El sistema sanitario de Afganistán está al borde del colapso debido a las sanciones que Occidente ha impuesto a los talibanes, en un momento clave que enfrenta a su población a diversos brotes de enfermedades y a una crisis de malnutrición que va en aumento.
Desde que los talibanes tomaran Kabul el pasado agosto, y por ende el poder de la nación afgana, el país vive sumergido en una crisis humanitaria que confluye con un colapso económico debido al boicot de Occidente.
Muchos sanitarios y médicos llevan meses sin cobrar y los centros de salud carecen incluso de los artículos más básicos para tratar a los pacientes. La respuesta del país ante la Covid-19 se ha paralizado, y las ONG piden una respuesta a dichas sanciones para evitar que el desastre sanitario se acrecente.
En declaraciones al diario británico The Guardian, el director del Centro de Salud Humanitaria de la Universidad Johns Hopkins, Paul Spiegel, indicó al medio que en un reciente viaje de cinco semanas al país había visto que los hospitales públicos carecían de medicamentos o productos de higiene básicos.
"Está muy mal y va a empeorar", afirma Spiegel. "Hay seis brotes simultáneos de enfermedades: cólera, sarampión, poliomielitis, malaria y dengue, y eso se suma a la pandemia del coronavirus", ha apostillado.
En referencia a los médicos y sanitarios de primera línea, afirma que "ninguno [de los empleados] ha recibido salarios desde hace meses". "Apenas hay medicamentos y están cortando árboles en el patio para calentar las habitaciones porque no hay gas".
Los comentarios de Spiegel en The Guardian reflejan la creciente preocupación en Afganistán en lo relativo a la sanidad y economía del país.
15 millones de afganos reciben ayuda alimentaria
Cerca de 15 millones de afganos recibieron asistencia alimentaria del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), durante 2021, y más de la mitad lo hicieron el pasado noviembre debido a la creciente crisis que sufre el país.
La inflación de los precios, los conflictos y la sequía que afecta Afganistán, tomado por los talibanes en agosto, han empeorado la seguridad alimentaria del 98 % de su población, que no consume suficiente comida, según un informe publicado hoy por el PMA.
De hecho el PMA espera que en 2022 la asistencia alimentaria pueda ser mayor, superando las 23 millones de personas que vivirán una situación de hambruna severa, según el Programa. En 2021, sin embargo, la organización suministró 200.000 toneladas de comida a 34 provincias del país.
Solo en noviembre se asistió a siete millones de personas, tres millones más que en setiembre y la mitad del total de afganos que recibieron ayuda en 2021. Asimismo, la organización llevó alimentos a posiciones estratégicas en el noreste y el centro del país para asegurar su acceso durante el invierno, cuando las nevadas pueden cortar las carreteras y comunicaciones.
A pesar de los esfuerzos, el país "está sufriendo una avalancha de hambre y destrucción" causados por "la crisis económica, los conflictos y las sequías", apuntó la directora del WFP en Afganistán, Mary-Ellen McGroarty, en el comunicado.
El pasado mes de noviembre el 98 % de la población sufrió de insuficiencia alimentaria y más de la mitad recurrió a medidas drásticas como limitar las porciones de comida o consumir productos de peor calidad para poder alimentarse.
En esta línea, la dieta de los afganos se ha deteriorado gravemente, causando mayores problemas de salud, ya que de media las familias ni siquiera consumen fruta, lácteos o proteínas una media de un día por semana, según un informe del PMA.