Rusia ha detenido a otras tres personas sospechosas de estar implicadas en el atentado que tuvo lugar el mes pasado en la sala de conciertos Crocus City Hall cerca de la capital, Moscú, tal y como informó este jueves el servicio de seguridad FSB. Según un comunicado de este organismo, uno de los detenidos es de nacionalidad rusa y los otros dos son extranjeros, ambos originarios de Asia Central. Las detenciones se produjeron en Moscú, Ekaterimburgo y Omsk.
A dos de los detenidos se les acusa de transferir dinero para la compra de armas de fuego y vehículos que fueron utilizados por los cuatro atacantes de la sala de conciertos. Al tercer sospechoso se le acusa de reclutar cómplices y recaudar fondos para el atentado, según informó Europa Press.
Los medios de comunicación estatales publicaron un vídeo del FSB que mostraba las tres detenciones, en las que los sospechosos eran detenidos en la calle y metidos en furgonetas sin identificación.
[Los cuatro detenidos por el atentado de Moscú comparecen ante el juez con signos de tortura]
Estas tres nuevas detenciones se unen a la docena de sospechosos que ya fueron detenidos, incluidos los cuatro autores materiales del ataque, que comparecieron ante el juez el pasado 25 de marzo con evidentes signos de tortura. Los cuatro sospechosos llegaron al tribunal con los ojos vendados y arrastrados y empujados por agentes de policía, las caras llenas de moratones y heridas y otro con vendajes y sin una oreja.
Identificados como Dalerjon Barotovich Mirzoev, Saidakrami Murodali Rachabalizoda, Shamsidin Fariduni y Muhammadsobir Fayzov, un tribunal ruso les ha imputado formalmente por terrorismo y han sido enviados a prisión preventiva.
En el atentado fallecieron al menos 144 personas y el grupo terrorista Estado Islámico reivindicó la autoría, aunque Rusia ha dicho, sin aportar ninguna prueba, que cree que Ucrania estuvo detrás de la masacre. El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró el jueves que Rusia “no puede ser objetivo de ataques terroristas de fundamentalistas islámicos”, ya que es un ejemplo único de armonía interreligiosa.
Putin no mencionó a Ucrania en su última aparición, aunque ya había dicho que Kiev saldría ganando con el atentado y que los cuatro presuntos atacantes se dirigían a la frontera ucraniana, donde, según dijo, alguien había preparado una "ventana" para que cruzaran en el momento de su detención en el oeste de Rusia.
Ucrania ha negado su implicación y Estados Unidos, que había transmitido a Moscú un aviso de inteligencia sobre un ataque inminente de militantes islamistas, ha dicho que el intento de Moscú de culpar a Kiev es propaganda y un sinsentido.