Uno de los negocios menos conocidos de Tesla es el del almacenamiento de energía. Una de las patas de la compañía de Elon Musk que comienza a obtener buenos resultados a nivel global con sus granjas de baterías.
Estas inmensas instalaciones con baterías diseñadas y fabricadas por la propia empresa estadounidense se combinan con las infraestructuras de energía renovable para garantizar el servicios. Y es que, uno de los problemas más importantes de las renovables es su falta de estabilidad ante algunas condiciones meteorológicas comunes (como la no existencia de viendo).
Con las granjas de batería se almacena energía eléctrica a gran escala cuando los generadores renovables están a pleno rendimiento para luego proporcionar un servicio eléctrico como si siguiera soplando el viento o nos encontráramos a pleno día.
El reto entre multimillonarios
En 2016, la zona sur de Australia sufrió uno de sus peores años en cuanto a inclemencias meteorológicas. Una "tormenta apocalíptica", según el medio australiano Vox, sacudió a una de las zonas con menos densidad de población del mundo desarrollado.
Al año siguiente, en 2017, Elon Musk consiguió un contrato con la autoridad energética de esa zona del país para instalar la granja de baterías unida a otras granjas de energía solar y eólica. No tardó en aparecer un grupo de escépticos liderado por Mike Cannon-Brooker, multimillonario australiano, preguntando a Musk sobre si de verdad podía garantizar 100 MW de capacidad energética en tan solo 100 días, según recoge Popular Mechanics.
La respuesta del CEO de Tesla y SpaceX no tardó en llegar retando a Cannon-Brookers a que si Tesla lo conseguía, la cuenta corría a su cargo y si no, sería el propio Musk quien pagaría. Tesla lo consiguió, Musk ganó la apuesta y el sur de Australia cuenta con Hornsdale, una de las instalaciones más punteras de todo el mundo.
En esta zona vive cerca de 1.7 millones de personas. Un mercado bastante grande con el problema de las enormes distancias entre una zona habitada y la siguiente. Una población más que considerable teniendo en cuenta que es una tecnología muy novedosa. Además, la distribución poblacional no ayuda al despliegue de cualquier red de suministro (televisión, radio, internet, agua, sanitaria...) aumentando exponencialmente el coste por consumidor respecto a cualquier ciudad por pequeña que sea.
¿Qué es una granja de baterías?
Las baterías son uno de los ases en la manga de Elon Musk para Tesla. Aunque hayan tenido ciertos problemas para implantar una nueva fábrica en Alemania, allá donde instala una de sus granjas triunfa.
Y es que no solo actúa como un mero almacenamiento de energía sino que pueden aprovecharse como respaldo en momento pico aportando energía de forma continua e instantánea. Por el contrario, en los momento valle puede recibir electricidad de otras centrales tradicionales poco flexibles en su rendimiento. Además, en caso de microcortes (muy comunes en esta zona de Australia) consigue proveer de energía eléctrica como respaldo a las fuentes tradicionales.
Esta estabilidad ayuda también a ahorrar a los ciudadanos. Según Bloomberg, "la instalación de la granja de baterías de Tesla redujo el coste alrededor de 116 millones de dólares australianos (unos 66 millones de euros) solo en 2019". Más de los 50 millones de dólares que Cannon-Brookers tuvo que pagar a Tesla en su apuesta.
La instalación australiana tiene la capacidad de abastecimiento total de 30.000 hogares durante una hora por sí misma y gracias a esta y otras iniciativas a nivel regional, el sur de Australia obtuvo la mitad de su energía mediante fuentes renovables, también según Bloomberg.
Una alternativa a las Powerpack de Tesla (como se llaman las baterías) es la instalación de paneles solares en el tejado. Algo que se ha demostrado que incluso puede llegar a ser perjudicial para el abastecimiento si se sigue conectado a la red eléctrica común.