La comparecencia de Mark Zuckerberg ante parlamentarios europeos ha revelado la progresión de Facebook en sus problemas, y la diferencia entre la política estadounidense y la europea.
La defensa del CEO de Facebook de su modelo de negocio basado en obtener datos de usuarios para ofrecerles publicidad personalizada tuvo bastante éxito ante el congreso de los EEUU. Aunque Zuckerberg fue incapaz de responder a algunas de las preguntas más duras, a estas alturas ya todo el mundo se ha olvidado de eso.
La comparecencia de Mark Zuckerberg ante parlamentarios europeos ha sido muy diferente
La gran duda era si la historia se iba a repetir en Europa. La Unión Europea ha demostrado en contadas ocasiones que no tiene reparos en castigar a aquellas empresas tecnológicas que se pasen de la raya; y las leyes sobre privacidad son mucho más duras. Como por ejemplo, el famoso GDPR del que Facebook ha intentado huir como ha podido, incluso llegando a sacar datos físicamente de la UE.
Así que todos estábamos expectantes por ver si los políticos europeos iban a ser más duros que los estadounidenses. Para empezar, el formato es diferente; Zuckerberg sólo se ha reunido con una selección de europarlamentarios y líderes europeos, no con todo el Parlamento Europeo. Además, desde la comparecencia ante el Congreso de los EEUU, Facebook ha suspendido 200 aplicaciones más, sospechosas de un “mal uso” de los datos de los usuarios.
Tal vez por todo eso, el discurso inicial de Mark Zuckerberg fue mucho más humilde, empezando por pedir perdón por sus acciones.
Los errores de Facebook y las preocupaciones de los parlamentarios europeos
En concreto, Zuckerberg admitió que la compañía no había tenido una visión lo suficientemente amplia de sus responsabilidades. Las fake news (noticias falsas), la interferencia extranjera en elecciones y votaciones, o aplicaciones que filtraban datos de usuarios fueron los pecados admitidos por Facebook.
Pero aparte de esta admisión, el discurso de Zuckerberg se centró en las medidas que la compañía ha tomado desde entonces. Y en este sentido, hay pocas novedades. Zuckerberg repitió los cambios anunciados hace ya un par de meses, incluyendo el límite de información que las apps podrán acceder.
La primera en la frente: “la democracia no puede ser una operación de marketing”. De esta manera, Antonio Tajani, Presidente del Parlamento Europeo, dejaba claro a Zuckerberg ante quién estaba hablando.
Tajani también puso sobre la mesa la idea de una mayor regulación del sector de las redes sociales; el propio Zuckerberg no estuvo en contra de más regulación en EEUU, pero en la UE el alcance podría ser mucho mayor. Las compañías de redes sociales deben reaccionar, aseguró.
Los europarlamentarios no tienen piedad con Zuckerberg
La disculpa de Zuckerberg cayó bien entre los europarlamentarios, pero avisaron: esto no es suficiente. En concreto, se plantearon cuestiones que no aparecieron en la comparecencia ante el congreso de los EEUU. Por ejemplo, se llegó a hablar de la publicación del algoritmo de Facebook, que define quién y qué aparece cuando hacemos una búsqueda, por ejemplo.
Otra cuestión muy dura fue la posibilidad de romper Facebook en varias compañías. La idea de que la red social tenga un monopolio ya fue discutida en EEUU; pero los europarlamentarios recordaron a Zuckerberg que los monopolios no están tan bien vistos en Europa como en EEUU. Por lo tanto, se habló de la posibilidad de dividir Facebook en diversas empresas; es decir, que fuesen entidades independientes.
En general, los parlamentarios europeos demostraron conocimientos más avanzados de cómo funciona Internet y las redes sociales. Por ejemplo, una de las cuestiones trató de porqué Facebook rastrea a los que no son usuarios de su plataforma, y porqué no pueden evitarlo.
