Una de las grandes huellas que ha dejado el coronavirus ha sido el trastorno del sueño. En España dormimos peor. No sólo es una secuela provocada de la enfermedad, sino que el cambio en la rutina diaria que se venía realizando antes de febrero de 2020 y la incertidumbre sobre lo que vendrá ha afectado directamente al descanso.
El seguimiento de la calidad del sueño ha llegado para quedarse. Se ha convertido en una de las funciones más reclamadas en la explosión en ventas que han tenido los relojes inteligentes para la monitorización de la salud.
Desde el Apple Watch a relojes más baratos tienen el seguimiento del sueño como una de las características estrella pero ¿y si queremos saber cómo dormimos sin necesidad hacerlo con un reloj o una pulsera inteligente en la muñeca? Ese es el reto que se ha propuesto Google con el nuevo Nest Hub (99,99€), la segunda generación de su altavoz con pantalla y cuya principal novedad es la capacidad de saber cómo hemos dormido.
Desde la mesita de noche
El nuevo Nest Hub no trae cámara. El análisis del sueño lo hace gracias a la incorporación de un radar Soli, una tecnología que llevó a sus teléfonos Pixel 4 pero que desterró de los smartphones para pasarlo aquí. Esta tecnología puede detectar el movimiento (ni cuerpos, ni caras) del usuario con lo que podrá monitorizar cómo estamos en la cama y así como la respiración, tos y ronquidos gracias a los micrófonos.
Es importante a tener en cuenta que esta característica no funcionará en todos los dormitorios. Es necesario tener una mesita de noche junto al lado de la cama de la persona que vaya a analizar, y más o menos a la altura del colchón. No se podrá colocar por ejemplo en el cabecero o en una cómoda a los pies de la cama. En esos casos no funcionará el reconocimiento del sueño.
En mi caso, que tengo un cabecero Brimnes de Ikea, tuve que echar mano de una silla a modo de mesita de noche para que el dispositivo de Google me analizase. Para comprobar la fiabilidad (o no) de los datos, he estado durmiendo también con el Apple Watch y los datos reflejados coinciden.
La configuración es extremadamente sencilla. Basta con colocar el Nest Hub orientado hacia la zona donde dormimos, calibrarlo y asegurarnos que no haya nada de volumen considerable entre medias. De este modo, cada vez que nos tumbemos en la cama sensor de sueño se activará y comenzará a registrar la actividad.
En la pantalla se puede leer un aviso de cuándo el sensor se activa. Aún así, cabe destacar que esta opción es opcional y podremos hacer que el altavoz no nos capture el sueño. Además, cabe tener en cuenta que en un futuro será de pago, aunque la fecha (que se irá a 2022) no se ha revelado todavía.
Más allá del seguimiento del sueño, con el Nest Hub en la mesita de noche tendremos otras funcionalidades que nos permitirán dormir mejor como la posibilidad de escuchar sonidos relajantes, ajustar la temperatura de la casa si tenemos un termostato compatible, o usar el efecto amanecer de la alarma que va iluminando gradualmente la pantalla cuando nos toque despertarnos. El radar Soli también lo podemos usar con la alarma, ya que que podremos posponerla con un movimiento de la mano, como si fuésemos un jedi.
¿Google, cómo he dormido?
Cuando despertamos, el sensor de sueño se apaga. Y a los pocos segundos tendremos un informe sobre cómo ha sido nuestra noche. Lo podremos ver tanto desde la pantalla del altavoz como desde el teléfono. Además, estos datos se podrán emparejar con nuestra aplicación de salud, sin importar si usamos Android o iOS.
Cada sección de sueño se representa con tres círculos que recogen el horario, la duración y la calidad. El primero se centra en las veces que nuestro sueño se ha interrumpido, el segundo en si hemos dormido entre 7 y 9 horas, mientras que la útlima en lo reparador que ha sido el sueño.
De este modo podremos determinar a qué hora nos acostamos y a cuál nos levantamos, así como hacer un seguimiento de la regularidad de este patrón; del tiempo que pasamos durmiendo por las noches para asegurarnos de que no dormimos ni de forma excesiva ni insuficientemente; además, Google realiza un seguimiento de las perturbaciones nocturnas o las veces que nos hemos levantado, para saber así cuánto hemos descansado.
Si cumplimos con los patrones recomendados, nos aparecerá un círculo morado y alineado. Por contra, si no, nos saldrán los tres círculos que no coinciden y en un color naranja de alerta. Para tratar que los círculos coincidan, Google nos irá dando una serie de consejos y recomendaciones que, mientras más lo usemos, mejor se irá adaptando a nuestra forma de dormir y más útiles serán.
Y es que el Nest Hub no sólo usa el radar y los micrófonos para ver si nos hemos movido durante la noche, sino que también emplea el sensor de luz ambiental y el sensor de temperatura para detectar factores de alteración del sueño y comprender así qué nos puede estar alterando el sueño y, consecuentemente, el descanso.
Diseño continuista
La característica estrella de la nueva generación del Nest Hub es el seguimiento del sueño. Y es que pocas novedades más encontramos con respecto al modelo que llegó a España en 2019. Visualmente estamos ante el mismo dispositivo.
Tenemos una pantalla táctil de 7 pulgadas y un altavoz en la base, todo con unas dimensiones contenidas (120,4 mm de alto por 177,44 mm de ancho). Se mantiene el enfoque por la privacidad al no tener cámaras y seguir manteniendo un interruptor que puede bloquear el micrófono. Cuando se haga un led naranja en la parte frontal indicará que el dispositivo no nos oye.
Aunque no se ve, la otra gran novedad del Nest Hub de segunda generación es el sonido. El altavoz mejora en un 50% la potencia y la calidad de sonido con respecto al modelo lanzado hace un par de años. Google sube así la apuesta por el audio para hacer del Nest Hub un centro de entretenimiento donde ver vídeos o escuchar música.
Y es que aunque el Nest Hub pueda estar pensado para el dormitorio, por la posibilidad de seguir el sueño, lo cierto es que también es perfecto para el salón o la cocina. Aquí se puede aprovechar el radar Soli para usar gestos rápidos, que permiten pausar o reproducir contenido de diferentes plataformas acercando el dedo a la pantalla, sin llegar a tocarla (algo muy útil si estamos cocinando).
El Nest Hub se siente como el control del hogar inteligente. Con un único vistazo podremos ver por ejemplo la temperatura que tenemos en casa, qué tenemos en la agenda del día, consultar el timbre o simplemente tenerlo decorando con las fotos favoritas de Google Photos. La nueva interfaz (también disponible en el modelo anterior) es uno de los grandes aciertos de Google para su altavoz con pantalla.
¿Me lo compro?
El nuevo Nest Hub de Google es una de las mejores opciones del mercado si lo que queremos es un altavoz inteligente, pero que pueda hacer algo más. Y ese plus lo tendremos gracias a la pantalla. El sensor de sueño es el principal reclamo para diferenciarse de la competencia, es un buen dispositivo para tener en el dormitorio, pero también es ideal para llevar a otras partes de la casa.
Antes de decidir su compra, debemos tener en cuenta las compatibilidades con el resto de dispositivos del hogar que tenemos (o queramos tener). Pero si optamos por el de Google, el Nest Hub es tanto un buen equipo de entretenimiento como un buen centro de control del hogar, así como de nuestra vida personal.
El salto no merece la pena si venimos de la versión anterior. Hay pocos cambios que realmente justifiquen su compra más allá de si nuestro único interés es el sensor de sueño, que en ese caso sí tendría sentido su adquisición.
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