La lluvia de casi 200 misiles balísticos iraníes que cayó sobre Israel la tarde del martes desvió la atención del brutal atentado en Tel Aviv, en el que murieron al menos seis personas y otras doce resultaron heridas, algunas de gravedad, según las autoridades israelíes.
El ataque se produjo apenas unos minutos antes de que saltaran las alarmas antiaéreas en todo el país y los ciudadanos corrieran a refugiarse en los búnkeres. El las imágenes se puede ver como dos hombres armados con fusiles de asalto y armas blancas salen de un vagón de tren y abren fuego indiscriminadamente contra un grupo de personas que esperaban en una parada de tranvía en el barrio de Jaffa, al sur de la ciudad.
De acuerdo con un portavoz de la Policía israelí, los "terroristas" comenzaron su ataque en la estación y continuaron disparando por la calle hasta que fueron abatidos por los agentes de policía y civiles, que desde el inicio de la guerra en Gaza tienen permitido llevar armas por la calle. La policía está investigando lo sucedido como un "atentado terrorista", recoge Reuters.
Los médicos y paramédicos se desplazaron hasta el lugar para tratar a los heridos, "con diversos grados de lesiones", según una publicación del servicio de ambulancias israelí Magen David Adom (MDA). Algunos de ellos estaban inconscientes. Las víctimas fueron evacuadas al Centro Médico Wolfson en la cercana ciudad de Holon y al Centro Médico Sourasky Tel Aviv.
A pesar del ataque aéreo iraní, los agentes de policía continuaron durante horas asegurando el lugar, según varios medios de comunicación. Aunque nadie se atribuyó la responsabilidad, el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, dijo que eran palestinos de la ciudad cisjordana de Hebrón.
Smotrich, de la línea dura del gabinete de Benjamin Netanyahu, indicó que exigirá al Gobierno que los miembros de las familias de los sospechosos sean deportados a Gaza y que sus casas se destruyan.