Zuckerberg también fue acusado de intentar esquivar la ley, al sacar de Europa los datos de usuarios no europeos; de esta manera, pusieron en duda el compromiso de Zuckerberg no solo con la GDPR, sino con la privacidad de sus usuarios.
Otras cuestiones fueron similares a las de los congresistas y senadores estadounidenses. Pero sin duda alguna, las preguntas más duras fueron aquellas que planteaban dudas sobre la extensión de Facebook y sus acciones.
Zuckerberg no se sale del guión
Debido a la cantidad de preguntas realizadas, Zuckerberg tenía un as bajo la manga: el limitado tiempo disponible. De esta manera, en vez de responder a cada pregunta por separado, pudo reunir preguntas que él consideraba que eran similares.
En otras palabras, esto permitió a Zuckerberg no salirse del guión. Como ejemplo, el primer conjunto de preguntas que escogió trataba de contenido dañino en la plataforma; y entonces sacó los mismos datos que ya conocemos, hablando de las mismas tecnologías que ya son conocidas, como los algoritmos que se encargan de detectar usuarios potencialmente suicidas, por ejemplo.
La misma historia con las fake news. Zuckerberg simplemente repitió el mismo discurso que dio en la conferencia del F8, explicando cómo existen tres tipos de fake news: el spam, las cuentas falsas, y aquellos usuarios que simplemente no saben que están compartiendo información falsa.
Para evitar la interferencias extranjeras en elecciones, Zuckerberg prometió el uso de Inteligencia Artificial y más transparencia en anuncios electorales.
Zuckerberg ignora las cuestiones y repite las mismas respuestas
Es a estas alturas que quedó claro que Zuckerberg no iba a responder las preguntas de los parlamentarios. O al menos, no las más peliagudas.
Sobre la regulación, Zuckerberg empezó a dudar. No se negó a nuevas regulaciones, pero se preguntó qué tipo de regulaciones eran necesarias; llegó a presentar la imagen de un joven innovador que no puede ejecutar su visión por culpa de las leyes.
Zuckerberg fue de nuevo incapaz de nombrar a un competidor. Sólo que había muchos “nuevos competidores cada día”, en cada sector que ocupa Facebook; pero no dijo el nombre de ninguno.
Sobre GDPR, Zuckerberg explicó que no quiere romper “el flujo de los usuarios”; es decir, que si un usuario quiere subir algo, o compartir una experiencia, que no tenga que pulsar varias veces sobre “OK” sin leer el contenido. Esa fue su explicación para que aún haya usuarios europeos a los que no se les haya mostrado la nueva política de uso.
Zuckerberg descubre la dureza de los políticos europeos
“¿Hay algo más?” dijo Zuckerberg intentando terminar lo antes posible. Pero los europarlamentarios no querían que se fuera sin explicar por qué Facebook rastrea a internautas que no son usuarios de Facebook. Y Zuckerberg, directamente, no respondió. Sonrió, miró su lista, y pasó a otra cuestión. Lo único que salió de su boca era que era necesario rastrear a estos usuarios “por seguridad”, pero no explicó porqué.
“Quiero ser sensible con el tiempo, porque nos hemos pasado 15 minutos ya…” Zuckerberg quería escapar, y era más que evidente. “He hecho seis preguntas, y no me ha respondido ninguna” fue la respuesta de uno de los parlamentarios.
Entonces empezaron las acusaciones de que Zuckerberg había elegido este formato para no tener que responder a las preguntas. Al final, la sesión se cerró con la promesa de que respondería a las preguntas “en los próximos días”.
Este ha sido, sin duda, el momento público más duro para Mark Zuckerberg desde el escándalo de Cambridge Analytica. Las preguntas recibidas fueron más directas, más técnicas, y más duras. No es de extrañar que haya intentado retrasar este momento lo máximo posible. Es pronto para decir si de aquí saldrán nuevas leyes más duras en Europa. Pero es una posibilidad muy real.