El portugués António Costa es de nuevo 'favorito' para el Consejo si Von der Leyen repite en la Comisión
El PP Europeo ha iniciado contactos informales con los socialistas, con la promesa de apoyar al portugués como señuelo y vetar por anticipado cualquier aspiración del español Pedro Sánchez.
8 junio, 2024 02:23Aunque las elecciones europeas culminan este domingo, el gran debate sobre quién ocupará los puestos principales en las instituciones de la UE lleva meses abierto. Todo el mundo parte de una (casi) certeza: la victoria del Partido popular Europeo (PPE) a nivel comunitario en los comicios, lo que le daría la presidencia de la Comisión. Y si Ursula von der Leyen es reelegida, la presidencia del Consejo iría en este nuevo mandato para los socialistas europeos, que ya tienen "favorito", el portugués António Costa.
Hace ya dos años que se abrió una carrera soterrada entre el luso y el español Pedro Sánchez, que labra su futuro en un puesto internacional. Las apuestas parecieron decantarse del lado de nuestro presidente del Gobierno cuando, el pasado noviembre, Costa dimitió como primer ministro. Por dos razones: la primera, que su dimisión se debía a un caso de corrupción; y la segunda, que la Unión siempre elige a un mandatario, al que saca del cargo.
"Desde que entró en vigor el Tratado de Lisboa, que creó la figura de presidente fijo del Consejo, los tres que ha habido eran primeros ministros en ejercicio", explica una fuente europea. Herman van Rompuy (2009-2014) era jefe de Gobierno de Bélgica; Donald Tusk (2014-2019) lo era en Polonia; y Charles Michel (2019-2024), de nuevo Bélgica.
"Es una mezcla de prestigio para el puesto, conocimientos del sistema intergubernamental comunitario, y que no moleste", añade este funcionario de la UE. "Sacas a alguien de su Gobierno porque, así, ya no tiene más ambición política propia y sí tiene, a la vez, autoridad sobre sus antiguos pares para organizar y dirigir las reuniones del Consejo".
Por lo tanto, Sánchez encajaba en este primer requisito, y Costa ya no.
Pero a los pocos meses, ya con las elecciones anticipadas en Portugal, se supo que Costa no estaría encausado. El máximo sospechoso de la trama seguía siendo su jefe de Gabinete, pero que el primer ministro hubiese aparecido en la investigación se debió a un "error" de la policía lusa con otra persona del mismo nombre.
¿Y ya no importa que Costa no esté en el Gobierno? "Su salida fue con enorme dignidad, defendiendo la institución que encarnaba... y sabiendo que probablemente su partido perdería el poder", apunta una política de alto rango dentro del PPE, la formación a la que pertenece el actual primer ministro luso, Luís Montenegro. "Y eso, ahora, juega claramente a en favor de Costa".
Por qué un socialista
Más aún si es cierto que la otra opción podría ser, de nuevo, Sánchez, habría que añadir. Porque se quiere vetar preventivamente cualquier aspiración del español.
Todas las fuentes coinciden, además, en que es el turno de un socialista. De entrada, porque el Partido Popular Europeo (PPE) no puede vetarlo. El juego que tenían previsto los populares europeos era gobernar el reparto de sillones entre junio y julio, partiendo de su más que probable victoria electoral, con la presidencia de la Comisión para Von der Leyen.
Se aseguraría así el PPE la reelección con el apoyo de la tradicional coalición con los socialistas y los liberales, que podrían elegir, con el apoyo de los populares, entre Banco Central, Parlamento y Alto Representante... y ya en noviembre, con todo lo demás asignado, mantener su rechazo a un candidato como Sánchez.
Ahora, el español acaba de renovar mandato (fue investido el 16 de noviembre pasado) y su prestigio ha caído en el último año en las instituciones europeas. El mismo Alberto Núñez Feijóo condicionó el apoyo a la candidata alemana del PPE a que "someta a un estrecho escrutinio" a Sánchez y "el retroceso democrático en España" que protagoniza su Gobierno.
Fuentes europeas confirman que Von der Leyen se ha comprometido a endurecer la postura de la nueva Comisión y explican que los populares ya han comenzado a sondear a los socialistas con la promesa de apoyar a Costa como señuelo.
