Al menos cuatro personas fallecieron supuestamente tras lanzar un ataque con gas tóxico -posiblemente gas cloro- junto a bombas de barril en un vecindario de la ciudad de Alepo el miércoles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Muchas personas han sufrido problemas de respiración, ha indicado un hospital y un grupo de defensa civil a la agencia Reuters. Imágenes facilitadas a esta agencia o a la cadena británica BBC muestran a niños de corta edad y adultos recibiendo respiración asistida.
El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, ha declarado en Ginebra al ser preguntado al respecto que no es él quien debe "evaluar quien lo hizo y si de verdad ha tenido lugar, aunque existen muchas pruebas de que realmente tuvo lugar".
De Mistura ha explicado que hay una división especial de la ONU y otras organizaciones encargadas de clarificarlo. "Si tuvo lugar, es un crimen de guerra", ha advertido el enviado especial desde la sede de Naciones Unidas en Ginebra.
El pasado 2 de agosto, Estados Unidos ya advirtió sobre otro posible ataque con gas cloro en Siria; en aquella ocasión, en la población de Saraqeb (al sur de Alepo, en la provincia de Idlib). La Defensa Civil siria indicó entonces que un helicóptero había lanzado dos barriles desde el aire, cada uno con cinco botes de cloro y bolas de hierro de distinto tamaño.
Gas de la Primera Guerra Mundial
El gas cloro se empleó por primera vez en la Gran Guerra, cuando químicos alemanes probaron un método liberando gas cloro de cilindros presurizados y miles de soldados fueron gaseados por una nube verde en la población belga de Ypres, recuerdan la BBC y el portal especializado en armas químicas Chemichal Weapons.
Aquel ataque diezmó a los dos batallones franceses contra los que estaba dirigido. En total, murieron más de 1.100 soldados por los ataques con gas cloro en el frente occidental. Un comandante y lord británico llamado John French, aseguró que el uso del gas era una falta de respeto "cínica y bárbara" de la "guerra civilizada" (aunque uatro meses más tarde, el Reino Unido también empleó un gas en la Batalla de Loos).
El gas cloro irrita los ojos, nariz, garganta y pulmones. Si la exposición es alta, las víctimas pueden morir asfixiadas, explica Chemichal Weapons.
Sin tregua
Alepo es el principal bastión que les queda a los opositores a Bashar al Asad, que sin embargo están perdiendo control de varias partes de la ciudad. Tras semanas de duro asedio del Ejército sirio, Damasco ha prometido la apertura de corredores humanitarios durante tres horas diarias. Pero los activistas denuncian que no se está produciendo.
"No hay señales de ninguna tregua, ya que después del anuncio, las fuerzas del régimen sirio han ocupado algunos bloques de apartamentos en construcción del proyecto 1070, en el suroeste de Alepo", ha ejemplificado el activista de esa ciudad, Mohamed Jaled, a la agencia Efe. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha denunciado que los ataques aéreos y los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y las facciones opositoras continúan en la ciudad.
Seguridad para civiles atrapados y desplazados
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha urgido este jueves a todas las partes del conflicto a que, "ante todo pongan en primer lugar la seguridad y dignidad de los civiles atrapados en la ciudad siria de Alepo, incluidas familias y colectivos vulnerables, que se enfrentan a constantes bombardeos, violencia y desplazamiento".
Además, ha manifestado estar "profundamente preocupado por la serie de ataques que se han producido en los últimos 10 días en los asentamientos de desplazados internos en la provincia de Idlib, así como contra otros asentamientos y contra civiles en otros lugares del país".
Acnur ha informado de que estos ataques han provocado víctimas civiles y más desplazamientos forzosos y ha asegurado que "los ataques muestran un estremecedor menosprecio por la vida de la población civil". El Alto Comisionado vuelve a incidir en la importancia de proporcionar a acceso a zonas seguras y respetar el carácter civil y humanitario de los asentamientos para desplazados internos.