Le Pen gana la primera vuelta y Macron y Mélenchon piden votar contra la extrema derecha

En una jornada histórica, en la que la participación habría alcanzado la cifra más elevada desde los años 80 con entre el 65,8% y el 69%, la formación de Le Pen ha obtenido el 33,15% de los votos. Esto es el doble de lo que logró en las elecciones de 2022. Se trata de un triunfo claro sobre la coalición de izquierdas (creada ex profeso para frenar a la ultraderecha o al "fascismo", en sus palabras) que, sin embargo, ha conseguido resistir el embate del otro extremo.

Con un 27,99% de las papeletas, la alianza izquierdista del Nuevo Frente Popular (formada por ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa) se ha erigido como segunda fuerza. El bloque centrista, la alianza de partidarios del actual presidente Emmanuel Macron, ha sido la gran perdedora, con el 20,83% del apoyo. Primera fuerza política hace apenas dos años, hoy el macronismo ostenta el tercer puesto. 

A pesar de que las urnas avalan a la extrema derecha de Le Pen, no ha logrado alcanzar la tan ansiada mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Esto deja el futuro del país en manos de la segunda ronda, que se celebrará el próximo domingo 7 de julio. Será entonces cuando se sabrá si la ultraderechista logra los 289 escaños que necesita para formar Gobierno cómodamente.

De momento, no los tiene, ya que según las proyecciones de la primera vuelta, RN se quedaría entre 230 y 270. Se espera que Le Pen podría apoyarse en el partido conservador de Los Republicanos, señalado como uno de sus principales aliados, aunque apenas ha cosechado el 6,57% de los votos y ya ha anunciado que, en contra de la tradición, no dará instrucciones a sus seguidores sobre a quién apoyar de cara a la segunda vuelta.

Reacciones a los primeros resultados de las legislativas de Francia. Reuters

A por la mayoría absoluta

Para el partido ultraderechista el objetivo ahora es conseguir la mayoría absoluta. Así lo aclaró Le Pen apenas unos minutos después de conocerse los resultados en una comparecencia desde Pas de Calais, al norte del país, en la que sentenció que "las urnas han borrado prácticamente al bloque macronista". Durante su discurso, Le Pen reclamó esa "mayoría absoluta" para una "segunda vuelta determinante". A su juicio, esa es la única manera de que el presidente francés no tenga otro remedio que nombrar a su nuevo delfín, el candidato ultranacionalista Jordan Bardella, primer ministro. 

Este joven de 27 años ya arrasó en las elecciones europeas del pasado 9 de junio. Y fue su triunfo el que provocó que Macron –en un acto que ahora hay quien ve como un arrebato temerario– disolviese la Asamblea y anunciase un adelanto electoral. El domingo, tras conocerse los primeros datos, Bardella se subió a un estrado con la bandera francesa (pero sin la europea) y calificó de "inapelable" su victoria en la primera vuelta.

Durante su breve alocución, además de hacer un llamamiento a la movilización y mencionar de pasada su propuesta antiinmigración, señaló a la izquierda como el enemigo al que batir. "Los franceses deberán decidir entre alianza de lo peor, que conducirá a la ruina, o la unión nacional que restablecerá la seguridad y defenderá el trabajo", proclamó. 

En un principio, los candidatos que logran el 12,5% del apoyo de los votantes pasan a la segunda vuelta. En esta ocasión, la altísima participación y un voto muy disperso han provocado que sean tres partidos, en vez de los dos habituales, los que pasen. Para facilitar la segunda vuelta, la coalición presidencial y  y la izquierda han pedido a los candidatos que se hayan clasificado en tercera posición en las diferentes circunscripciones pidan el voto contra la extrema derecha. 

Jordan Bardella durante su comparecencia tras la primera vuelta de las elecciones legislativas. Reuters