El gran problema de los Teléfonos y las Actualizaciones: De Android a iPhone
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No solo se trata de estar a la última, la fragmentación provoca una larga cola de problemas tanto para los fabricantes como para los desarrolladores, lo que al final acaba repercutiendo en el usuario y reduciendo la calidad y satisfacción general.
¿Qué soluciones o trabas presentan las diversas compañías para paliar este problema?
La gama Nexus
Google sabe que Android es el sistema operativo que puso de manifiesto este problema y por ello desde hace ya varios años hace coincidir las nuevas versiones con el lanzamiento de un nuevo terminal Nexus con el actual SO preinstalado.
Estos se caracterizan por tener un hardware puntero y un fabricante distinto cada vez, lo que consigue que las diversas compañías que se caracterizan por sacar un terminal casi idéntico al Nexus ya tengan acceso a la última versión compatible con esa arquitectura. Ejemplos los podemos ver con el NexusS y su homólogo Samsung GalaxyS o el más reciente Nexus4 y el LG Optimus G.
El problema de las capas
En un intento de personalizar sus propios dispositivos y diferenciarse de la competencia, las diversas marcas dotan a Android de una capa extra que muchas veces ofrece una experiencia completamente distinta a la habitual que Google desea que tengan todos los Android. Tenemos casos como HTC con su Sense (recordemos que el Nexus One era idéntico al HTC Desire) o Samsung con TouchWiz, donde sus interfaces son fácilmente reconocibles por los usuarios; sin embargo son también las culpables de que en un afán de adaptar sus capas a los cambios de las nuevas versiones tarden varios meses más en llegar a los usuarios.
No parece importarles mucho a estos fabricantes que sus dispositivos no estén actualizados pues no son pocos los que siguen este camino de añadir más carga (con el gasto de batería y RAM que ello produce). Emotion UI de Huawei o Optimus UI 3.0 de LG son dos ejemplos más de grandes marcas que quieren poner su sello a costa de fomentar más la fragmentación.
Potencia necesaria
Una de las razones que también presentan muchos fabricantes para justificar que sus dispositivos no puedan tener acceso a la última versión es la falta de potencia para poder mover con soltura las propiedades de las últimas versiones. Esta razón a priori podría parecer la más lógica, ya que por ejemplo la propia CyanogenMOD anunciaba que aquellos que tuvieran menos de 512MB de RAM se quedarían fuera de la actualización a ICS. Sin embargo otras compañías han esgrimido el mismo argumento cuando varios desarrolladores han comprobado lo contrario.
Obsolescencia programada
Tener la última versión vende, y en muchos casos puede ser suficiente razón para intentar venderte otra vez el mismo producto a pesar de que podrían haber ofrecido el mismo resultado si se hubieran dignado a actualizar tu móvil. Se trata de un caso típico en los móviles de gama media y baja, donde la excusa de la potencia y el precio les permite excusarse para no ofrecerte las últimas prestaciones del mercado. Incluso los modelos que un día fueron el producto franquicia se han quedado fuera, ofreciendo lo que bien se puede tratar como una actualización a medias. Estas normalmente son realizadas o bien por vía OTA o bien a través de un servicio propio. Ejemplos de ello serían la versión 3.5 del Sense o el “value pack” de Samsung.
Caso más grave es el de móviles que directamente salen al mercado con una versión que no es ni siquiera la más actualizada, dando por perdida la guerra contra la fragmentación directamente antes de empezar. Quizás porque estos casos son más comunes de lo habitual se agradece que empresas como Lenovo se dignen a sacar un androide con una versión más actual que ICS o que Motorola te asegure que el móvil será actualizable.
El infinito mundo de las ROM
Uno de los motivos más esgrimidos por aquellos defensores de rootear tu terminal es el poder instalar ROMs personalizadas, muchas de ellas con la última versión que el propio fabricante aún no se ha decidido a sacar al mercado. La falta de fiabilidad y estabilidad de algunas ROM suele ser la razón por la que las marcas no se arriesgan a ofrecerlas al usuario. Pero en realidad la mayoría de veces las ROMs más actualizadas alcanzan su versión estable incluso antes que las compañías publiquen la oficial.
En el lado contrario conocemos muchos casos de fabricantes pequeños que deciden apostar seriamente por liberar los drivers de sus terminales para dejar en manos de la comunidad la capacidad de estar totalmente actualizados. La española NVSBL o la china Xiaomi son ejemplos de empresas que con medidas como colaborar directamente con los desarrolladores o dar acceso root de fabrica aumentan las posibilidades que sus dispositivos sufran menos fragmentación.
Desarrollando para diversas arquitecturas
Es posible que los fabricantes encuentren que parte de las nuevas mejoras que ofrezca el SO presenten incompatibilidades con el hardware de sus productos estrella. Es el caso del “Project butter” de Android 4.1.1 Jelly Bean en el Galaxy SII y Galaxy SIII. Muchos problemas parecidos podrían solucionarse si los fabricantes liberasen los drivers de sus productos, así se evitarían casos como los de Samsung, donde el GalaxyS tiene ROMs más estables que el S2 ya que el Hummingbird se conoce mejor (debido al NexusS) que el Exynos4Dual (ya que el GalaxyNexus utiliza un OMAP).
