Elon Musk es conocido por ser el dueño de Tesla, de la red social Twitter y del poderoso cohete Starship de SpaceX, con el que quiere enviar humanos a Marte. Sin embargo, otro de los proyectos más ambiciosos que tiene es Starlink, una compañía que se ha convertido en proveedora de Internet global a través de satélites en órbita baja, y que de vez en cuando deja ver parte de su constelación en los cielos de España.
Durante el día los satélites pasan desapercibidos debido a la claridad natural, pero si alguno de los trenes de satélites cruza por la noche el espectáculo está asegurado. A diferencia de los otros satélites que son invisibles al ojo humano desde la Tierra, los de Starlink brillan y se mueve velozmente en el firmamento a simple vista. No es necesario siquiera la eliminación total de la contaminación lumínica.
Justamente hace unas horas, en la noche del día 4 de mayo, se vieron un par de trenes de satélites de esta compañía de Elon Musk. Se pudieron observar prácticamente desde toda la Península gracias a que el punto de entrada de esta parte de la constelación fue Lisboa y el de salida se posicionó sobre Cataluña, con lo que tuvo una exposición total en toda España con especial fortaleza en Madrid.
La constelación ya ha provocado algunos desencuentros con científicos y astrónomos debido a que el brillo de los satélites dificulta la visión del cielo. Y es solo el principio. Cuando el proyecto finalice la constelación estará compuesta por más elementos que todos los objetos lanzados hasta ahora por la humanidad. Elon Musk siempre piensa en grande y sus últimos éxitos no hacen sino reafirmar sus planes.
Los planes de Musk
El proyecto que desarrolló el bueno de Elon en un primer momento nada tiene que ver con lo que es hoy en día. Las primeras informaciones de Starlink datan del 2015 y consistía en lanzar 4.000 satélites en una órbita baja cercana a la superficie de la Tierra. Pero pronto comenzó a pedir ampliaciones del número de satélites a la autoridad competente hasta llegar los casi 42.000.
Para los lanzamientos se está utilizando el cohete reutilizable Falcon 9. Uno de los productos estrella de SpaceX que ha demostrado su valía en varias misiones. El primer pack de 60 satélites fue lanzado en mayo de 2019 y Musk planea disminuir paulatinamente la cadencia a medida que van tomando experiencia.
El mecanismo de despliegue es más sencillo llevarlo a la práctica que de diseñarlo. La Falcon 9 va soltando los satélites uno por uno en el momento, lugar y velocidad exactos eliminando la necesidad de equipar motores en cada uno de ellos para establecerse en la órbita.
La órbita elegida para los satélites de Starlink se ha situado unos 440 kilómetros de altura respecto a la Tierra. Una distancia suficiente como para que pasados unos años la Tierra atraiga al aparato hasta la superficie y no quede vagando por la inmensidad del espacio para la eternidad.
Según el propio Elon Musk, se necesitan alrededor de 400 satélites orbitando para proveer de una conexión a internet de calidad menor y 800 para ofrecer una cobertura confiable de calidad media. Actualmente y a falta de datos oficiales, Starlink tiene 240 satélites en servicio y espera comenzar a ofrecer un servicio comercial este mismo año en Estados Unidos y Canadá.
Cómo funciona
El sistema de Starlink se basa en la propagación de las ondas electromagnéticas por el vacío, donde consiguen una velocidad muy superior a cualquier conexión terrestre por fibra óptica de hoy en día. Concretamente un 47% más rápido, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Florida, que será aprovechado para eliminar una de sus desventajas: el enorme recorrido que tiene que viajar nuestra información.
Aunque el secreto del éxito de la constelación de Musk está en la altura a la que orbitarán sus satélites. Los sistemas de internet satelital actuales se encuentran emplazados en órbitas situadas a 35.000 kilómetros y el retardo es tan grande que la solo sirve para algunas conexiones no muy exigentes, según recoge Space.
Uno de los puntos donde Starlink puede ser fundamental es en las comunicaciones a través de océanos donde la ganancia de velocidad del espacio respecto a la fibra óptica es notable. Aunque la información tenga que viajar hasta un satélite espacial, presumiblemente llegará antes. Exactamente lo mismo ocurriría con las zonas del mundo donde es imposible (o muy costoso) desplegar una infraestructura de fibra óptica tales como grandes cadenas montañosas, desiertos o lugares aislados.
Para conectarnos al internet satelital de Musk simplemente tendremos que contar con la antena Starlink Terminal V1, que será proporcionada por SpaceX y se ajustará de forma automática de acuerdo a la posición de Starlink.
Starlink va por delante
La primera prueba del funcionamiento de Starlink fue pregonada a los 4 vientos por Elon Musk en Twitter. El pasado 22 de octubre el CEO de la compañía publicó el primer tuit utilizando, presumiblemente, el internet que Starlink provee.
Un primer paso que demuestra la firme apuesta de la compañía por su particular constelación de satélites. Algo parecido, pero mucho menos mediático, son los proyectos que Facebook y Google han llevado o están llevando a cabo.
Facebook con su proyecto Aquila pretendía fabricar y utilizar drones en la estratosfera para proveer de conexión a internet a zonas remotas del mundo. Proyecto que fue enviado a la papelera para comenzar a trabajar mano a mano con el fabricante Airbus. Poco más se conoce desde que en 2018 cancelaran sus planes.
La apuesta de Google va encaminada a la utilización de globos para desplegar una red de internet en lugares remotos. Al contrario que Facebook, Google sí ha conseguido explotar comercialmente su proyecto Loon en Kenia. Además, desplegó alguno de sus globos en Puerto Rico tras el huracán María en 2017 que destruyó parte de la infraestructura de conectividad del país.