Si crowdfunding no sirve para crear las empresas del futuro, entonces, ¿para qué sirve?
Aún no sabemos cuál debería ser el futuro del crowdfunding. Está claro que no sirve para crear las empresas del futuro, pero entonces, ¿para qué sirve?
1 diciembre, 2016 22:28Noticias relacionadas
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El futuro del crowdfunding es toda una incógnita; nadie sabe muy bien qué hacer una vez un proyecto se termina y eso está dañando al movimiento.
En Omicrono ya hemos hablado en muchas ocasiones de lo que ocurre cuando un proyecto de crowdfunding no termina como se planeaba; millones de euros tirados a la basura, los consumidores sin sus productos, una gran polémica, y vuelta a empezar.
Pero supongamos que nuestro proyecto ya ha superado esa barrera; que nuestra pericia con los presupuestos ha conseguido crear un producto que cumple con lo que prometimos, y que ya lo hemos enviado a todos los que aportaron en la campaña.
Qué hacer cuando tu campaña de crowdfunding ha terminado
¿Y ahora qué? Esa es la pregunta con la que se encuentran muchos creadores cuando se encuentran los almacenes vacíos, los pedidos entregados y la campaña terminada. Y es una duda que define muy bien la situación actual del crowdfunding.
Podríamos iniciar otra campaña con la nueva versión del producto original; pero la historia demuestra que, salvo en contados casos, el apoyo recibido por nuevas versiones suele ser muy inferior al del proyecto original.
Al fin y al cabo, los que realmente querían el producto ya aportaron en su momento; sólo tenemos la esperanza de captar a los que se quedaron fuera entonces y a los que no les importe volver a gastar dinero por lo mismo, pero mejor.
También podemos iniciar otra campaña con un producto diferente; pero de nuevo, la experiencia nos dice que el éxito de un producto no tiene porqué pasar al nuevo. Después de tantos fracasos, un nombre de éxito empieza a no ser suficiente para atraer inversiones.
La última opción es decir adiós al crowdfunding y seguir por nuestra cuenta con nuestra empresa montada gracias a él; esto es algo que sólo los que más triunfan pueden permitirse hacer.
El futuro del crowdfunding no puede ser filtrar la morralla
La noticia de hoy de que Fitbit compra a Pebble representa muy bien estos problemas. Pebble fue uno de los fabricantes más populares de Kickstarter, consiguiendo triunfar no sólo con uno, sino con varios modelos diferentes de relojes inteligentes.
Y sin embargo, pese a los millones recaudados y todos los productos vendidos, Pebble no ha podido mantenerse en pie por si misma. Ha tenido que venderse al mejor postor, porque con el crowdfunding no se puede mantener una empresa.
Inicialmente el crowdfunding nació para hacer realidad las ideas descartadas por los grandes inversores; ahora conocemos su verdadero papel, servir de filtro para que los grandes inversores sepan qué es lo que merece la pena.
Sería una pena que un concepto con tanto potencial como el crowdfunding terminase así; pero para evitarlo antes tendrán que cambiar muchas cosas.