Google sabe que al final la importancia de la fragmentación recae principalmente en los desarrolladores. Apple también lo sabe y por ello siempre se habla de la resolución de sus nuevas pantallas, mientras que los de Mountain View al no tener control sobre el hardware de todos sus aliados tiene que marcar unas pautas de desarrollo a través de nuevas cláusulas en el SDK o con herramientas como el Platform Development Kit, un sistema de desarrollo que permite disponer de todo lo necesario para que los fabricantes puedan trabajar en la actualización antes incluso que esta sea presentada, una medida muy enfocada pero que parece que las diversas marcas no han aprovechado.
El modelo Apple
Los de Cupertino saben que la estabilidad de iOS se basa en gran parte en la reducida diversidad de hardware que poseen sus productos. Por ejemplo vemos que dispositivos como el Ipad Mini o el IpodTouch de 5a generación utilizan el mismo procesador que habían utilizado años antes productos como el Ipad o el Iphone, por ello las actualizaciones de iOS tienen un alcance envidiable y la fragmentación de su SO es insignificante comparada con las de las últimas versiones de Android.
Sin embargo no todo es camino de rosas cuando hablamos de fragmentación, a partir de la actualización a iOS 6 hemos visto algo que en Android no sucede, una actualización que deja en el tintero algunas características como el FaceTime sobre 3G o Siri. A muchos puede que no les importe mientras puedan aprovechar las mejoras que implica tener acceso a las últimas versiones pero los usuarios de Apple no pueden disfrutar (ni tampoco sufren) las soluciones que se han explicado arriba.
La solución RIM, o romper por lo sano
Caso radicalmente distinto es el de RIM con sus Blackberry. Después de navegar sin rumbo por el mercado de los smartphone desean aprovechar una última bala con Blackberry10, reseteando totalmente y creando una nueva gama desde cero, eliminando la fragmentación de golpe al considerarlo casi otro sistema operativo. El tiempo dirá qué problemas se encuentran las empresas que deciden apostar por una vía nueva, pero podríamos pensar que pasaría si Symbian, Tizen o incluso Palm renacieran.
Microsoft, un nuevo contendiente
Cuando Nokia empezó a mostrar sus primeros Windows Phone todo el mundo se dió cuenta que algo distinto había llegado al mercado. Mientras Samsung y Apple se denunciaban mutuamente llegó un nuevo SO que daba nuevos aires al mercado. ¿Conseguiría Windows Phone romper la fragmentación? ¿Lo conseguirá Windows 8?
De momento podemos ver que Microsoft comete los mismos errores que todos los fabricantes, ya que la mayoría de smartphones de la primera y segunda hornada no serán actualizables a WP8, sino a una versión menor que la han denominado WP 7.8 de la cual algunos como el LG Optimus7 E900 se quede sin ella.
Microsoft tiene tres vías ahora mismo en desarrollo, para móviles, su Windows RT y su Windows PRO. Y aquí es donde evidenciamos la primera diferencia; mientras que Google y Apple utilizan sus sistemas operativos para móvil y tablets, Microsoft lo hace para tablets y PC. Con Windows8 se nos presenta una nueva forma de entender la fragmentación. Sensación que no se traduce cuando pensamos en sus contrapartida en sistemas operativos móviles. ¿Por qué parece que hay también más fragmentación en móviles que en PC? ¿Qué diferencias hay entre la fragmentación de PC (¿Linux?) y la de los móviles? ¿Es la estabilidad de una versión el mayor motivo para que la gente se quede en ella? . Un factor a tener en cuenta es el tiempo entre versión y versión, siendo mucho mas larga la duración de las actualizaciones de PC que las numerosas de Android. ¿Serán las tablets RT actualizables a los diversos ServicePack que saque Microsoft?
Las operadoras
Al final solo el acuerdo entre las grandes compañías y el compromiso firme de invertir los recursos en eliminar la fragmentación es lo que conseguirá que todos los usuarios tengamos actualizados nuestros smartphones.
Apple intenta unificar sus productos, Microsoft ataca desde el mundo del PC y Google hace presión para que se comprometan en actualizar a la última versión de Android en menos de 18 meses.
Pero hay aún más participantes en este problema. Algunas operadoras sí que han aceptado hacerse responsables, pero en España seguimos sin ver por parte de las tres grandes operadoras una solución para que las actualizaciones lleguen cuanto antes. No debería ser normal que haya una diferencia de varios meses entre la liberación por parte del propio fabricante y por parte de las operadoras.
¿Cuál es nuestro papel?
Concluimos este artículo reflexionando un poco sobre nuestro papel en el estado del móvil. El usuario al final debería ser el responsable de no fomentar el consumo de aquellas empresas que favorezcan la fragmentación, que no brinden un buen servicio de actualizaciones. Es el usuario quién debería valorar si merece la pena comprarse un móvil cuya empresa ya ha comunicado que lo dejará morir con el paso del tiempo.
No solo en el consumo podemos dejar patente nuestro rechazo a la fragmentación. Los usuarios deberíamos reclamar el derecho a la liberación del software de nuestro móvil para poder ser totalmente poseedores de las capacidades de este.
También se da el caso, aunque menor en un sector tan tecnológico, de la pasividad a la hora de actualizar, de ni siquiera comprobar cada x tiempo si se han realizado mejoras de nuestro dispositivo, provocando con nuestro desfase problemas técnicos que serían fáciles de solucionar con un revisado mínimo y forzando a los desarrolladores a tener en cuenta versiones anticuadas que no deberían tener soporte pasado un tiempo.
Múltiples opciones para tratar la fragmentación en el mundo de la telefonía a móvil y pocas señales de que se vayan a tomar soluciones serias respecto a ello.