De ultraderecha, pero europeísta: la fórmula híbrida de Meloni para un giro conservador en la UE
La primera ministra italiana y su ministro de Exteriores, el popular Antonio Tajani, proponen a Ursula von der Leyen que "Europa mire hacia la derecha".
12 junio, 2024 02:38Es sinónimo de ultraderecha, pero aceptable para una parte de la derecha europea. Lo mismo le gusta a Feijoó, que a Abascal, que a Ursula Von der Leyen y Le Pen. Y esto tiene mucho que ver con su receta política híbrida que une nacionalismo y europeísmo, ultraconservadurismo a nivel interno y moderación a nivel externo. En temática internacional, la fórmula de Meloni implica no sólo la pertenencia a la Unión Europea (UE) sino también al Pacto Atlántico (OTAN), con un apoyo indiscutible hacia Estados Unidos (EEUU) y Ucrania.
Con unos datos en los que la primera ministra no sólo revalida sino que aumenta su liderazgo en Italia, tras una victoria arrolladora –aún más que las últimas generales que le entregaron las llaves del Palacio Chigi hace un año y medio– Giorgia Meloni se está alzando, en las últimas horas, como la futura voz de la ultraderecha en la Unión, en el contexto político que la avala de antemano ser la jefa del Gobierno precisamente de unos de los países fundadores de la UE. Es demasiado radical para ser una política popular, pero también demasiado moderada para asociarla sin más a Marine Le Pen en Francia y al partido Alternativa para Alemania en el país germano. No acaso, estos últimos son un grupo europeo separado de Meloni: aquellos pertenecen a Identidad y Democracia (ID), mientras que ésta forma parte de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), del que Meloni es precisamente la presidenta.
Dicha mezcla meloniana, que oscila entre la derecha moderada y la ultraconservadora; es precisamente la que le podría a aportar a mandataria transalpina la capacidad de poder jugar la partida de interlocutora entre ambos sectores derechistas del Parlamento Europeo para la creación de la nueva Comisión Europea para la próxima legislatura. La presidenta del Consejo de Ministros transalpina está explicitando, en las últimas horas, a la ganadora de las elecciones europeas, la popular Ursula von der Leyen; que la "Unión Europea mire hacia la derecha" y así no tener que aliarse con los socialistas y los liberales.
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Ahora el eje político está entre Giorgia Meloni y Ursula von der Leyen. En una relación marcada por una cierta sintonía entre las dos mandatarias europeas y podrían tener puntos en común en varios ámbitos, donde uno de ellos es el de las migraciones. De hecho, fue el pasado mes de septiembre cuando ambas, en plena crisis migratoria en Lampedusa, se vieron las caras en la conocida isla siciliana para establecer unos puntos en común entre Italia y la Comisión Europea, para contrastar el fenómeno de la inmigración irregular; a medio camino entre un irreal bloqueo de los puertos italianos y la acogida incondicional.
Lo cierto es que, aunque por fuera se puedan parecer, no son lo mismo Meloni y Salvini, Meloni y Le Pen, Meloni y Alternativa para Alemania. La primera ministra italiana es ultraconservadora, pero europeísta; por tanto no pone en discusión la pertenencia de Italia a la Unión Europea (UE), además como miembro fundador. Le Pen, Salvini y Alternativa para Alemania, por ejemplo, al pertenecer a Identidad y Democracia (ID) sí que se definen euroescépticos. Giorgia Meloni, sin embargo, al pertenecer al ECR es parte del grupo europeo más conservador de la Unión, pero sin ponerla en cuestión. Matteo Salvini, líder de la populista Liga, para dar una idea, ha basado su reciente campaña electoral en el eslogan "Más Italia, menos Europa".
Las elecciones europeas del pasado fin de semana han supuesto un éxito rotundo para Giorgia Meloni, incluso por encima de lo esperado, superando los datos obtenidos en las últimas elecciones generales que le vieron entrar cómodamente como primera inquilina mujer del palacio Chigi. Su partido, Hermanos de Italia (HDI) ha obtenido el 29 por ciento de los votos, 3 puntos más respecto a hace un año y medio.
Los populares de Forza Italia (FI), de Antonio Tajani, ha superado de un 1,5 puntos los resultados obtenidos cuando todavía vivía el fundador de la formación, Silvio Berlusconi; colocándose por tanto a más del 9 por ciento, adelantando así a los populistas de derecha de Matteo Salvini (Liga) que igualmente crece de un punto porcentual. La coalición conservadora, así pues, mejora de 3,5 puntos respecto a las últimas generales transalpinas colocando al bloque derechista a un 47,5% frente a la oposición de izquierda.
Sorpresa por el lado de los reformistas, donde la izquierda del Partido Democrático (PD) capitaneados por Elly Schlein, han obtenido el 24 por ciento de los votos, 5 puntos más respecto a las últimas elecciones legislativas ocurridas en el país con forma de bota; reduciendo de este modo la distancia, de 5 puntos, entre el Partido Democrático (PD) y Hermanos de Italia (HDI) de la primera ministra transalpina, Giorgia Meloni. Derrota significativa, sin embargo, para los antiestablishment del Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Giuseppe Conte; quienes pasan del 15 al 10 por ciento de las preferencias.
Hay un actor político, aparentemente secundario, que podría jugar una importante partida de mediación, no tanto entre las diferentes derechas dentro de la Unión; sino más concretamente entre Giorgia Meloni y Ursula von der Leyen. Se trata de Antonio Tajani, ministro de Exteriores de la primera ministra transalpina y, en cuanto líder de los populares de Forza Italia (FI), cara visible de la derecha europeísta y moderada en el país. Al ser miembro del Partido Popular Europeo (PPE), su candidata, ganadora además, es Ursula von der Leyen. Pero, por otro lado, Giorgia Meloni es su jefa del Ejecutivo, y es que ella misma lo quiso en la cartera de Exteriores como garantía de europeísmo por parte de Italia de cara a Bruselas. Tajani, quien ya fue también presidente del Parlamento Europeo, podría ser el puente para una futura negociación y las posibles incomprensiones entre Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni, donde cada jugará sus propias cartas en la partida por la derecha en Europa.