El Partido Popular Europeo (PPE), al que pertenece la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, se ha negado este miércoles a firmar una carta de condena a la violencia política de la extrema derecha, que últimamente ha cometido delitos de odio contra figuras políticas en países como Bélgica, España, Suecia, Irlanda o Alemania.
Este miércoles, Von der Leyen asistía en Berlín a la convención de la Unión Cristiana Democrática (UCD) a la que pertenece. En el foro se encontraba también Manfred Weber, eurodiputado y presidente del PPE.
Mientras la presidenta de la Comisión se reunía con grandes figuras del centroderecha europeo, la exalcaldesa socialista de la capital alemana Franziska Giffey se convertía en la última víctima de los ataques contra políticos en Alemania. Tres días antes, el domingo, el eurodiputado socialista Matthias Ecke fue pateado y golpeado en Dresde, donde fue hospitalizado con graves contusiones.
El documento que el PPE ha decidido no firmar pide "rechazar cualquier normalización, cooperación o alianza con la extrema derecha y los partidos radicales", y ha sido suscrito por cuatro de los principales partidos del Parlamento Europeo: los Socialistas y Demócratas, los liberales de Renovar Europa, Los Verdes y La Izquierda.
La eurodiputada francesa Valérie Hayer, líder de Renew, dijo que su grupo, que cuenta con el apoyo de Emmanuel Macron, lamentaba que el PPE no hubiera firmado. "Esto pone en entredicho su compromiso con la lucha común contra las fuerzas destructivas de extrema derecha. Instamos al PPE a que recapacite y se sume a este compromiso proeuropeo", dijo.