Hamás ha sorprendido a Israel esta mañana con 5.000 cohetes y "más de cien" combatientes infiltrados en el Estado judío. Como hicieran Egipto y Siria hace 50 años en Yom Kippur, la resistencia en Gaza ha elegido la festividad hebrea de Simjat Torá para perpetrar un ataque que ha pillado desprevenida a la inteligencia israelí. Los daños están siendo trascendentales: hay 22 muertos, más de 545 heridos, la mitad sur del país está encerrada en refugios y los agresores deambulan por las calles de siete ciudades que ya controla Hamás. Desde Gaza, las excavadoras palestinas están demoliendo la concertina inteligente de la frontera. Un vídeo muestra cómo una anciana tomada como rehén es llevada en procesión por el enclave árabe y recibida al grito de: "¡Bienvenida, hermana!".
"Estamos en guerra. No en una operación, ni una escalada: en una guerra, y la vamos a ganar" ha proclamado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante sus ciudadanos. En un vídeo publicado en X, ha advertido: "El enemigo pagará el precio más alto que jamás haya imaginado". Yoav Gallant, ministro de Defensa, se ha pronunciado sobre el "grave error" de Hamás al lanzar su ofensiva, y ya ha llamado a filas a los reservistas del Ejército israelí. Algunos de ellos, que se habían negado a acudir a cualquier convocatoria durante las protestas contra la reforma judicial de Netanyahu, han abandonado su objeción y se han mostrado dispuestos a defender Israel, que esta vez tiene al enemigo en casa: "Terroristas armados de Hamás están en las calles intentando asesinar a civiles israelíes que se están refugiando en sus edificios", alerta un comunicado del Gobierno sionista.
La contraofensiva, que promete ser contundente, ya ha sido bautizada como Espadas de Hierro. Mientras se perfila la operación, las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) han empezado a atacar objetivos en Gaza, y ha publicado grabaciones de las arremetidas. A las 11:40 españolas, Hamás había declarado la muerte de una persona palestina. EL ESPAÑOL habla con Mai al-Bayoumi, una activista palestina de Gaza. Desde su casa en Madrid, Al-Bayoumi siente tanta alegría por el ataque de Hamás como preocupación por el paradero de su familia. "Me he levantado preocupada, pero me alegra saber que tenemos fuerzas para seguir luchando. Quiero que la otra parte viva el miedo que vivimos nosotros", expresa.
Un ministro israelí anónimo ha declarado al portal de noticias Ynet que existe el riesgo de que los ataques de Hamás estén diseñados para distraer antes de un ataque desde el norte. El grupo militante libanés Hezbolá ha declarado estar "en contacto directo con la dirección de la Resistencia palestina, y lleva a cabo una evaluación continua de los acontecimientos y de la marcha de las operaciones con ella". La entrada en escena de Hezbolá desde el sur del Líbano podría significar una doble amenaza para Israel, que se enfrentaría a agresiones tanto desde el sur como el norte del Estado.
Mai duda que la guerra que Israel ha declarado a Gaza se vaya a extender a Cisjordania. En Hebrón o en Belén "ya no pueden ni salir de sus pueblos", explica. La Autoridad Palestina ha convocado una reunión de emergencia en Ramala. Su presidente, Mahmud Abbás, ha hablado de "la necesidad de proporcionar protección a nuestro pueblo", subrayando el derecho del pueblo palestino a defenderse del "terrorismo de los colonos y de las fuerzas de ocupación".
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La familia de Mai está dividida entre dos ciudades de Gaza: la mitad vive en Beit Lahia, en la frontera con Israel, y la otra en Rafah, del otro extremo, en la frontera con Egipto. "Se han juntado todos en la casa de Rafah, aunque están seguros de que esta alegría se va a acabar con una matanza que va a llegar a cada rincón de Gaza". La familia palestina de Mai está preparando compras para una semana, y se anticipa para la peor de las respuestas mientras celebra el éxito de la ofensiva que ha acabado con más de una veintena de vidas del otro lado de la frontera.
A menos de un kilómetro al sur de Rafah, los Al-Bayoumi tienen a Egipto. El Gobierno de Abdelfatá al-Sisi ha advertido de las "graves consecuencias" de una escalada de las tensiones entre Israel y los palestinos, y ha pedido a las dos administraciones en guerra "la máxima moderación". Mai no tiene grandes esperanzas en sus vecinos árabes. "Tanto Egipto como Jordania pueden hacer algo. Pero están aliados con Israel. El Cairo fue el primero en reconocer el Estado judío, y lleva 17 años haciendo bloqueo a la franja de Gaza".
Mai reconoce: "Siendo realistas, si Israel se toma esto como una guerra, la ganarán. Pero no nos importa, lo habremos intentado. La culpa nunca será de Hamás". Al teléfono, la madre de la entrevistada le dijo: "Esta noche volarán bombas. Pero no pasa nada, al menos nos hemos llevado alegría esta mañana".