El jefe rabino sefardí, Yitzhak Yosef, ha advertido de que los judíos ultraortodoxos abandonarán "en masa" el país si el Gobierno israelí acaba con las excepciones del alistamiento militar de las que esta comunidad disfruta ahora, unas declaraciones que han reavivado la polémica sobre esta cuestión.
"Si nos obligan a ir al Ejército, todos nos mudaremos al extranjero", ha afirmado Yosef este fin de semana durante una de sus lecturas semanales.
Con esta amenaza, Yosef busca rebajar las presiones que, en las últimas semanas, diferentes sectores de la sociedad israelí -entre ellos, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, familiares de soldados en activo y un grupo de 170 exgenerales y altos cargos- han ejercido para que los israelíes ultraortodoxos se sometan también al servicio militar, en medio de la guerra en Gaza, tras presentar una moción ante el Tribunal Supremo israelí.
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"Toda esta gente secular no entiende que sin kollels o yeshivás (escuelas de judaísmo), el Ejército no tendría éxito", ha dicho, refiriéndose a las instituciones donde los hombres religiosos estudian textos judíos en lugar de trabajar o alistarse. "Los soldados sólo tienen éxito gracias a quienes aprenden Torá", añadió.
Este rabino sefardí es una de las figuras religiosas e influyentes de Israel, hijo además del difunto fundador del partido ultraortodoxo sefardí Shas, que forma parte de la coalición del gobierno de Benjamín Netanyahu.
Rechazo a las palabras del rabino
Sin embargo, las palabras de Yosef no han pasado desapercibidas entre algunos líderes políticos como el ministro del gabinete de guerra, Benny Gantz, quien las calificó de "golpe moral al Estado y la sociedad israelíes”.
"Todos deberían participar en el sagrado derecho de servir y luchar por nuestro país, especialmente en este momento difícil, incluidos nuestros hermanos ultraortodoxos", añadió.
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En la misma línea se ha pronunciado el líder de la oposición, Yair Lapid, quien tildó de "vergüenza" e "insulto" los comentarios del rabino Yosef hacia los soldados que "sacrifican sus vidas" por la defensa del país.
"Si los haredíes van al extranjero, se encontrarán con que allí tendrán que trabajar para ganarse la vida, sin siquiera soñar que alguien los financiará su estilo de vida", afirmó Lapid sobre el hecho de que solo el 55% de los hombres haredíes israelíes tienen empleo.
Las críticas por estas declaraciones incluso han llegado también por parte del partido de extrema derecha Sionismo Religioso, que puso en duda que la comunidad ultraortodoxa vaya a abandonar el país, y subrayó la necesidad de que éstos se sumen a las filas del Ejército.
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"Reclutamiento para el Ejército: ¡una buena acción! Estamos agradecidos por el privilegio de servir al pueblo de Israel, aprender Torá y ayudar a Israel en un momento de necesidad", indicó el partido, que representa al sector judío ortodoxo, pero más politizado y sionista, frente a los ultras que no se implican en política.
Son el 13% de la población israelí
Durante décadas, los israelíes ultraortodoxos, que representan el 13% de la población, han mantenido una exención casi general a cumplir con el servicio militar obligatorio si se dedican a los estudios religiosos.
Pero, en el 2017 el Tribunal Supremo determinó que estas exenciones eran "discriminatorias" e "inconstitucionales" y pidió al Estado que buscara una solución.
Pese a ello, los diferentes gobiernos israelíes han ido prolongando esta disposición ejecutiva, aprobada desde la creación del Estado israelí; la última vez fue en junio de 2023 por un total de nueve meses, mientras prepara una nueva extensión.
Sobre esto último ahora el Tribunal Supremo le pide explicaciones al gobierno de Netanyahu, lo tendrá que hacer a finales de marzo, de por qué no fue anulada en su momento esta disposición ejecutiva.
Una encuesta publicada este domingo por el Instituto para la Democracia israelí señala que un 71% de los judíos israelíes apoya que se anule la exención militar para los haredíes; un porcentaje que asciende al 86% en el caso de los seculares. Solo un 19% de los ultraortodoxos comparte esa postura.
La semana pasada el Batallón Netzah Yehuda del Ejército, formado íntegramente por judíos ultraortodoxos y normalmente desplegado en Cisjordania, llevó a cabo por primera vez operaciones militares en Beit Hanoun, en el norte de Gaza; aunque su participación sigue siendo testimonial en la guerra, que ha causado ya la muerte de 248 soldados.