En una empresa con decenas o incluso cientos de personas trabajando en un proyecto, evitar las filtraciones es muy difícil, pero absolutamente necesario. No solo para evitar que la competencia pueda copiar tu producto antes de que lo lances; también para que tus propios clientes no lleguen a conclusiones antes de que el producto esté terminado.
Compañías como Microsoft invierten mucho en controlar este flujo de información; y ser consciente de que, por muchas medidas que implantes, tarde o temprano alguien se “chivará”. Es lo que ocurre en el desarrollo de una consola de videojuegos; por mucho que sea un proyecto secreto, más pronto que tarde tendrás que compartirlo con “beta testers”, miembros de otras divisiones, o con la prensa.
Cómo Microsoft luchaba contra las filtraciones
A Microsoft le ocurrió cuando estaba desarrollando la Xbox 360. La sucesora de la Xbox original era uno de los lanzamientos más esperados, y con buenos motivos; se enfrentó cara a cara contra la Playstation 3 y venció en algunos mercados importantes como el estadounidense.
Estas expectativas traían consigo un mayor peligro de que alguien pudiese hablar más de la cuenta, o que compartiese imágenes en foros de Internet. Y una vez que la Caja de Pandora se abría, era imposible volver a cerrarla. Por eso, en muchas ocasiones era más importante saber quién estaba filtrando la información, que evitarlo.
Hay muchos métodos para rastrear información como capturas de pantalla, pero en Microsoft se les ocurrió un método no invasivo, que pasaba desapercibido a menos que supieses dónde mirar. Así lo ha explicado @cullend en Twitter, donde ha recordado uno de sus trabajos “más divertidos”.
El objetivo era evitar que se filtrasen imágenes de la interfaz de la nueva Xbox 360, con una manera de identificar de dónde provenían las capturas. Para ello, partieron del número de serie que es único para cada consola, y que les permitiría saber quién estaba subiendo imágenes. Pero, ¿dónde poner el número para que no moleste para el uso normal de la consola, y que no sea tan evidente que no se pueda pillar al “espía”?
El secreto de la Xbox 360 oculto a simple vista
La solución es increíble, y se basa en un elemento siempre presente en la interfaz: el logotipo de Xbox en la esquina inferior derecha. Como véis (o recordáis) el logotipo formaba unas ondas, como si fuera agua. Un efecto bonito, pero nada más.
En realidad, esos anillos que salían del logotipo corresponden al número de serie de la consola; son generados en base al número de serie y por lo tanto son únicos, como si fuera un código de barras. Cuando una imagen se filtraba, en Microsoft sólo tenían que leer ese “código de barras” y obtendrían el número de serie de la consola del culpable.
Hay que aclarar que este sistema sólo se implementó en versiones beta, que estaban protegidas por un embargo. En las versiones finales de la consola este sistema no se usó, principalmente porque para entonces ya no servía para nada. Microsoft no ha dicho si consiguió pillar a algún “beta tester” o periodista con este método, pero no deja de ser curioso.
Noticias relacionadas
- Crean una computadora dentro de un juego de construir ciudades... y funciona a base de caca
- Los datos de casi todos los ciudadanos de Bulgaria han sido robados
- La Nintendo Switch se renueva, ahora con hasta 9 horas de batería con el mismo precio
- El inventor de la contraseña en los ordenadores muere a los 93 años