Una mujer camina entre los escombros provocados por un cohete, en Tel Aviv.

Una mujer camina entre los escombros provocados por un cohete, en Tel Aviv. Reuters

Oriente Próximo

El ataque más devastador de los palestinos medio siglo después de la guerra del Yom Kippur

El 6 de octubre de 1973, Siria y Egipto lanzaron un ataque sin previo aviso sobre un Israel paralizado por la celebración del Día del Perdón.

8 octubre, 2023 03:39

El 6 de octubre de 1973 a las 14.00 horas, Siria y Egipto lanzaron un ataque sin previo aviso sobre un Israel completamente paralizado por la celebración del Día del Perdón o Yom Kippur. Las autoridades civiles y militares del Estado judío habían sido prevenidas por distintas vías pero no terminaron de creer las amenazas.

El 7 de octubre de 2023 a las 6.30 horas, Hamás ha disparado más de 2.000 cohetes desde la Franja de Gaza, la superpoblada lengua de tierra junto al Mediterráneo que controla el movimiento islamista. Al tiempo, sus comandos han roto la valla que separa Gaza e Israel. Tras 15 días de tensiones e incidentes, la calma reinaba en la zona desde hace una semana. Un indicio de que la fecha elegida, el shabatt que ponía fin a la semana festiva del Soukkot, no lo fue por casualidad.

“La guerra del Yom Kippur fue la última gran guerra convencional librada por Israel”, declaraba hace un par de días, Frédérique Schillo, autor de La guerra del Kippur no tendrá lugar, cómo Israel se vio sorprendido”. El hitoriador vaticinaba en Le Figaro que “si hubiera un nuevo conflicto, sería una guerra por procuración, vía Hezbollah apoyado por Irán o Hamás desde Gaza”.

Un grupo de personas, en el lugar de Tel Aviv donde cayó un cohete lanzado desde la Franja de Gaza

Un grupo de personas, en el lugar de Tel Aviv donde cayó un cohete lanzado desde la Franja de Gaza Reuters

A su juicio, Israel era ahora “vulnerable en extremo” (…) “sobre todo, por el movimiento de huelga de los reservistas, unos 10.000 que rehusan servir a un Estado que va camino de convertirse en una democracia iliberal”. Aunque este sábado, tras la movilización de reservistas decretada por el gobierno israelí, no se tiene noticia de que haya habido negativas a tomar las armas, quizá esto estuvo también en el ánimo de los dirigentes de Hamas a la hora de lanzar su ataque.

Una operación que se tradujo en la infiltración del territorio israelí a una escala sin precedentes: decenas de militantes de Hamás atacaron al menos dos cuarteles en Zekim y Rahim, así como varios kibutz y cinco ciudades israelíes próximos a Gaza. Un portavoz del ejército israelí admitía en la noche del sábado que aún se combatía en “22 sitios de Israel” tras la invasión de “centenares” de combatientes de Hamás.

200 personas habían muerto en Israel, según los servicios de socorro. Según el Ministerio de Salud palestino, los bombardeos de la aviación israelí han causado 232 muertos y 1697 heridos en Gaza. En definitiva, estamos,seguramente, ante el día más sangriento desde… la guerra del Yom Kippur. En dl conflicto de 1973, Israel tuvo 2.500 muertos y 500 desaprecidos. Los árabes perdieron en combate entre 8.500 y 15.000 muertos.

["Estamos en guerra": al menos 200 israelíes y 200 palestinos muertos tras el ataque de Hamás y la represalia de Netanyahu]

“Tanto los egipcios como los sirios rompieron las líneas israelíes. El factor sorpresa tecnológica, es decir, la eficacia de los misiles antitanque y antiaéreos de los árabes les permitió infligir tremendas pérdidas a los aviones y a los blindados israelíes. Por primera vez en el cuarto de siglo de la existencia del Estado, Israel afrontaba la posibilidad de una gran derrota, incluso de un segundo holocausto. Sin embargo, tres días después, el 9 de octubre el avance sirio había sido detenido. Al día siguiente, en respuesta a los desesperados ruegos israelíes, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, puso en marcha un transporte aéreo urgente de armamento moderno. Dos días después, las fuerzas israelíes iniciaron un audaz contrataque en Egipto, cruzaron a la margen occidental del canal de Suez y amenazaron con aislar a las fuerzas egipcias que avanzaban en el Sinaí. Ese fue el momento decisivo: Israel estaba avanzando con rapidez hacia una victoria tan decisiva como la de 1967, cuando el 24 de octubre se impuso el alto el fuego”. Así resume en un párrafo la guerra del Yom Kippur, el historiador británico Paul Johnson en La historia de los judíos.

