
El primer ministro francés, François Bayrou, este martes en rueda de prensa en París.
François Bayrou alerta del "estado catastrófico" de la economía de Francia: "Nuestra supervivencia está en juego"
El primer ministro francés quiere ahora ir más lejos en la austeridad y lanza un mensaje catastrofista a la opinión pública, cuyo apoyo apenas tiene.
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"La supervivencia de Francia está en juego". Con este mensaje casi apocalíptico, el primer ministro francés, François Bayrou, ha alertado este martes del "estado catastrófico" de la economía del país, sobreendeudado, sin suficiente producción y con un nivel de trabajo por debajo de sus competidores, lo que obliga a un plan de choque que tiene que comenzar de forma inmediata.
En una comparecencia junto a la plana mayor de su Gobierno, Bayrou ha asegurado que la situación de Francia está agravada por las crisis internacionales, que obligan a un incremento del esfuerzo en Defensa, y por la guerra comercial lanzada por el presidente Donald Trump.
"Nuestra supervivencia está en juego", ha advertido ante parlamentarios, agentes sociales, asociaciones y miembros de las administraciones locales y de la seguridad social para buscar "antes de verano" soluciones duraderas para esa crisis.
Bayrou envió un mensaje de urgencia dirigido directamente a la opinión pública, en medio de su precariedad parlamentaria y de las críticas que recibe de la oposición. "Sólo la toma de conciencia de nuestros ciudadanos puede respaldar la acción pública", ha afirmado.
El primer ministro, que tuvo que hacer concesiones a los socialistas y a la extrema derecha para adoptar las cuentas de 2025, quiere ahora ir más lejos en la austeridad y sabe que para eso necesita el respaldo popular a falta del político.
Recorte de 40.000 millones
El ministro de Economía, Éric Lombard, evaluó en 40.000 millones de euros el ajuste necesario en las cuentas del año próximo para mantener el déficit público en el 4,6% del PIB, tras el 5,4% que esperan este año.
Por eso, Bayrou dibujó un panorama catastrofista, el de una Francia que "no produce lo suficiente y no trabaja lo suficiente", pero que tiene "el nivel de gasto público más elevado del mundo", que no genera satisfacción en la ciudadanía pero se traduce en un endeudamiento que amenaza con estrangular el país.
Una situación agravada por las recientes crisis, desde el "huracán" de la invasión de Ucrania, que obligará a incrementar el gasto en Defensa en 3.000 millones de euros, a la guerra comercial lanzada por Trump, que calificó de "ciclón" de "consecuencias imprevisibles".
Frente a ello, el primer ministro invitó a los diferentes agentes a aportar propuestas para elaborar los presupuestos de 2026, que deben llegar antes del 14 de julio próximo, dada la urgencia de la situación.
Aumentar el gasto en Defensa
Sin dar consignas concretas, Bayrou sí marcó algunas líneas rojas, calcadas del programa del presidente, Emmanuel Macron, como evitar la subida de impuestos, ya muy altos en el país y que, dijo, harían huir a la inversión.
También alertó contra propuestas que incrementen la deuda, cuyos intereses cuestan ya 62.000 millones de euros anuales y pueden llegar a los 100.000 millones en 2029 si no se reduce el déficit.
Por ello, señaló que las medidas que se adopten deben tender a que Francia cumpla su compromiso de déficit presupuestario en el 3% en cuatro años.
"Otros países lo han hecho sin deteriorar el nivel de vida y de satisfacción de sus ciudadanos", aseguró Bayrou, que puso como ejemplos a Canadá y Países Bajos, al tiempo que recordó que el déficit en Francia era del 2,3% antes de la crisis del COVID.
También consideró imprescindible incrementar el gasto en Defensa, que pidió también al resto de los países de la Unión Europea para abandonar la dependencia de Estados Unidos.
Apostó por una "refundación de la acción pública" que pase por evaluar el gasto de cada administración para hacerla más eficiente y por "revitalizar la actividad" a través de una menor burocracia administrativa y una mejora de la formación en oficios de futuro.
Todo ello debe conducir a una reindustrialización de un país que, dijo, "lidera sectores punteros" como la aeronáutica o el lujo pero "está ausente en la producción de base, que es la que más consumen los ciudadanos".