una de las personas que vienen en la casa para consultar en todo momento quién y cuándo se ha desactivado el dispositivo. La alarma de Yale también es compatible con el Apple Watch, pudiendo controlar y comprobar el estado a través del reloj inteligente, y con luces Philips Hue que se activan cuando salta la alarma.
¿Me lo compro?
La cámara de interiores es una opción a tener en cuenta si se busca un dispositivo a un precio asequible (69,99 euros) capaz de controlar todo lo que sucede en casa. Con ella se puede estar al tanto de cualquier ruido extraño y movimiento que suceda en el hogar mientras no se está. Además, los vídeos se almacenan en una tarjeta micro SD (que no viene incluida), por lo que se mantiene la privacidad del usuario. Sin embargo, la aplicación para móviles es poco intuitiva y difícil de configurar.
Por su parte, la alarma Sync (269,99 euros) se puede integrar con la cámara y destaca por su sencillo proceso de instalación y su buen funcionamiento. Una de sus principales ventajas es que no tiene costes ni suscripción. Además, ofrece una gran variedad de sensores que se pueden gestionar directamente desde el teléfono móvil. Eso sí, se echa en falta la posibilidad de poder conectar la base Smart Hub con WiFi.
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