"Toca socialista seguro" porque "nadie entendería que, en el reparto, el segundo partido más grande de la UE volviera a elegir el cargo de Alto Representante, cuando pueden quedarse el Consejo". El puesto fue elegido por la Alianza de Socialistas y Demócratas Europeos (S&D) dado que no había duda de que lo ocuparía Josep Borrell, que concitaba un consenso indiscutible.
Y hay que recordar que de los tres presidentes del Consejo, dos han sido del PPE y el otro, liberal... A expensas del peso que tengan los grupos de derecha extrema tras el 9-J, la lógica indica que ha llegado la hora de un socialista.
Por qué del sur
Hasta ahora, los tres presidentes han sido centroeuropeos o del Este. Además, de los actuales líderes que se sientan en el Consejo -la baraja entre la que elegir candidato-, sólo cinco son de la familia socialdemócrata.
Zuzana Caputova, presidenta de Eslovaquia, es jefa de Estado y no cuenta (menos aún su primer ministro, Robert Fico, el populista recientemente víctima de un atentado y perseguido por casos de corrupción).
Robert Abela, primer ministro de Malta, cumple el equilibrio norte-sur, pero tampoco puede optar por el poco peso de su país y por el todavía irresuelto caso Daphne Caruana.
Olaf Scholz, canciller de Alemania, ni aspira ni nunca saldría del cargo, y menos si en la Comisión va a estar su compatriota Von der Leyen (equilibrio territorial).
Sólo queda otro nombre que sí competiría como rival: Mette Frederiksen (Dinamarca) podría ser una competidora, pero ya habrá una mujer al frente del Ejecutivo comunitario (equilibrio de género).
Así que Costa, vuelve a ser "el elegido", como lo era antes de noviembre, por su condición de socialista y del sur. "Sánchez es imposible. Aunque él quisiera, pasó su momento por las tensiones que ha provocado en la Unión", apunta un alto funcionario alemán, recordando su mención al nazismo en un enfrentamiento casi personal con Manfred Weber, líder del PPE, el pasado diciembre, en Estrasburgo.
Además, en el seno del mismo Consejo sentaron muy mal dos circunstancias en los últimos meses. Que España centrara gran parte de sus esfuerzos políticos, durante su presidencia rotatoria, en lograr la aprobación de la oficialidad del catalán en la UE. Y que Sánchez aprovechara su semestre para reabrir debates sobre la dificilísima posición común de los Veintisiete, pactada previamente, sobre la guerra de Israel contra Hamás.
"La misión de quien copreside el Consejo es facilitar y dirigir los debates", explica una fuente diplomática de Bruselas. "Claro que eso da cierto poder para colocar temas que le interesan al país que ocupa el puesto... y eso es bueno, porque trabar acuerdos a partir de diferentes sensibilidades es lo que hace avanzar a la UE. Pero no romper los consensos".
Las funciones del Consejo
La presidencia del Consejo Europeo es un puesto, podría decirse, casi simbólico.
Es el jefe de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea. Pero, en realidad, es más bien lo que en inglés se llama un 'chairman', la persona que preside las reuniones, organiza la agenda y busca los consensos. Eso sí, sale en puesto preferente en todas las fotos: las internas y las internacionales.
Además de representar a la UE en el resto del mundo y de presidir las cumbres, la labor principal del presidente del Consejo es la de "definir la orientación y las prioridades políticas generales de la Unión Europea". Para establecer la agenda política, reúne trimestralmente a los máximos líderes de los Estados miembros.
El Consejo lo conforman los jefes de Estado o de Gobierno de los países de la UE, el propio presidente del órgano (actualmente, Michel) y la presidenta de la Comisión Europea (ahora, Von der Leyen).
El Consejo Europeo se ocupa de cuestiones complejas que no pueden resolverse en instancias inferiores de la cooperación intergubernamental. Por ejemplo, asuntos de seguridad común. También nombra a cargos en el Banco Central Europeo y en la Comisión.
El presidente es elegido para un período de dos años y medio, renovable una vez.