El autor, que fue asesor de los primeros ministros Margaret Thatcher y Tony Blair, añade a renglón seguido, una consideración que a mí me parece válida medio siglo después: “La inclinación de Israel a aceptar el alto el fuego fue dictada más por factores políticos y psicológicos que por los militares. En cada una de las cuatro guerras hubo una total falta de simetría. Los países árabes podían permitirse perder muchas guerras. Israel no podía permitirse perder una sola. Una victoria israelí no podía conquistar la paz, pero una derrota de Israel significaba la catástrofe”.

Lo más asombroso de la sorpresa de Israel en 1973 es que tuvo la información, pero no supo valorarla. Como cuenta Carlos M. Canals en un libro extraordinario y ameno (Decisiones críticas, editado hace unos meses por Alfabeto), la primera ministro de Israel, Golda Meir, no supo ver lo que se avecinaba.

Reunión en secreto en Tel Aviv

Advertencias no le faltaron: “El 25 de septiembre, el rey Husein de Jordania se reunió en secreto en Tel Aviv con ella para avisarle de la inminencia de un ataque sirio en connivencia con los egipcios”, cuenta Canals. “El 3 de octubre, el ministro de Defensa, Moshé Dayan y los principales responsables de las Fuerzas Armadas opinaron unánimente que los movimientos militares árabes no eran alarmantes”.

El 5 de octubre, Golda Meir “recibió un informe intrigante: los familiares de los asesores militares rusos en Siria estaban haciendo las maletas y abandonando el país en un puente aéreo”. Transmitió su inquietud al ministro de defensa, al jefe del Estado Mayor y al jefe del contraespionaje. Pero no les convenció. Años después escribió en sus memorias: “¿Por qué aquellas prisas? ¿Qué sabían aquellas familias rusas que nosotros ignorábamos? ¿Era posible que estuvieran siendo evacuadas”.

El secretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger también coincidió en considerar aquella evacuación precipitada como el dato clave. En sus memorias, también hizo autocrítica: “El desbarajuste no era administrativo sino intelectual. Sabíamos todo, pero comprendíamos poco”.

Indicios

Entonces las autoridades militares no supieron ver los indicios de la tormenta bélica que estaba a punto de estallar. Y los dirigentes políticos, cegados por la soberbia y la autocomplacencia de las victorias bélicas previas, no interpretaron bien las informaciones que debieron alarmarles. Quizá medio siglo después, los servicios de inteligencia Israelíes han cometido el mismo error. Y/o el primer ministro actual, Benjamin Netanyahu, estaba demasiado ocupado por sus polémicas y problemas de política doméstica.

Tras el Yom Kippur, el gobierno israelí encargó al presidente del Tribunal Supremo un informe independiente. Hecho público, medio año después,éste hizo responsables a media docena de militares, entre ellos el jefe del Estado mayor y el jefe del espionaje militar que dimitieron en el acto. “Obstinada adhesión a ideas preconcebidas” concluía el informe.

Aunque entretanto Golda Meir había ganado las elecciones, dimitió una semana después. Le sucedió como primer ministro, Yitzak Rabin, laborista como ella. El presidente egipcio Annuar Sadat nunca reconoció haber sido derrotado por Israel, hizo la paz con el estado hebreo que, tras la guerra del Yom Kippur, perdió el aura de invencible. Eso fue en 1979. Dos años después, fue asesinado durante un desfile.

Los estados árabes, en represalia por la ayuda militar americana decretaron en 1973 un embargo petrolífero que disparó el precio del crudo y provocó una crisis mundial.