Agencias

El Gobierno de Benjamin Netanyahu prosigue su cruzada contra la Agencia para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), a la que acusa de tener lazos con Hamás.

El informe provisional del Grupo de Revisión Independiente liderado por la exministra de Exteriores francesa Catherine Colonna´, entregado el pasado 20 de marzo al secretario general de la ONU, António Guterres, concluyó que dicha organización cuenta con "un número significativo de mecanismos y procedimientos" para garantizar su "neutralidad" aunque detectó "áreas críticas", después de las acusaciones contra más de una decena de sus empleados por su supuesta participación en los atentados del 7 de octubre.

Una investigación que no convence a Tel Aviv que la como un intento de encubrir las fallas de la UNRWA para permitir la financiación de la agencia.

[Israel no permitirá más convoyes humanitarios al norte de la Franja de Gaza, según la UNRWA]

"A pesar de la información detallada presentada por Israel sobre la profunda infiltración de las organizaciones terroristas Hamás y la Yihad Islámica en la UNRWA en Gaza, que mostró, entre otros asuntos, que más de 2,000 empleados de la UNRWA son miembros de organizaciones terroristas, que una quinta parte de los directores y subdirectores de las escuelas de la UNRWA son personal de Hamás y que se encontraron túneles u otras infraestructuras terroristas en más de 30 instalaciones de la UNRWA, el informe provisional del grupo ni siquiera incluyó la simple afirmación de que la UNRWA debería despedir o abstenerse de emplear a miembros de Hamas y otras organizaciones terroristas", lamentó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí.

Considera que "todas las propuestas de reformas cosméticas ofrecidas por el grupo son irrelevantes e ignoran el verdadero problema de que la UNRWA es parte de la infraestructura terrorista de Hamás.

"Las conclusiones del comité son otra mancha en la ONU y en el Secretario General de la ONU", concluye el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, quien insta a los países donantes a no permitir que el dinero de sus contribuyentes fluya a través de la UNRWA hacia organizaciones terroristas, y a desviar esta financiación hacia otras organizaciones humanitarias en Gaza.

El pasado lunes, el Gobierno de Israel anunció que dejaría de trabajar con UNRWA en la Franja de Gaza, y acusó a la entidad de "perpetuar el conflicto" por sus supuestos vínculos no probados con el grupo islamista.



Un día antes, el comisionado general de UNRWA, Philippe Lazzarini, adelantó que Israel había comunicado a la ONU que no aprobará más convoyes humanitarios dirigidos al norte de la Franja de Gaza, donde la hambruna ya es una realidad.

El principal actor humanitario en la Franja

El comisionado recordó que UNRWA, que provee servicios a casi 6 millones de palestinos en diferentes países y es el principal actor humanitario en la Franja de Gaza, es en plena guerra "el principal sustento" para más de 2 millones de desplazados internos en el enclave y el único que puede proporcional "asistencia vital" en el norte.



El choque con la UNRWA llega en un momento en el que crece la presión internacional para que Israel permita el acceso de más ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, donde la mitad de la población está en riesgo inminente de hambruna, según un reciente informe de la ONU.



Israel no oculta sus intenciones de expulsar a UNRWA de la Franja y acusa a la institución de tener vínculos directos con Hamás, después de revelar en enero que 12 de sus 30.000 empleados participaron en los ataques del 7 de octubre, aunque Lazzarini asegura que no presentaron pruebas concluyentes.



Ante la necesidad de una “acción urgente”, la UNRWA despidió inmediatamente a esos empleados y se abrió una investigación independiente sobre el papel de la Agencia, a cargo de Colonna, quien la semana pasada presentó sus conclusiones preliminares.



Sin embargo, Israel sostiene que la infiltración de Hamás en la agencia es mucho más profunda y que más de 2.130 de sus empleados en Gaza, alrededor del 17 %, tienen vínculos activos con grupos "terroristas".



En cuanto Israel vertió tales acusaciones en enero, 18 países anunciaron que retiraban sus fondos, incluidos sus principales donantes -EEUU, Alemania, Japón o Francia-, lo que ha supuesto un recorte del presupuesto de 450 millones de dólares en plena respuesta de emergencia en la Franja de Gaza.



Países como Canadá, Suecia, Australia o la propia Unión Europea han anunciado en las últimas semanas su intención de retomar la financiación a la UNRWA ante la inconsistencia de las pruebas presentadas por Israel sobre los vínculos con Hamás.