La ajustadísima victoria de la coalición de centroderecha Alianza Democrática (AD) en las elecciones legislativas de Portugal abre un panorama lleno de incertidumbre. En realidad, los resultados no son todavía definitivos, ya que los votos del extranjero (que representan cuatro escaños) tardarán en conocerse aún varios días. Sin embargo, el domingo por la noche el líder conservador Luís Montenegro se proclamó vencedor y el socialista Pedro Nuno Santos, reconoció la derrota y se declaró líder de la oposición. Esa era la parte fácil. Y es que ninguna de las dos opciones cuenta con una mayoría absoluta y sin los 166 asientos necesarios en el Parlamento gobernar se antoja un auténtico quebradero de cabeza.
Tras ocho años del Gobierno progresista de António Costa, la alianza conservadora ha obtenido 79 diputados, dejando al Partido Socialista (PS) como el claro perdedor pese a haber conseguido 77 escaños. Una escasa diferencia entre los dos partidos tradicionales que deja la gobernabilidad en manos de la derecha radical de Chega! (Basta!, en portugués), que ha obtenido más de un millón de votos y ha multiplicado por cuatro sus diputados en la Asamblea de la República: de 12 a 48. Así, el camino fácil para Montenegro, de 51 años, sería pactar con la extrema derecha, algo que, a priori, no está en sus planes.
Rehén de sus promesas de campaña, durante la noche electoral Montenegro reiteró su negativa a aliarse con Chega! para obtener las llaves del Palacio de São Bento. Y no es porque el partido ultraconservador no estuviese dispuesto a ello. De hecho, el líder de la formación antisistema y calificada de racista, André Ventura, ya ha tendido la mano a Montenegro para formar un gobierno "estable" y de derechas. Carismático excomentarista deportivo, Ventura, de 41 años, ha centrado su campaña electoral en acabar con la corrupción y lo que considera una inmigración "excesiva".
Sin mayoría... ni acuerdos
No romper "el cordón sanitario" impuesto a los ultra deja al bloque conservador (conformado por el Partido Social Demócrata, Centro Democrático Social y el Partido Popular Monárquico) sin ninguna opción. Pactar con Iniciativa Liberal, la cuarta fuerza política, que apenas suma un 5,08 % de votos y ocho escaños, les mantendría todavía lejos de la ansiada mayoría parlamentaria.
Eso significa que, si finalmente el presidente Marcelo Rebelo de Sousa designa a Montenegro como primer ministro, éste tendrá dificultades para gobernar. Simplemente para sacar adelante los presupuestos o cualquier norma en la Asamblea de la República, Montenegro deberá necesariamente que llegar a un acuerdo con la derecha radical o pactar con los socialistas para que se abstuvieran en votaciones importantes. Eso, a sabiendas de que en política, ningún pacto es gratuito.
A falta de esos cuatro escaños por definir, las perspectivas para el PS tampoco son optimistas. Aunque sumasen con los progresistas del Bloque de Izquierdas (4,46 % de los sufragios y cinco escaños), la coalición de comunistas y verdes del CDU-PCP (3,30 % y cuatro diputados), los ecologistas de Livre (3,26 % y cuatro curules) y los animalistas del PAN, con el 1,93 % y apenas un asiento, no lograrían la mayoría absoluta.
Además, el líder socialista, Nuno Santos, ha ratificado sus promesas de campaña y ha asegurado que no entorpecerá un posible Ejecutivo conservador siempre y cuando no se recurra a Chega! para llegar al poder.