Estamos llegando al punto en el que nuestro coche nos conoce mejor que nosotros mismos. La llegada de sistemas autónomos más avanzados nos permiten tomarnos las cosas con más tranquilidad, dejando que el coche mantenga la velocidad correcta e incluso que evite accidentes; pero como no son completamente autónomos, requieren que sigamos prestando atención y hay sistemas que se aseguran de ello.
Lo que ha presentado Volvo va mucho más allá: usar los sistemas del coche para detectar nuestro estado, y decidir por su cuenta si estamos en condiciones de seguir conduciendo. Es una novedad que sin duda dará mucho que hablar, pero el fabricante sueco no tiene miedo de la polémica en su cruzada por la seguridad; sí, incluso aunque esta y otras decisiones afecten a las ventas.
Volvo apuesta por la seguridad con una medida extrema
El sistema de Volvo, anunciado hoy, consiste en usar las cámaras del interior de nuestro coche para monitorizar el comportamiento del conductor. Usando algoritmos, es capaz de detectar diferentes estados en los que no deberíamos estar conduciendo; como por ejemplo, si estamos borrachos, estamos distraidos mirando el móvil, o nos estamos durmiendo por ejemplo.
El sistema es capaz de rastrear el movimiento de los ojos para saber si realmente estamos mirando la carretera; además, aunque no tiene un alcoholímetro incorporado, también es capaz de llegar a la conclusión de que estamos ebrios. También sabe si nos estamos durmiendo al volante y si necesitamos descanso. Volvo no ha dado muchos detalles, pero parece que la mayor parte del trabajo lo harán las cámaras; aunque también se usarán sensores en el volante para saber si lo estamos cogiendo, por ejemplo.
Si el sistema considera que no deberíamos estar conduciendo, tomará varias medidas antes de que podamos acabar en un accidente. Se iniciarán los sistemas de soporte, mostrando indicaciones en la pantalla avisándonos de que deberíamos conducir con cuidado. Si ignoramos estas indicaciones, el coche entrará en un estado de emergencia, durante el cual perderemos el control del coche. Se activará el control de velocidad automáticamente, además de llamar por si solo al servicio Volvo On Call para que nos pregunten si estamos bien.
Como último recurso, si el conductor sigue sin dar indicios de que está bien el coche se parará por si solo; reducirá la velocidad y buscará un sitio en el que quedarse aparcado.
El coche que decide si podemos conducirlo
Este sistema puede salvar muchas vidas, y no solo de conductores borrachos; también de personas que se distraen fácilmente con el móvil o que no han descansado lo suficiente. Sin embargo, también es un recordatorio de que los coches de Volvo estarán vigilándonos constantemente, incluso llegando a quitarnos el control de nuestro propio coche si considera que no podemos conducirlo.
Esa puede ser la gota que colme el vaso para mucha gente, y Volvo lo sabe; tal vez por eso ha intentado justificarse de manera preventiva, afirmando que otras tecnologías de seguridad, como el cinturón, también fueron duramente criticadas. Esta medida se suma a la decisión de limitar la velocidad máxima de todos sus coches a 180 km/h.
Otra cosa no, pero Volvo demuestra mucha valentía al implementar tantas limitaciones en sus coches; sólo el tiempo dirá si los usuarios se lo agradecerán o huirán a otras marcas.
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